Marvel Cinematic Universe, la segunda franquicia cinematográfica más exitosa de la historia, eligió a un actor y comediante medianamente popular y sin historial de roles protagonistas como el actor principal de uno de sus más aventurados proyectos: la llegada al cine de Guardianes de la galaxia , un ensamble de superhéroes no tan afamados como lo son colegas de la marca que han sido objeto de taquilleros filmes, tipo Iron-Man, Hulk y los Vengadores.
Chris Pratt comenzó su carrera de forma inesperada en 2000. Es conocido en la tele por roles en series como Everwood , The O.C. y Parks & Recreation , y por una seguidilla de películas clase b. A diferencia de la selección de Ben Affleck como Batman, cuando Marvel le asignó a Pratt el papel de Peter Quill –el policía galáctico Star-Lord, líder de la bandada cósmica– no hubo mucho alboroto, y el que existió fue de optimismo por parte de fans y eruditos.
Con estreno a comienzos de agosto, Guardianes de la galaxia fue velozmente denominada la película más taquillera del año, al mismo tiempo que una aplastante mayoría de la crítica estaba a su favor, argumentando que es la mejor película de las diez que Marvel ha producido desde el 2007. De un mes a otro, Chris Pratt se convirtió en actor clase A de Hollywood, con un futuro brillante a la vista y con el mejor presente que pudo alguna vez dibujar en su cabeza.
“Originalmente, mi sueño era pagar mis cuentas haciendo ninguna otra cosa más que actuar” le comentó Pratt al Independent a finales de julio, repasando la crónica sobre cómo llegó al lugar en el que se encuentra en la actualidad. “Lo logré, pero el sueño está en constante evolución. Luego mi sueño era hacer papeles que fueran algo más que el malo de la película. Luego fue hacer papeles de secuaz, y luego era hacer comedia”.
“Ahora (con Guardianes de la galaxia ) he cruzado una línea y hasta digo que no a algunos papeles. Nunca hubiera podido vislumbrar eso. Antes, hubiera hecho comerciales para medicamentos de herpes si alguien hubiese querido, con mucho gusto... con tal de no tener que atender mesas de nuevo”, añadió. No obstante, en sus recientes encuentros con la prensa, siendo el tipo afable que es, sus recuerdos de antaño no parecen tan perturbadores, a pesar de la penuria.
Indigentes de lujo.
Chris Pratt nació en junio de 1979 en Minnesota, Estados Unidos, hijo de una madre cajera de supermercado y de un padre constructor. No sobraba mucho en casa, pero cuando el actor tenía unos pesos de más, compraba cómics, incluidos algunos de Guardianes de la galaxia ; pero esto solo sucedía cuando acompañaba a su madre al bingo y corría con suerte.
A los 17 años abandonó la universidad después de un semestre y empezó a ganarse la vida vendiendo cupones y, eventualmente, hasta como stripper esporádico. Luego de dos años con ese estilo de vida, un amigo le ofreció un boleto de ida a Hawái. Se arriesgó. No tenía hogar en la isla, sino que vivía con un amigo en una camioneta que tenía dibujos de Scooby Doo y en la que a veces vendían helados. “Hawái es un lugar perfecto para ser un vagabundo sin casa”, dice.
“Si hubiera vivido en las calles de Chicago y comiendo en basureros hubiera sido distinto. (En Hawái) tomábamos, fumábamos mota y trabajábamos el mínimo, 15 o 20 horas a la semana; lo suficiente para cubrir gas, comida y cosas para pescar. Fue una época encantadora”.
Uno de sus trabajos fue como mesero del restaurante Bubba Gump Shrimp de Maui, donde en 2000 reconoció a la actriz Rae Dawn Chong (recordada por su actuacion en Commando y El color púrpura ). “Chris vino a la mesa y se presentó, diciendo que él también era un actor. Resultaba que yo estaba haciendo el cásting de una película que iba a dirigir en Los Ángeles, y necesitaba a alguien que fuera el bravucón”, recordó Chong.
Pratt viajó a California e impresionó a todo el equipo de producción de Cursed Part 3 , una cinta de horror y comedia de poco presupuesto dirigida por Chong, en la que el hoy superhéroe ofreció su primer trabajo como actor. “Es todo un viaje ver una película ahora y que repentinamente aparezca él y sea tan bueno; me pongo llorosa a veces. Soy como mamá osa, estoy tan orgullosa del cachorro. Es asombroso y es tan dulce y tan bueno; es un alma brillante, y tengo mucha suerte de haberlo conocido”, comentó Chong.
De ese gancho el actor no se iba a desaferrar. A continuación en su historia vino una persecución de roles en Los Ángeles, y en 2002 Pratt empezó a formar parte del elenco principal de la serie Everwood (de la Warner Brothers), en la que interpretó al personaje Bright Abbott en las cuatro temporadas que el show estuvo al aire, hasta 2006, obteniendo dos nominaciones en los Teen Choice Awards y construyendo su carrera desde abajo.
Ese año –tras trabajar en algunas películas para televisión– Pratt se incorporó al enorme drama televisivo The O.C. en su cuarta y última temporada, encarnando a Che, un activista ambiental que se puso en la fila del frente como uno de los mejores personajes de una temporada en la que no todo fue tan sobresaliente. Los críticos alabaron su actuación y lo divertidas que resultaban sus líneas, y él sentía necesidad de hacer más comedia.
“Siempre pensé que, cuando estaba haciendo actuaciones melodramáticas, los directores me detenían para que no fuera gracioso. Algo como, ‘Chris, por favor, necesitas encontrar un centro más emocional’. Siempre trato de encontrarle el ángulo gracioso a las cosas”, reveló en 2009. El momento de brillar causando risas estaba por venir, pero antes de saborearlo debía desarrollar más personajes secundarios para cintas de segunda, aunque algunas sí llegaran al cine.
Andy Dwyer, el bobo adorable
Tras hacer la adaptación estadounidense de la comedia británica The Office , el director Greg Daniels quiso realizar una serie similar, al mejor estilo de documental ficticio, sobre un departamento estatal ineficiente, en mofa del acontecer en todas las capas de la vida política estadounidense, principalmente las de los gobiernos locales californianos.
La comedia televisiva Parks and Recreation fue ese proyecto, que debutó en NBC en abril de 2009, con un reparto que incluye a Amy Poehler ( Saturday Night Live ), Rashida Jones ( Boston Public ), Aziz Ansari y Nick Offerman, además de Pratt, quien fue elegido para asumir el papel de Andy Dwyer en los primeros episodios, pues los escritores de la serie tenían planeado deshacerse del personaje después de la primera temporada.
Según los directores, Pratt traía tanta diversión al programa y realizaba un papel tan memorable que, una vez que les aceptaron la segunda temporada, tuvieron que cambiar el guion para que Andy se convirtiera en un personaje recurrente, contratado en el departamento gubernamental y eventualmente contrayendo matrimonio con su excéntrica colega posmodernista April Ludgate, interpretada por la deidad que es Aubrey Plaza.
No solo los productores se enamoraron del personaje que Pratt explotó, sino que la audiencia de Parks and Recreation tiene a Andy en su más alta estima, por su vulnerabilidad emocional, inocencia, constante fatiga y la envolvente estupidez que expresa en sus comentarios.
“Él cree que es un tipo atractivo, pero es solo un tipo con papada y panza que se sienta a tomar cerveza y comer pizza, y que no está trabajando para lograr nada. Fue Nick Offerman quien me explicó esto, y me gustó mucho: él dijo, ‘Andy está viviendo el sueño americano; el nuevo sueño americano, que es hacer tan poco como sea posible y recibir a cambio lo máximo que sea posible’”, dijo Pratt.
La sétima y última temporada de Parks and Recreation saldrá al aire en marzo de 2015, coincidiendo con la conquista de Pratt como estrella hollywoodense de alto rango, tras el estreno de la primera cinta de Guardianes de la galaxia (cuya secuela se estrenará a mediados de 2017) y previo al lanzamiento de Jurassic World , la cuarta película de la icónica saga Jurassic Park , en la que el actor se encargará del rol protagónico de Owen.
“ Parks & Rec fue una plataforma para hacer algo en lo que me vuelto muy bueno, que es jugar de tonto, pero Andy lamentablemente no puede dejar de serlo”, comentó el actor a la revista Glamour .
Fuente de amor universal
Chris Pratt destaca por su versatilidad al interpretar todo tipo de papeles, por lo que su momento de estrellato global tenía que llegar en algún momento. Para eso, necesitaba participar en buenas películas y mostrar sus verdaderos talentos, un camino que empezó a recorrer desde 2011, cuando actuó en Moneyball , protagonizada por Brad Pitt y nominada a seis premios Oscar. En el 2012 participó en The Five-Year Engagement y Zero Dark Thirty , ambas películas con positivo consenso en las que su actuación –por más breve que fuera– resaltó.
El año pasado, la comedia Delivery Man lo puso al lado de Vince Vaughn, y también dio vida a un personaje menor en el aclamado filme Her de Spike Jonze. Iba en crescendo, Pratt. Este año hizo actuación vocal en la gustada película de Lego , y a mediados de año se le vio en la portada de las más importantes revistas de entretenimiento como preámbulo de Guardianes de la Galaxia , donde además de ofrecer su actuación más memorable sorprendió por su remozado físico.
“Si fuera a interpretar a James Bond, aprendería a hacer bien el acento británico”, explicó Pratt. “La preparación que hago para mis papeles se concentra en la voz, el alma y el cuerpo, y esta vez me concentré más en la preparación del cuerpo.
“Así leía cómics cuando era niño: casi no leía las historias, me concentraba en las imágenes masculinas y femeninas, y copiaba las portadas. Estaba fascinado con la forma de los personajes. Solo sus cuerpos, no sus disfraces o armas ni nada por el estilo. Era el músculo, la estructura, las proporciones. Recuerdo comprar un kit de Marvel de cómo dibujar y que la estética de sus cuerpos fue lo que más me cautivó, así que tuvo sentido que cuando fuera a protagonizar este papel esta era la cosa que más me iba a concernir. Necesitaba verme como un superhéroe”.
Lo hizo, y muy bien. Hoy, cuando millones de personas lo conocen por la película, no es solo su comedia y su actuación lo que destacan, sino su atractivo físico. Para esto, Pratt tuvo que prepararse física y exhaustivamente durante meses, dejando atrás su dieta de comer y tomar todo lo que quisiera, y sometiéndose a rigurosos entrenamientos en el gimnasio.
Ahora, lo importante no será mantener su figura ni su popularidad, sino que el mundo siga conociendo más su actuación en próximos y mejores papeles por venir. Lo que queda claro es que, para Pratt, la perseverancia fue clave: antes de obtener el protagonismo en Guardianes de la galaxia , el actor había hecho audiciones para películas como Avatar, Star Trek y G.I. Joe, los cuales perdió contra Sam Worthington, Chris Pine y Channing Tatum, respectivamente.