Ella es la rubia neurótica que dejó en espera a su dulce prometido y una vida llena de placer y consumismo. Durante 15 meses en la cárcel, deberá lidiar con acosadoras sexuales y asesinas, pero también –lo que podría parecerle peor–, con la falta de jabón decente, crema para manos, sandalias, un baño con puerta, el iPhone, la nueva temporada de Mad Men y algo más en su clóset que el traje naranja de reclusa recién ingresada.
Son muchas las historias que terminan con un villano encerrado en la cárcel y otras empiezan con un protagonista que intenta escapar de ella, pero en Orange is the New Black, la serie original de Netflix, la cosa va distinta: nos habla sobre las implicaciones de adaptarse al nuevo orden social detrás de los barrotes. ¡Es pura supervivencia!
La tragicomedia regresa con más capítulos el próximo viernes 6 de junio, que en el caso de Netflix, el sitio web de streaming de series de televisión y películas, significa que, si usted es suscriptor, tendrá a su disposición todos los nuevos capítulos ese día.
Esta historia, que ha sido descrita a grandes rasgos como una versión tras las rejas de Desperate Housewives (con una pizca de Sex and The City ), nos lleva a través del proceso que su protagonista, Piper Chapman, enfrenta al ser encarcelada por un delito de trasiego de drogas, una locura de amor que cometió por su primera relación gay con una narcotraficante, quien la acusó con la policía muchos años después.
En la cárcel, Piper comparte con todo tipo de presidiarias, una buena mezcla de latinas, afroamericanas, locas y algunas fieras de gueto, de quienes la producción nos cuenta, a través de flashbacks , la razón por la que llegaron a convertirse en delincuentes.
En su convivio, inevitable y abrumador, las reclusas chocan, se rozan o explotan entre sí, lo cual lleva a episodios de violencia o absoluta ternura. También hay mucho humor y dosis picantes de erotismo.
Memes y aplausos. Al cierre de la primera temporada, Piper deja en ascuas a los seguidores de la serie por un enfrentamiento brutal con una esquizofrénica ultrarreligiosa, y por lo abierta que se muestra a retomar su relación gay , lo que implica terminar con su prometido.
La serie está basada en el libro homónimo de Piper Kerman, pero la adaptación y la producción ejecutiva quedaron en manos de la singular Jenji Kohan, el cerebro maquiavélico detrás de otra retorcida comedia negra: Weeds .
Aunque en Orange todos los personajes brillan por su propia luz, podríamos decir que el elenco principal está conformado por Taylor Schilling, en el papel protagónico; Jason Biggs ( American Pie ), como su novio, y Laura Prepon ( The 70’s Show ), como la muy atractiva narco que forma la tercera parte de este triángulo amoroso, uno de los tantos que veremos nacer en la prisión.
En su primer round , la serie obtuvo una nominación a los Globos de Oro y ganó como show favorito en los AFI Awards y los People Choice Awards, entre otros.
La crítica ha sido benévola. El sitio web Indiewire resaltó que fue una de las mejores series del 2013, no solo por su buena narrativa, sino también por haberse convertido en un fenómeno cultural “que es capaz de generar tanto memes en Internet, como una discusión seria sobre reformas del sistema penal”.
Los diarios El País y The New York Times , por otro lado, resaltaron que la serie muestra los diferentes matices de la feminidad. “ Orange también presenta personajes que casi nunca son retratados, o al menos no con mucha empatía. La prisión no es un monolito de bravuconas incorregibles, todas tienen una historia dolorosa detrás”, escribió el diario estadounidense.
La segunda temporada tendrá 13 episodios de una hora. Trece visitas a la cárcel que harán a muchos querer volver (o delinquir)...