La noche de este domingo 8 de setiembre el programa Dancing with the Stars tuvo una de sus galas más sentidas: la del año memorable. En ella, todos los participantes revelan la época en la que su vida experimentó cambios importantes por algún acontecimiento, en su mayoría, dolorosos o difíciles.
Una de las historias más sentidas que se dieron a conocer fue la del modelo Greivin Morgan, quien en 2012 sufrió la pérdida de su hermano mayor, Walter Morgan.
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“Es algo terrible. Realmente nadie está preparado para experimentar la muerte de un familiar. Éramos cuatro hermanos, teníamos una relación bastante estrecha. He aprendido en los últimos años a confiar en Dios y poner todo en sus manos para sobreponernos a cualquier circunstancia”, aseveró Greivin, de 34 años. El hermano de Greivin fue asesinado.
Ver esta publicación en InstagramCómo dijo @sharonsegurag, Dios tiene un propósito especial y único ♥️ en cada situación que vivimos
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El participante recordó a su hermano a través de una potente coreografía, en la que al final aparecieron en escena sus dos hermanos mayores, convirtiendo el instante en uno de los más fuertes y emotivos de la noche.
Greivin y Lucía Jiménez, su compañera de baile, recibieron 22 puntos por parte del jurado. La bailarina contó que su padre también fue asesinado, por ello, el gran sentimiento en su presentación.
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“Una vida muy vacía”
Meses antes de la pérdida de su hermano, ya Greivin estaba pasándola mal a causa de la vida que llevaba.
“Venía de vida muy vacía: era fiestero y mujeriego. Aparte ocurrió lo de mi hermano y tuve una difícil situación con la economía. Esos hechos me hundieron, pero me permitieron conocer a Dios de otra manera. Le entregué mi vida por completo porque era un desastre. Realmente hay que estar mal para buscar realmente a Dios”, dijo.
Greivin Morgan tiene 12 años de dedicarse al modelaje, él no dice que su trabajo en ese ambiente haya incidido en la forma de vida que llevaba, pues dice que quien quiere vivir así lo puede hacer desde cualquier profesión.
“Siempre habrá cosas malas dentro de cualquier trabajo. Algunas veces el modelaje conlleva estar en este tipo de actividades y si uno se involucra mucho, cuando se da cuenta está en lugares o haciendo cosas que no son correctas delante de Dios. Recuerdo que muchas veces me sentía como ‘un pedazo de carne’, yo quería cariño. Sentirme amado. Y no pasaba porque yo era demasiado mujeriego. Muchas veces me sentí mal. Hasta lloraba porque me sentía utilizado. Todo era fiesta y mujeres. Dije que tenía que hacer un alto”, comentó.
El participante del concurso de ballroom agregó: “A veces yo salía y estaba en un bar a las 3 a. m. con sueño, cansado, con borrachos haciendo nada. Llegó el momento en el que decía qué hago aquí. También decía: ‘quiero un abrazo, alguien que me quiera’”, detalló Morgan, quien es administrador de empresas y cuenta con tres negocios propios.
Siete años después de sus difíciles vivencias, Greivin continúa aferrado a su fe en Dios, existe con la premisa de que “lo necesita cada día para ser mejor”.
“Si uno se aleja de Dios se acerca a ese mundo que me hizo sentir muy mal. Sin Dios la vida se va rapidísimo, la vida es más complicada”, aseguró.