Podría decirse que la despedida de Édgar Silva de Buen Día se dio en formato de miniserie. Tres capítulos fueron más que suficientes para colgar la palabra "fin" en su relación laboral con Teletica, luego de 20 años de formar parte de su planilla. Aunque, como en todo programa, la posibilidad de un regreso a su "casa" no estaría del todo descartada.
"Espero que en el futuro los caminos se vuelvan a cruzar, y desarrollar algún proyecto de nuevo acá. Quedo a la disposición de nuevos proyectos", afirmó el periodista en un comunicado de prensa publicado en la página web de la televisora.
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Si bien es cierto esta es la segunda vez que el guanacasteco renuncia en poco más de un año, Silva asegura tener la convicción de que esta etapa le permitirá desarrollarse en otros campos de la comunicación, en especial los relacionados a la asesoría en proyectos sociales.
Capítulo uno: primer adiós. La necesidad de explorar caminos distintos en su carrera, además de tener más tiempo para poder compartir con su esposa y su familia, llevaron a Silva a solicitarle a canal 7 la posibilidad de alejarse de las cámaras por un año o más en el mes de octubre del 2014.
"He decidido hacer un alto en mis funciones como director del departamento de Revistas de Teletica y presentador de los programas para atender situaciones personales que me permitan retomar mi estabilidad emocional", detalló Silva en la despedida que se incluyó, en ese momento, en un comunicado y luego se transmitió en el espacio Más que noticias.
Capítulo dos: el regreso. Sin embargo, en enero de este año, el periodista regresó a la fila de presentadores del Tope de Palmares de canal 7, además de retomar las riendas de Buen Día, promoviendo una serie de cambios: revisar temas, mejorar la dinámica y la forma en la que se transmitían las informaciones, además de remozar el grupo de conductores.
Mucho se le cuestionó sobre la dependencia que podía existir entre él y la televisora, por el poco tiempo que estuvo alejado de las cámaras. Para él, solo se trataba de que hacía un buen trabajo.
"No sé si la palabra es dependencia. Si a vos te convocan para proyectos es porque la gente considera que vos podés aportarles algo a esos proyectos. Si ellos consideran que yo sigo aportando, pues en buena hora para mí, porque me garantizo el trabajo", dijo en una entrevista que cedió a la revista Viva.
Su regreso significó también traer abajo los rumores sobre una supuesta enemistad con su colega Adriana Durán, pues según argumentó entonces, deseaba quitar toda esa aura de misterio que se generó con su salida.
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"Para verdades el tiempo, el hecho de que yo esté regresando ahora sin mayor sobresalto –por lo menos para mí– espero que evidencie a esos malintencionados que no había nada de eso que ellos hablaban. Lo que pasa es que yo sé el medio en el que me desempeño y entonces no me iba a desgastar aclarando cosas que el tiempo se encargó de evidenciar, aquí estoy de vuelta, no me he ido, no estoy peleado con el canal, no me echaron", expresó.
Capítulo tres: nuevos horizontes. Durante la pausa que hizo la primera vez, Silva dedicó su tiempo a compartir con sus seguidores en su perfil de Facebook fotos del curso de barismo que estaba realizando en esos meses. Esta se convirtió en una de sus nuevas pasiones. Ese pudo haber sido el primer paso que lo vincula ahora con el Comité de denominación de origen del café de Tarrazú, donde trabajará en la divulgación de los beneficios de esa denominación para la comunidad.
También se integrará al equipo de trabajo de la Cámara de Ganaderos de San Carlos.
Fue el conductor de El Chinamo de fin de año en sus inicios: del 2002 al 2007. Además, se convirtió en una figura infaltable en los programas de Teletica Formatos como Bailando por un sueño, Cantando por un sueño, Nace una estrella, Studio 7 y Pequeños gigantes.
Su proyecto más reciente fue Las paredes oyen, que se estrenó en abril del año y en el cual entrevistó a Pilo Obando, Alberto Cañas y Matteo Quintavalle, entre otros.