Sus ojos son de un profundo color verde que con una mirada intensa reflejan la alegría que encontró hace muchos años al hacer reír a millones de personas. Édgar Vivar, el queridísimo Señor Barriga del Chavo del 8 , tiene también una voz suave y cariñosa que prodiga amor a cada persona que se le acerca a darle muestras de admiración.
En una visita fugaz por Costa Rica para apoyar la creación de un hospital público veterinario , el también médico de profesión y cantante habló con Viva sobre el trabajo que realizó junto al genio creativo de América Latina: Roberto Gómez Bolaños, Chespirito ; y también de sus múltiples compromisos artísticos que lo desligaron hace bastante tiempo de Ñoño y El Botija.
Vivar supo reinventar su trabajo y ha realizado numerosos papeles en teatro, cine y televisión; pero asegura firmemente que seguirá agradeciendo el legado que dejó en su vida Chespirito, su gran amigo.
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Se desvinculó de los personajes que intepretó con Chespirito y no ha necesitado seguir interpretándolos para continuar con su carrera actoral, ¿cómo lo logró?
Creo que he sido el único de aquél elenco que lo logró porque tuve la convicción de que por respeto al público, a mí mismo y a los personajes de Roberto , de no aferrarme a ellos. El público tiene una imagen refrendada a partir de los videos que se siguen transmitiendo y a título personal encuentro patético querer hacer un personaje que interpreté hace 25 años.
Cuando tomó la decisión de no hacer más al Señor Barriga o a Ñoño, ¿qué fue lo que pensó?
Cuando veo los videos pienso que lo que hicimos estuvo muy bien en aquél entonces, pero ya no puedo hacer las caídas, por ejemplo. Dicen que Dios perdona, pero el tiempo no y pues prefiero que se queden los personajes igual a como los recuerdan todos; así que pensé en dar una imagen más renovada y actual de Edgar Vivar como actor.
¿Qué significan esos personajes en su vida?
Son hermosos y entrañables. Representan una etapa dorada y definitiva en mi vida, pero ya terminada; aunque la proyección y el cariño que me han generado sigue siendo impresionante.
¿Cuál es la receta que ha aplicado para mantener una carrera fuera de Chespirito?
Es trabajo nada más. Pienso que el talento es un cheque que se cobra tarde o temprano; entonces si no tienes un talento que sustente la predilección del público no permaneces. Me gusta mucho lo que hago y trato de manifestarlo en cada trabajo que desempeño y tengo la suerte de que al público le es grato mi trabajo y sobre todo que también he convencido a los productores de que puedo hacer algo diferente.
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El 28 de noviembre se cumple un año del fallecimiento de Chespirito y ustedes eran muy unidos, ¿cómo ha asimilado la ausencia de Roberto Gómez?
El tiempo es un acicate, te cicatriza las heridas y te acostumbras a la ausencia. No hay día en que no recuerde a Roberto, porque le debo muchas cosas en el plan profesional y personal. Pero ahí está su trabajo, el público me lo sigue recordando todos los días, no hay un solo día de mi existencia que la gente no me diga ‘gracias por lo que hicieron, Señor Barriga’.
Los personajes de Chespirito siguen vigentes, ahora más con las caricaturas y los muñecos que se venden, ¿qué piensa cuando ve todo ese producto actual?
Es una medida de mercadotecnia muy atinada, pienso yo, porque busca y llega a un público para el cual no fueron pensados los personajes en su momento. Este es un homenaje a la creación del genio creativo de Roberto que escribió todos los personajes y al talento interpretativo de una serie de actores muy buenos, modestia a un lado. Los dibujos trascienden a una plataforma más actual y lo más notable de todo esto es que sigue funcionando, porque estas nuevas generaciones que no conocieron a Ramón Valdés o a Angelines Fernández, reconocen su trabajo a través de los muñequitos.
¿Recibe alguna remuneración económica sobre esos derechos?
No, esto es una excelente estrategia de mercadotecnia porque los dibujitos no piden aumento de sueldo y no envejecen.