He pensado cómo podría haberse visto en papel la trama de Gilmore Girls . Madre soltera e hija adolescente viven en un pueblo tranquilo de Estados Unidos. Lorelai fue una madre joven que, eventualmente, maduró junto con su única hija. Esa niña, Rory, ahora a punto de convertirse en una mujer adulta, enfrenta a las hormonas de su edad con los libros del colegio bajo el brazo. Ese es el corazón de todo.
En una década de publicistas, políticos y robots maquiavélicos, villanos que son superhéroes, caballos cínicos y familias tóxicas, la relación cálida de una madre con su hija es un tema demasiado corriente, insulso en comparación con otros.
¿Por qué la octava temporada de una serie que enterramos en el 2007 se siente como volver a casa?
Nada más lejano que el pueblito inventado de Stars Hollow de Connectitut a mi Alajuela. Aún cuando soy la única hija de una madre soltera, mi mamá y yo nunca compartimos la edad correcta para ser mejores amigas (ni para dispararnos rápidamente con adorable retórica sobre cultura pop).
Por eso Gilmore Girls es un hogar, para mí y el resto de sus fans: un hogar idílico que, durante los primeros años de este siglo, nos esperó con un abrazo, un chiste sobre café y la certeza de que existe el amor, todavía más puro cuando lo comparten una madre y su hija.
Una casa no es un hogar. El mundo que vio nacer a Gilmore Girls era otro. En el 2000, cuando su visionaria creadora Amy Sherman Palladino propuso el proyecto a de The WB –el canal que llamamos Warner en Latinoamérica– el equipo tuvo la inusual oportunidad de crearlo sin que la cadena la presionara por encajonarlo.
“En la época que puse Gilmore Girls al aire, a las chicas adolescentes las representaban en dos categorías: las porristas guapas con una anorexia secreta o las chicas marginadas de pelo oscuro y zapatos Doc Martens que odian a las porristas pero, en secreto, desean ser ellas”, explicaba Sherman Palladino en noviembre del 2015 durante una entrevista con NPR.
Un mes antes de esa entrevista, Netflix anunció que iba a resucitar la serie. Se habló de producir un grupo de películas y que todo el elenco original participaría en esa octava –pero también última– temporada.
Las primeras actrices en volver fueron Lorelai (interpretada desde el comienzo por Lauren Graham) y, tras un poco de incertidumbre, su hija Rory (Alexis Bledel).
La tan necesaria Rory es la grieta que expandió el universo dicotómico descrito por Sherman Palladino: “No había una chica que estuviera cómoda en su piel, no calzara en ningún grupo y estuviera cómoda con eso; una chica para la que los libros, su educación y su futuro fueran más importantes que los hombres. ( Gilmore Girls ) fue una oportunidad para poner esa otra adolescente en televisión”.
A donde guíes. Lorelai y Rory comparten una relación envidiable. Con una diferencia de 16 años entre ambas, Lorelai es el adulto que maduró de golpe tras un embarazo que deshonró a sus padres de alta sociedad y la forzó a huir (de un matrimonio prematuro) hacia el refugio de Stars Hollow.
En los años que no cuenta la serie, Lorelai alimenta a su hija con una mezcla de comida rápida, sendas tazas de café, series clásicas de televisión, música pop y genuino afecto.
Su educación materna la complementan sus vecinos, un grupo de excéntricos que habitan las encantadoras tiendas del centro histórico del pueblo: Luke (Scott Patterson,) el dueño de la cafetería favorita de las Gilmore y eventual romance de Lorelai; Sookie (Melissa McCarthy), la chef que trabaja con Lorelai en un hostal; Lane (Keiko Agena) y su madre coreana que administran una tienda de antigüedades.
Otros personajes aún más inusuales completan el mapa de Stars Hollow: la señora Patty quien administra un estudio de ballet; Taylor, el representante político del pueblo y dueño del supermercado local; y Kirk, un hombre muy extraño cuya única razón de ser es hacer los mejores chistes de casi todos los episodios en los que aparece.
También intervienen los dos romances más importantes de la vida de Rory: el sereno Dean (Jared Padalecki) y el rebelde Jess (Milo Ventimiglia).
Fuera de ese círculo de intimidad se encuentra la segunda relación que motiva los cambios más grandes en la vida de Rory, especialmente para sus circunstancias educativas y sociales: sus abuelos, Richard (quien fue interpretado por el fallecido Edward Herrmann) y Emily Gilmore ( Kelly Bishop).
Los abuelos presionan por imponer sus valores elitistas en la educación de Rory, como una forma de resarcir el daño que le hicieron a su hija.
Esos conflictos, los lazos ratos y enmendados entre Lorelai, su hija y sus padres, son lo que empuja a la sencilla historia de las mujeres Gilmore. Una historia sobre mujeres tercas, excéntricas, llenas de defectos y afecto.
Tú saltas, yo salto. Gilmore Girls tuvo su última temporada en el 2007 cuando Sherman Palladino había sido despedida pero el show debía continuar. Y sí, el show continuó pero rompió con el encanto del entendimiento mágico que tenía la creadora de todos sus personajes.
El cierre de la serie fue en el café de Luke, Lorelai y Rory juntas antes de que esta última se marchara a cumplir su sueño de ser periodista durante la campaña de Barack Obama.
Tras varios episodios en los que los peores defectos de las personalidades de su elenco se volvieron incontrolables , los fans le hicimos luto a la serie con resignada amargura.
Retomar la historia es, en parte, un regalo para los fans y, también, una apuesta de Netflix para lucrar con la nostalgia (mismo sistema que usaron para resucitar Full House y que, al parecer, dio buenos resultados).
Con la competencia de las series contemporáneas, Gilmore Girls no sobreviviría si no fuera por los fans. La misma Sherman Palladino admite que una serie tan sencilla y romántica no recibiría aval de otra cadena que no fuera Netflix.
Los nuevos episodios llevan el nombre de las estaciones que tanto celebra el pueblito de las Gilmore: Invierno, Primavera, Verano y Otoño –después de todo, la serie se subtítula como Un año en la vida –.
Los personajes no retoman sus vidas nueve años después de la pausa. El público simplemente regresa a verlos, regresa a casa.
¿Rory cumplió su sueño de ser periodista? ¿Lorelai alcanzó el amor junto a Luke? ¿Podrá Rory tener un amor más duradero que el que tuvo con Dean?
La nueva temporada no promete respuestas correctas pero sí interesantes: adonde guíe Gilmore Girls , los fans le seguiremos.
Véalo. Viernes 25 de noviembre. Netflix