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Elizabeth Pérez no solo logró conquistar con su belleza a toda una audiencia a lo largo y ancho de Latinoamérica, sino que también, su dominio en las diferentes disciplinas la convierten en toda una experta en el campo deportivo.
Ni siquiera su pareja, un italiano aficionado al Inter de Milán, se atreve a discutirle esos temas.
Nacida en Cuba pero criada en Venezuela, Elizabeth es desde hace más de tres años el rostro de los deportes de CNN en Español.
Ella conversó en exclusiva con Viva de cómo se hizo un lugar en un ambiente colmado por hombres, la preocupación por su familia radicada en Venezuela y de su amistad con la nacional Glenda Umaña.
Antes de iniciar la entrevista me dijo que se fracturó un pie. ¿Qué fue lo que le sucedió?
Sí, en el pie izquierdo. Fue una caída poco glamurosa (risas); hace un mes me fracture dos huesitos, pero ya estoy mejor. Es la incomodidad de ir al trabajo en muletas, pero la magia de la televisión te permite seguir laborando solo que con la toma un poco más cerrada.
¿Qué referencias tiene de nuestro país?
Estuve en Costa Rica hace 4 años y me encantó. Me pareció muy lindo. Estuve en las playas de Guanacaste de vacaciones, en un hotel ecológico con mis amigas. También fuimos al volcán Arenal, hicimos canopy . El lema de ustedes lo aplicamos muy bien. Visitar Costa Rica fue pura vida porque regresé con energías recargadas.
¿Cómo es su relación con la costarricense Glenda Umaña?
Sabes que Glenda para mí ha sido una persona maravillosa, te lo digo de corazón. Cuando me mudé a Atlanta fue la primera persona que me abrió los brazos y las puertas de su casa. Fui a visitarla, organizó un almuerzo y le agradezco tanto porque es tan atenta y tan receptiva, que logra que haya un ambiente de trabajo cómodo.
¿Qué representa trabajar en una cadena como CNN ?
Es una satisfacción enorme y al mismo tiempo una responsabilidad, pues todo el mundo te está viendo, por eso uno debe esforzarse más. Me cambió la vida el trabajar en CNN , por lo que aprendes cada día. Creo que te vuelves mejor periodista. Estás rodeado de compañeros que son los mejores de cada país, los tienes a tu lado. La cadena tiene muchos recursos para capacitar a sus trabajadores, periodística y técnicamente.
Creo que he podido aprovechar el tiempo que estuve en Atlanta, pues yo transmito todos los días desde la sede en Miami.
¿Cómo ha sido posicionarse en un lugar que por mucho tiempo lo tuvo Diego Bustos, su antecesor?
El lugar de Diego siempre estará ahí. Él estuvo más de 15 años en la cadena. Yo vengo a complementar el equipo de trabajo que ya está funcionando. Tuve la oportunidad de trabajar con él el primer año, es muy simpático, fanático del golf que es a lo que ahora se dedica. Creo que cada quien se gana su lugar y se forma su audiencia. Hay gustos, hay gente que le gustará más un hombre dando deportes y otros más abiertos a recibir a una mujer.
¿Cómo pasó de Ingeniería en Sistemas a Periodismo?
Estudié Ingeniería porque la ciencia me gusta mucho. Siempre tuve el periodismo muy presente, pero no estudié la carrera porque no la daban en mi ciudad, Maracay. ¡Increíble! Mi padre no quería que me fuera sola a Caracas por la alta criminalidad. Entonces estudié Ingeniería; a mitad del camino abrieron la carrera de Periodismo, pero yo lo que empiezo lo termino. Me gradué, me fui a Estados Unidos a estudiar Inglés y tuve la suerte y la señal divina de ganar una beca en la Universidad de Florida, allí saqué Comunicación. Para uno como latino la opción de pagar es muy costosa, aproveché la beca e hice práctica en el diario The New Herald y en el canal Telemundo.
¿De qué forma luchó para convertirse hoy en una de las mujeres referentes del periodismo deportivo, área que la sociedad suele encasillar solo para los hombres?
Creo que la única manera que hay para luchar contra todo eso es con el conocimiento. Preparándote, estudiando y mostrando que eres una profesional y puedes hacer el trabajo de igual o mejor forma que un colega masculino. El conocimiento es la herramienta clave para cualquier rama. Cuando llego a CNN ya trabajaba en deportes extremos en Telemundo. Llegué acá y me tocó abrirme al continente, porque ya la audiencia no era solo Estados Unidos ni Florida, era el continente completo, y eso requirió un esfuerzo que lo hice con mucho gusto, y me permitió crecer y ganarme el aprecio del público.
¿Alguna fuente se ha propasado con usted?
¡Fíjate que no! No se me ha presentado el caso, y si ha pasado no me he dado cuenta (risas). De repente soy muy inocente. No creo, cada cosa tiene su lugar. Si bajas a un estadio, hay un grupo de muchachos y vas vestida de cierta forma que no corresponde, pues obviamente, ¡son muchachos! Ahí está la testosterona ejerciendo su influencia, pero si estás en un lugar para hacer una entrevista no tiene por qué pasar nada.
¿Y al contrario? ¿Un entrevistado que usted lo haya intimidado?
Hay de todo, jugadores que por su inexperiencia no tienen mucho fogueo con la prensa, entonces ahí sí se les puede notar un poco nerviosos, y dicen un discurso aprendido que no tiene nada que ver con lo que les preguntas.
¿Cuál es el deporte que más disfruta comentar y el que no dominaba?
A mí me gusta mucho el béisbol porque soy de Venezuela, también me encanta el baloncesto. El que más me ha costado porque no lo conocía, porque no se practica en Venezuela, es el fútbol americano.
Hace poco habló con Pelé. ¿Qué le llamó la atención de esa charla?
No sabía que era un hombre tan sencillo, uno lo puede ver en otras entrevistas y te da esa impresión. A veces pueda ser que la persona actúa para la cámara. Pude estar dos horas con él, mientras se armaba el set, dio entrevistas para The New York Times y Wall Street Journal , y fue una experiencia única porque pude estar con el hombre más allá de la figura emblemática que es. Confesó que el fútbol le ha dado más a él que lo que Pelé le ha dado al fútbol; me asombró esa humildad.
¿Cómo se describe Elizabeth?
Después de los enlaces en vivo y de grabar los segmentos diarios llego a la casa y lo primero que hago es lavarme la cara. No soporto estar con maquillaje y ya en la casa leo mucho, trato de sacar un tiempito para eso (en ese instante se escucha que algo interrumpe la conversación). ¡Perdón! Es que subieron al sillón Lilly y Palino, mis perritos dos galgos italianos. Te decía que siempre tengo un libro por empezar y otro por la mitad. Ahora me estaba leyendo uno de fútbol.
Leí que tiene novio italiano...
Sí, se llama Giovanny, es mi prometido, ya se cerró ese negocio no hay chance pa’ más nadie (risas). Parte la mudanza a Miami fue eso, él vive acá, yo estaba en Atlanta y nos tocaba viajar fines de semana. Era agotador. Se dio la oportunidad de regresar y estamos felices, planeando ver si nos casamos a finales de año, tranquilos, disfrutando el clima de Miami.
¿De qué manera digiere la inestabilidad que vive Venezuela y la preocupación por su familia allá?
De verdad que rompe el alma. Sobre todo el limbo en que se metió Venezuela; ahora mismo el oficialismo y los opositores están que no tienen un diálogo. El que más sufre es el pueblo venezolano. Mis padres viven en Maracay (ciudad donde asesinaron en una carretera a la exreina de belleza Mónica Spear) y uno no sabe qué esperar. Se vive con incertidumbre. Ellos están pensando en mudarse a Estados Unidos, son personas mayores.
¿Qué retos profesionales tocan su puerta a corto plazo?
Ahorita estoy presentando el programa Vive el golf , el que hacía Diego, le agarré el gustico. También voy a estar presentado Al galope , el programa hípico de la cadena. Te soy honesta... luego vienen vacaciones, no todo es trabajo. También cuando no lo ven a uno un ratico en televisión es que estamos descansando (risas). Porque sí se trabaja mucho, pero se disfruta.