Para tener alguna idea de una típica escena del nuevo programa Las subastas de Cari hay que imaginarse a una hermosa y algo atrevida rubia de 38 años auscultando los lugares más incómodos y menos pensados de las casas de personas comunes para encontrar una enorme variedad de antigüedades, que luego subasta a un creciente número de coleccionistas que desea darle nueva vida a estas piezas olvidadas.
Desde hace más de una década, también trabaja con personas que han perdido a uno o a varios seres queridos. Sus servicios consisten en ayudarles con la liquidación de la herencia. Es decir, busca objetos de valor entre las posesiones de quienes han fallecido para venderlas en subastas y así generarle algún dinero a los dolientes.
Esta particular preferencia laboral, que además se extiende a lo vintage –objetos, ropa y joyas de otra época– la llevó a comprar, según se aprecia en uno de los capítulos de la serie, un remolque repleto de ropa y joyas de este género.
Durante una amena conversación con Teleguía , la anfitriona y experta habló con gran emoción acerca del ingreso de su programa, que ya se transmite en 30 países del mundo, al mercado latinoamericano gracias al canal Fox Life.
¿Por qué participa en este programa y qué puede decirnos sobre él?
Básicamente, fue una oportunidad que se me presentó sin que yo la buscara. He estado en el negocio de las antigüedades y de lo vintage por más de 13 de años, aunque en realidad he estado rodeada de estas cosas toda mi vida. Es muy divertido mostrar los distintos tesoros que se pueden encontrar en las casas y cómo es el proceso de vender una herencia.
¿Cómo define un tesoro? ¿Cómo sabe diferenciar entre lo que tiene valor y lo que no?
Gracias a mis años de experiencia en esto, puedo identificar un verdadero tesoro y he desarrollado un buen instinto para saber lo que la gente comprará. Además, tengo una idea bastante precisa de cuánto pagará el cliente porque en realidad el valor de algo se define precisamente de acuerdo con lo que se esté dispuesto a desembolsar en el mercado. Entre mi experiencia y el seguimiento constante de las tendencias del mercado de los objetos de época o de segunda mano he logrado desarrollar un buen ojo para detectar cuáles son antigüedades genuinas.
¿Qué ha aprendido sobre las antigüedades y los coleccionistas durante el rodaje del programa?
La belleza de este negocio, y siempre lo he dicho, es que no se puede saberlo todo. Cada día hay algo nuevo por aprender, ya sea sobre una empresa que quebró hace varios años y que elaboró alguna pieza con varios aspectos de gran calidad, o por qué el objeto fue hecho, quién lo coleccionó y por qué es especial. Muchas veces me topo con algún coleccionador –y siempre he dicho que mis clientes son en numerosas ocasiones mis maestros– porque saben muchísimo acerca de un objeto o un género específico y comparten hasta los más ínfimos detalles.
¿Alguna vez ha estado negociando con algún cliente que luego empieza a sospechar acerca del verdadero valor de sus cosas y al final prefiere venderlas por su cuenta?
Yo me muevo en una línea muy delgada. En muchas ocasiones, cuando visitamos una casa es porque alguien ha muerto, y estamos ayudando a la familia a vender los objetos que allí se encuentran para que gane un poco de dinero, y a veces, si alguna cosa es de un valor mayor tratamos de contactar a toda nuestra base de clientes y de colocarla mediante la Internet. Sin embargo, hay muchos casos en que las personas se resisten a vender porque no se le puede poner precio a un recuerdo o a algo con mucho valor sentimental.
¿Qué caso de venta de una herencia recuerda por encima de las demás?
En uno de los episodios, el último de la primera temporada, me encargué de la venta de la herencia de mis abuelos. Yo era la clienta y también la empresa que ponía las cosas a la venta. Esa experiencia me reafirmó cómo debo tratar a mis clientes y la importancia de manejar este negocio con mucha delicadeza.
¿Cuál ha sido el objeto más extraño que ha encontrado durante la realización de esta serie?
A ver. He encontrado muchas piezas emocionantes. A veces me gustan los objetos más extraños, los que han sido completamente olvidados en un granero. En un episodio, tuve literalmente que gatear cerca de la ventana de un granero para extraer algo. Lo más impactante para mí es sentir que me encontré con un verdadero tesoro enterrado.
¿Qué ha sido el objeto por el que más ha pagado?
Déjeme pensar. Creo que fue en la tercera temporada y me parece que fueron $4.000 por un remolque lleno de joyas y ropa de épocas anteriores ( vintage ). Básicamente fue una sola compra gigante. Fue muy agradable comprarlo e ir viendo las cosas que contenía. De hecho, todavía no he terminado de revisarlo.
¿Cuál es el tesoro que guarda un lugar especial para usted?
Buena pregunta. Cuando me encargué de la venta de la herencia de mis abuelos, me encontré con un diario de mi abuelo, llamado Morris. Él era el máximo cazador de antigüedades y de tesoros. Morris y Rosalie (mi abuela) me enseñaron muchísimo acerca del mundo de las antigüedades y de los objetos de época. Ese diario es realmente espectacular porque Morris incluía allí todo lo que encontraba. Ese diario es uno de los recuerdos que más atesoro.
¿Cómo motiva a los jóvenes a hacerse coleccionistas?
A mí esto me encanta e intento transmitir ese entusiasmo. Siento que, al menos en los Estados Unidos, los objetos readaptados, las antigüedades y lo vintage son una tendencia que cada vez cobra mayor fuerza y que está aquí para quedarse. Una de las principales formas de manifestar una actitud “verde” es con el consumo de este tipo de cosas. Mi propósito es empezar eventualmente un club de coleccionistas jóvenes. Me gustaría tener a un clon para poder tener más tiempo para hacer todas las cosas que me gustan y que me he propuesto.
¿Qué le aconseja a la gente que vaya a comprar antigüedades para que no desperdicie dinero en algo falso o que no vale lo que dice el vendedor?
La clave es hacer la tarea. Por suerte contamos con la Internet, que es una gran herramienta para ‘estudiar’ antes de comprar una pieza. Ahora, a veces no tenemos tiempo para eso, pero una de las cosas que me ha servido mucho es simplemente seguir mi instinto, que siempre me ha llevado por buen camino. Si usted desea adquirir algo y su instinto le dice que sí, entonces cómprelo.