No la anunció por todo lo alto, ni hizo una gran campaña de expectativa como suele hacerlo para sus grandes estrenos. Posiblemente, fue porque Netflix nunca se imaginó que Gambito de dama iba a seducir a la audiencia internacional de la forma en que lo ha hecho hasta ahora.
La miniserie cuenta con un total de siete capítulos, de aproximadamente una hora cada uno, y desde el primer minuto, permite recorrer de la mano de Elizabeth Harmon un camino lleno de pruebas, traumas del pasado y soledad, en el que descubre, por medio del ajedrez, su gran pasión, destreza y habilidad para el juego.
Esta es una historia basada en una novela del mismo nombre del año 1983 de Walter Tevis, sobre la transición a la edad adulta que explora el verdadero precio del talento.
Beth Harmon es una menor que tras quedar huérfana es trasladada a un orfanato de Kentucky, Estados Unidos, a finales de los años 50. Allí descubre su extraordinario talento para el ajedrez mientras desarrolla una adicción a los tranquilizantes que el sistema público estatal usaba para sedar a los niños.
Atormentada por sus demonios personales y movida por la obsesión y un cóctel de narcóticos, Beth se transforma en una joven superdotada y glamurosa, decidida a romper barreras y conquistar el hipermasculino mundo del ajedrez competitivo cueste lo que cueste.
Para los críticos, esta es una serie que cuenta con todo tipo de elementos que permiten considerarla como la mejor serie de Netflix del 2020 y, al igual que le pasó a otras series como Poco ortodoxa, nadie la vio venir.
Pero, ¿cuáles son las razones que explican el éxito detrás de Gambito de dama?
La protagonista
Sin duda una de ellas es Anya Taylor-Joy quien da vida a Beth Harmon. La interpretación de la actriz anglo argentina de 24 años ha sido aplaudida por la crítica, pues su personaje envuelve al espectador de principio a fin con gestos y miradas acordes a cada escena.
“Anya Taylor-Joy, como protagonista tiene un personaje tan magnético que cuando mira por el lente de la cámara, su mirada de piedra amenaza con atravesarla”, asegura Caroline Framke, crítica de Variety.
Para este papel la actriz tuvo que aprender incluso sobre ajedrez, pues no sabía nada. Así lo confesó en una entrevista con La Nación de Argentina, donde detalla que recibió clases con varios maestros para que su papel fuera lo más cercano posible a la realidad.
La argentina también reveló que apenas fue elegida como la protagonista, corrió no solo a leer y aprenderse el guión, sino que se leyó el libro en el que está basada la serie.
“Netflix presenta a una estrella emergente en Anya Taylor-Joy, quien ya es una de las favoritas de la crítica y la juventud. Y su cautivadora actuación ya es un hecho”, dice Indie Wire.
Las temáticas
Uno de los factores más determinantes y que posiblemente han hecho que la serie se mantenga en top de lo más visto, es el recorrido por los diferentes problemas sociales que se abordan: desde el abandono hasta la drogadicción.
Beth se refugia en el ajedrez para huir de sus problemas. Estando en el orfanato crea una adicción a las drogas siendo tan solo una niña, donde incluso sufre una sobredosis. Sin embargo, este no fue un motivo para que las dejara y siguió consumiendo las cápsulas durante su adolescencia, a la que le sumó licor, pero llegó el día en que se dio cuenta que no las necesitaba.
Vio a su madrastra sumida en el alcohol y fue ella quien la incitó a tomar.
Además, desde pequeña fue una niña callada, de pocos amigos, que no le importaba lo que pensaran de ella. Creció en soledad, no porque quisiera, sino porque no encajaba en ningún grupo, incluso sufrió bullying.
También la serie muestra a una joven intentando derribar esteriotipos al jugar ajedrez, un deporte catalogado para hombres... hasta la actualidad. Lo que abre un debate sobre las competencias de ajedrez, pues sus grandes jugadoras en la realidad han tenido que soportar desprecios de todo tipo por parte de sus contrincantes, por ser mujeres.
“La historia ficticia de Beth refleja una triste realidad: el ajedrez ha sido un deporte en el que las mujeres no han logrado el mismo protagonismo que los hombres”, detalla BBC.
Sin embargo, la serie muestra a una Beth empoderada que no le importa ser la única mujer dentro de una competencia, ni se deja llevar por los comentarios machistas: ella solo quiere ser la mejor y cumplir sus metas.
“Independientemente de que lo que le ocurra a Beth sea típico o no, la popularidad de Gambito de dama ha inspirado de nuevo un debate sobre la desigualdad y el sexismo en el ajedrez y qué se puede hacer al respecto, si es que se puede hacer algo”, afirma The New York Times.
La moda
Los expertos también aseguran que el vestuario que se utiliza a lo largo de los siete capítulos también captura las miradas de los espectadores, así como sus peinados y maquillajes casi perfectos.
Los vestuarios calzan a la perfección con los años 60 y fueron diseñados por Gabrielle Binder e inspirados por Christian Dior y Pierre Cardin.
“Gambito de dama es un drama de Netflix sobre ajedrez y ropa (...) pero principalmente se trata de la ropa. Esto no es reductivo; ese es el punto, según Netflix”, detalla The Guardian.
Y es que el vestuario es parte fundamental de Gambito de dama, y tiene un trasfondo dentro de la historia, ya que Beth tiene una necesidad de vestirse bien, tras pasar varios años en un orfanato donde siempre usó la misma ropa. Siempre que gana una competencia invierte una gran cantidad del premio en vestidos y enaguas.
Además, dependiendo de la escena y la situación en la que Beth se encuentre, cambia los tonos oscuros, por tonos pasteles.
El ajedrez
Pero al final de cuentas todo se trata del ajedrez: cada pieza, cada espacio, cada jugada tiene un significado.
La serie lleva por nombre Gambito de dama, y no es para menos, esta es una jugada muy conocida dentro del ajedrez. Es una jugada poderosa que muestra el estilo del jugador.
Según lo explica BBC, la estrategia de gambito en ajedrez consiste en que durante la apertura de la partida, el jugador sacrifica algunas de sus piezas a cambio de lograr una mejor posición en el tablero.
“Hay varios gambitos, el gambito de dama, en particular, se caracteriza por abrirle camino rápidamente a la dama, que es la pieza más poderosa del ajedrez ya que puede moverse en todas las direcciones, sin límite de casillas”, detalla.
Sin embargo, el libro, y en consecuencia la serie, se llaman así no tanto por la jugada, sino por cómo se adapta esa jugada a la vida de Beth Jarmon.
“El gambito de dama es lo que se le pone delante en la vida al personaje de Beth Harmon y ella, como buena jugadora, no lo acepta, ni en la vida, ni el ajedrez”, comenta la revista Esquire.
Bruce Pandolfini, un conocido entrenador de ajedrez y quien formó parte de la producción, fue quien sugirió el nombre tras relacionar la trama con la jugada.
La serie, que se filmó entre Berlín, Alemania y Toronto, Canadá, fue dirigida por Scott Frank.