
Repican campanas en Westeros. King’s Landing está sumido en una dictadura de silencio, rota únicamente por el ruido de campanas que se mueven al compás del viento que llega del Mar Angosto.
Hay luto.
Donde hay luto hay dolor. Donde hay dolor hay traición. Donde hay traición hay venganza.
Los Lannister –Jamie y, sobre todo, Cersei– no se quedarán de brazos cruzados. Hay ira, hay deseo de sangre.
Repican las campanas en la capital del reino.
Tywin, el patriarca absoluto de la familia más acaudalada de Westeros fue encontrado muerto, dos flechas de ballesta perforándole el pecho, sus pantalones en torno a sus tobillos: la muerte le encontró en el sanitario.
El nombre de su asesino lo sabrá el reino entero: lo sabe el reino desde ya, desde el momento en que las campanas empiezan a repicar, agitadas por la brisa marina.
No podía ser otro, no puede ser otro: el padre que muere a manos de su hijo, el tirano que muere a mano de su mayor víctima.
Los Lannister se desangran como se desangró Tywin: el líquido rojo manando de sus heridas más profundas. El patriarca, la mano del Rey, ya no podría reponerse de ellas. ¿Podrá hacerlo su descendencia?
La venganza de Cersei se teje con los hilos de sangre que manan del pecho de su padre abatido.
El reino se suma en silencio mientras la madre del Rey, la más rotunda de las damas de Westeros aprieta los puños y casi puede saborear el dolor que infringirá en Tyrion, el pequeño monstruo, su hermano parricida, la desgracia de la casa más gloriosa del continente.
Ya lo dice la sabiduría popular: los Lannister siempre pagan sus deudas.
Tan solo necesita encontrarlo y el pequeño monstruo no se ve por ninguna parte. Habrá escapado, se habrá escabullido.
¿Flotará el pequeño monstruo en las aguas del Mar Angosto? ¿Volará como un dragón?
Repican las campanas en Westeros. ¿Quién podrá hacerlas callar?
Vamos de nuevo.
La quinta temporada de Game of Thrones llegará este domingo12, de manera simultánea, a 170 países.
El producto estrella de HBO podrá ser visto en todos los rincones del planeta al mismo tiempo, como si se tratara de una final de un Mundial de fútbol, la elección de un Papa o algún otro evento de magnitud cataclísmica.
Tanta es la expectativa, tanto el clamor que supera a HBO.
Ya se sabe que Game of Thrones es la serie más pirateada del mundo; se sabe, también, que esto tiene poco preocupados a los ejecutivos de la cadena estadounidense. Ahora, HBO dejará que Cinemax transmita ese primer episodio para quienes cuentan con paquetes de cable básicos que no incluyen la señal de HBO.
Durante una hora, millones de fanáticos alrededor del mundo sentirán el alivio que da saciar la espera.
No es para menos: un año se dice fácil pero se sufre en grande.
La espera, sin embargo, no ha sido exclusiva para los fanáticos de la serie.
El trabajo de producción de este quinto ciclo comenzó, en realidad, tan pronto se acabó el anterior.
En julio del 2014, Irlanda del Norte se convirtió en el primer escenario de las nuevas escenas. También se comenzó a rodar, muy temprano, en Sevilla.
La inclusión de la ciudad española dio una pista vital sobre los pormenores de la trama que los fanáticos más acérrimos –es decir, los que han leído los libros de A song of ice and fire en los que se basa la serie– supieron detectar en el acto: la serie visitará la provincia de Dorne, al sur de Westeros, el único de los siete reinos que no ha sido puesto en escena todavía.
Para los no lectores, vuela el dato: el príncipe Oberyn era originario de Dorne, precisamente.
Otro dato más: Myrcella Baratheon, hija de Cersei y de su esposo, el finado rey Robert, fue enviada a Dorne durante la segunda temporada por su tío, Tyrion (algo que Cersei no tomó con mucho agrado).
Es inevitable para estas alturas que las relaciones políticas entre King’s Landing y Dorne se complique, por decir lo mínimo.
Festín de historias.
Atrás quedaron los días en que una temporada equivalía a un libro.
El mito de Game of Thrones se ha nutrido, en buena parte, de los reclamos de los lectores a George RR Martin, autor de la saga de novelas.
Dicen sus fanáticos que el hombre se toma demasiado tiempo en progresar en los libros: el quinto salió en el 2011 y no hay fecha para el sexto todavía.
Agregan los fans que, a este ritmo y con la creciente popularidad de la serie televisiva, no es posible augurar un buen final.
Eso está por verse pero, lo que sí está claro es que HBO no tiene paciencia ni piensa soportar esperar a Martin.
Ya la cuarta temporada mezcló elementos de varios libros al mismo tiempo, además de contar, incluso, un par de cosas que aún no han aparecido en las páginas.
La promesa es que este año, esa tendencia se mantendrá.
De acuerdo con lo que han confirmado David Benioff y D. B. Weiss, creadores de la serie, los volúmenes cuatro – A Feast for Crows – y cinco – A Dance with Dragons – se combinarán para nutrir la trama de la temporada nueva.

Se rumora que, este año más que nunca, la serie revelará detalles que Martin todavía no ha publicado en los libros.
El año pasado, el caso más notorio de spoiler hecho por la serie con relación a los libros fue la aparición, al final del cuarto episodio, del Rey de la Noche, el líder de los White Walkers.
Los White Walkers son a Westeros lo que el sida fue al mundo durante la década de los ochenta: una amenaza silenciosa que todos parecen ignorar a conciencia con tal de mantener una relativa paz (o, mejor dicho, con tal de que los pleitos se reserven a los humanos y no a lo sobrenatural).
Habitan más allá del Muro, la frontera norte de Westeros. Desde allí, se acercan lenta pero decididamente a los siete reinos, que poco saben de ellos y poco preparados están para enfrentarlos.
Una vez más, la sabiduría popular: se acerca el Invierno.
Los vientos del Mar Angosto.
Nueva temporada, nuevos territorios y, por supuesto, nuevos personajes.
El elenco de Game of Thrones verá la inclusión de varios rostros nuevos. Buena parte de ellos son, precisamente, parte de la familia del príncipe Oberyn y provenientes de Dorne.
Además de las hijas de Oberyn, el nuevo ciclo presentará a su hermano Doran quien, en todos los sentidos, aparenta ser su contraparte.
Mucho más reservado y menos impulsado por los fuegos de la venganza que Oberyn, Doran sí mantiene el odio de su hermano hacia la familia Lannister.
Otros nuevos personajes, cuya presencia ya ha sido confirmada, auguran que la nueva temporada ahondará en los detalles metafísicos y fantasiosos de Westeros y de Game of Thrones .
Se trata, en concreto, de la presencia de dos personajes relacionados con la Fe de los Siete, la religión mayoritaria en Westeros.
La serie explorará la relación de Cersei, de la Corona y de los Lannister con este dogma.

Hora cero.
Del Norte, del Sur, del Este, del Oeste. De todos los sitios soplan los vientos y se atiza el fuego.
Westeros no es un lugar seguro: es una oveja mansa, expuesta a su suerte contra un dragón.
Ese dragón se llama guerra y, como dijo la Melisandre, la Bruja Roja, en uno de los tráilers de la nueva temporada, la única guerra que existe es entre la vida y la muerte.
“Lannister, Baratheon, Stark, Tyrell”, dice en ese mismo tráiler Daenerys, la madre de los dragones.
Enumera a sus enemigos, a quienes se interponen entre ella y el Trono de Hierro que le pertenece por derecho.
Todos lo creen: todos aseguran que el Trono es suyo por derecho.
“Son solo rayos en una rueda”, sigue la joven reina, la última de la Casa Targaryen. “Este esta arriba, y luego este otro y luego el otro y la rueda sigue y sigue girando, aplastando a quienes están en el suelo”.
“Yo no voy a detener la rueda”, sentencia, asegura, amenaza. “Voy a romper la rueda”.
Repican campanas en Westeros. ¿Por quién lo harán cuando el Invierno, finalmente, llegue?