Battle of the Bastards (BOB) efectivamente resultó ser uno de los episodios más épicos de los seis años que tenemos de consumir Game of Thrones. Si sabemos que estuvo casi perfecto y que técnicamente fue impecable, entonces, ¿por qué queda esa sensación de que estuvo bien cocinado, más no delicioso?
La expectativa de cara al episodio que se transmitió este domingo 19 de junio fue enorme, desmesurada. Y suele pasar que después de una larga esperada de cara a un acontecimiento venidero, al final la propia experiencia no resulta tan impactante como creíamos que sería, especialmente por lo previsible de su desenlace. En el caso de BOB, si bien queda como uno de los episodios más memorables en la sexta temporada de la serie de HBO, no se acercó a quitarle a The Door el premio al mejor capítulo de este 2016.
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En adelante se detallarán los acontecimientos de Battle of the Bastards, con abundancia de spoilers. Si aún no ha hecho la tarea de ver el capítulo, mejor aléjese en este momento de esta lectura.
Como estaba previsto, en BOB la gran parte de la acción se desarrolla en las afueras de Winterfell. Sin embargo, el programa inició en Meereen y destinó algunos minutos a lo sucedido así. Hagamos lo mismo, previo a concentrarnos en la batalla de los bastardos.
El regreso de Daenerys a la ciudad de su reinado propició un nuevo diálogo de ingenio con Tyrion, quien cada vez se acomoda más en su rol de asesor real. El ataque de los esclavistas a su ciudad enfuerece a la reina, quien anuncia un plan sencillo, que se puede resumir en "apetito por la destrucción". El enano Lannister afortunadamente está ahí y le señala que dicha "estrategia" es muy similiar al plan que tuvo su padre, el Rey Loco, de incendiar todo King's Landing, quemando en el proceso a toda la población.
Por estrategia de Tyrion, Dany pacta una reunión con los consejeros de los esclavistas, quienes esperaban su rendición. Para sorpresa de sus atacantes, la reina monta una demostración de poder dragón. Con sus tres dragones en el aire, la rubia monarca siguió la ruta de tantos otros antepasados Targaryen que montaron a estos repitiles en combate y sin despeinarse mucho puso a arder a parte de la flota esclavista. Fue la primera vez en años que vimos al trío de bestias aladas juntas, así como un adelanto de lo que podría deparar la serie cuando Daenerys y sus fuerzas avancen hacia Westeros.
Los barcos que tanta falta le hicieron son ya un tema superado, porque Meereen no solo se apropió de los navíos de los esclavistas, sino que también recibió de buena gana a los barcos de las Islas de Hierro comandados por Yara y Theon Greyjoy. Así, Daenerys completó su fuerza militar, con la infantería a cargo de los dothaki, un respetable poder naval y un insuperable dominio aéreo.
Los Greyjoy dieron sus barcos a la reina y su lealtad en la conquista de Westeros. A cambio, Daenerys respaldará a Yara en su lucha por recuperar el trono de sal. Yara y Dany protagonizaron un diálogo tremendo, lleno de ingeniosas respuestas y admiración mutua. Ambas son mujeres líderes enfrentadas al machismo, hijas de exgobernantes de ingrata memoria y con una sexualidad que pide ser ejercitada.
Ahora bien, volvamos al Norte y concentrémonos en la batalla de los bastardos:
El enfrentamiento entre Jon Snow y Ramsay Bolton se desarrolló dentro del marco mental que ya todos nos habíamos construido. No hubo sorpresas, aunque que por eso no se crea que a la confrontación le faltó adrenalina, pues justo las emociones extremas fueron las dominantes.
Sabíamos que uno de los dos bastardos no saldría con vida del episodio. Ramsay pagó cara su tiranía, aunque hay que reconocerle que se trató de uno de los villanos mejor logrados de la serie y que su paso por la misma fue enriquecedor a nivel de historia. El muy maldito debía morir, pero procuró amargar aún más la vida de los Stark en el proceso.
Ramsay por segunda vez se impuso como estratega militar. La temporada anterior hizo trizas al ejército de Stannis Baratheon y en BOB hizo lo mismo con las irregulares fuerzas de Jon Snow. En esta ocasión, el sádico regente de Winterfell jugó con astucia su mejor as: sacar a Jon de sus casillas y forzarlo a atacar de primero, ganando así una ventaja insuperable.
Jon, por su parte, demostró una torpeza absoluta. Este es un hombre ya dañado, que actúa más por impulso que por razón. Ramsay lo tuvo claro y por eso su primera acción en el campo de batalla fue ejecutar a Rickon. La impotencia de Jon ante el asesinato de su hermano se convirtió en insensatez y en un desordenado ataque de sus fuerzas contra las muy bien organizadas tropas de Bolton y sus aliados.
Rickon. Pobre muchacho, nunca tuvo oportunidad. Desde que Ramsay tomó por prisionero al menor de los hijos de Ed Stark estaba claro que no lo dejaría con vida. Sin embargo, nadie vio venir que le daría muerte de un modo tan espectacular y útil para sus intereses.
La batalla fue sucia, sin elegancias ni protocolos. En un salvajismo con aires de coreografía, vimos una de las mejores escenas que recuerde la serie, mientras seguimos en un mismo plano secuencia a Jon Snow en medio de la carnicería, con flechas, espadas y hachas moviéndose frente, encima, a los lados. La guerra es un asco y eso fue lo que sentimos mientras la sangre propia y extraña iba cubriendo al héroe.
BOB estaba previsto para ser un episodio en el que algún personaje principal del bando de los Stark diría adiós. Y así pareció ser cuando las fuerzas de Snow fueron acorraladas por el perfecto ataque de los Bolton y guerreros queridos como Tormunt y Ser Davos parecían prontos a sucumbir. Fue el climax del episodio y toda esperanza parecía perdida.
Luego, lo predecible: los guerreros de la casa Arryn irrumpieron en la batalla, confirmando así que Sansa efectivamente aceptó el ofrecimiento de apoyo por parte de Littlefinger. Los recién llegados desarmaron el ataque de los Bolton, salvaron el día y nos recordaron que hasta Game of Thrones a veces necesita regirse por las normas de lo que se espera, sin sobresaltos.
El desenlace también estaba en el libreto de los fanáticos: Jon y los suyos recuperon Winterfell y Ramsay sufrió una muerte brutal, propiciada por una Sansa que disfrutó verlo sufrir. De la niña tonta que dejó Winterfell hace tantos años para casarse con un príncipe ya no queda nada: esta es una mujer implacable, en modalidad venganza.
Algunas anotaciones al margen:
- Ser Davos finalmente supo del terror que todos vimos un año atrás: la traumática muerte de la princesa Shireen en la hoguera por obra de la hechiera Melisandre. El noble caballero se la tiene jurada a la mujer roja y la confrontación entre ambos bien podria llevárselos al mismo tiempo.
- Wun Wun, el último de los gigantes, murió en sus propios términos. Verlo recibir lluvia de flechas y lanzas nos partió el corazón, pues fue presenciar el fin de una especie hermosa e incomprendida. La flecha que lo terminó de matar vino, desde luego, de Ramsay.
- Mentiroso el que diga que no disfrutó de ver a Jon convertir en pulpa de dientes la cara de Ramsay.
- Ramsay tuvo razón y Sansa lo sabe: siempre vivirá en ella.
- Yara Greyjoy se catapultó en solo dos episodios al top 10 de los personajes preferidos de todos.
- La toma de un Jon Snow solo, espada en mano, de frente a la caballería Bolton es ya una de las estampas clásicas de la serie.
- BOB fue dirigido por Miguel Sapochnik. Si de comparar se trata, este episodio con todos sus aplausos no sobrepasa a lo que logró el año pasado con el capítulo Hardhome. Dejó el listón demasiado alto en esa ocasión.
Semana libre: todos los de King's Landing, Arya, Bran, Jaime y Sam (cuyo paradero, por ahora, no le importa a nadie).
Muerte de la semana: Ramsay, por mucho. Nadie lo llorará como a Rickon, pero sin duda que la serie lo echará de menos.
Lo que viene: la hecatombe, digamos. El final de temporada lleva el título The Winds of Winter, el mismo de la sexta novela de la saga y que se espera George R.R. Martin publique antes de que termine este año. Fue dirigido por Sapochnik y tendrá una duración inédita de 69 minutos. Si bien está presupuestado que se aborden la mayoría de historias y se siembren los cliffhangers de rigor, es de preveer que el grueso del capitulo será en King's Landing, donde es seguro que Cersei sorprenderá con una maniobra inaudita para librarse de la Fe Militante. Ah, y esa toma de Jaime cenando con los Frey no presagia nada bueno (ya sabemos cómo terminan las celebraciones de Walder Frey).
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Repaso de "No One", episodio 8 de la temporada 6
Repaso de "The Broken Man", episodio 7 de la temporada 6
Repaso de "Blood of my Blood", episodio 6 de la temporada 6
Repaso de 'The Door', episodio 5 de la temporada 6
Repaso de 'Oathbreaker' y 'Book of the Stranger', episodios 3 y 4 de la temporada 6