Aun cuando no ha planeado hacerlo, Ginnés Rodríguez emite palabras de esperanza y motivación. Hoy es conocida por su nobleza, fuerza y espíritu de lucha. Ella agradece lo bien que la perciben las personas y el apoyo que le han brindado, aunque asegura que quién está detrás de todo (lo bueno que sale de ella) siempre es Dios.
Han pasado más de dos meses desde que su esposo Gerardo Zamora, a quien respaldó y acompañó a luchar contra la enfermedad por varios años, falleció. Vive su luto y lo compara con una herida que continúa ardiendo. Sin embargo, su sonrisa no deja de aparecer y hoy, más que nunca, su prioridad principal son sus niños: Luciana y Marcelo, de 10 y 8 años respectivamente.
Su mayor anhelo es que, cuando sean grandes, sus hijos recuerden su infancia como una etapa feliz, pese a la ausencia física de su papá. Gerardo Zamora continúa presente en sus memorias y corazones. De ello habla, más adelante, en una entrevista.
Hoy Ginnés continúa siendo ejemplo de una mamá que sale adelante, que trabaja y sonríe, a la ves que hace a otros sonreír. En Repretel, además de contar historias en Informe 11, recientemente aceptó una simpática invitación para participar en el musical que La Matraca presentará este sábado 24 de junio, a las 8 p. m.
El show será sobre Los Picapiedra y Ginnés se convertirá en Betty Marmol. Su compañera de programa, Charlyn López (quien hace la incapacidad de Lussania Víquez), será Vilma Picapiedra.
Esta no es la primera vez de Rodríguez en el programa humorístico de Repretel. En la edición anterior se convirtió en Mulán y contó cómo asumir ese personaje representaba una reconciliación consigo misma, ya que años atrás no se sentía cómoda con sus rasgos físicos.
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El productor de Informe 11 y La Matraca, Frederick Fallas, comentó que en todos los espacios han querido hacer sentir bien a su compañera Ginnés, sin ninguna presión, además, resalta que la invitan a participar por su talento. Esta vez, ella bailará e interpretará al personaje, aunque no cantará como en ocasiones pasadas (cuando se convirtió en la tía Pepa, de Encanto).
Por su parte, Ginnés comentó que se ha sentido completamente respaldada por su equipo.
“El apoyo ha sido incondicional. En este tiempo he tenido la oportunidad de celebrar milagros tan hermosos como los bebés de Lussania Víquez y el bebé de la productora Dianita Rosa. Le he podido dar lugar a cada momento en la vida. Ha sido importante para mí celebrar la vida, aún cuando despido a mi compañero de vida. Estas mezclas son las que hacen interesantísimo nuestro paso por el mundo”.
Ginnés contó que su jefe y compañeros siempre le consultan si se siente lista para ser parte de algo, ese es el caso del musical. Dice que en el ensayo más reciente, ella no se sentía emocionalmente bien y se detuvieron. “No pasó nada. Hay comprensión total”, comentó Rodríguez, quien está muy emocionada por el programa del sábado.
Además del musical, este capítulo de La Matraca contará con una imitación de Ivy Queen, de Bad Bunny y el Grupo Frontera, además de un invitado incógnito que pondrá a pensar mucho a la audiencia.
Agradecimiento
Ginnés Rodríguez, de 40 años, habló con La Nación sobre su participación en el musical y de lo retadores que se han tornado los ensayos. Asimismo, conversó de su proceso y sentimientos tras la muerte, el anterior 6 de abril, de su esposo Gerardo Zamora.
-Ginnés, este sábado 24 de junio se va a convertir en Betty Marmol, ¿cómo asume este tipo de invitaciones que la sacan de la cotidianidad de su trabajo institucional y también de las historias?
Me exigen desarrollar habilidades que no tengo. Me cuesta la coordinación, soy tiesa. Cuando me meto en ese tipo de enredos los disfruto mucho porque, al final de cuentas, se trata de eso, de hacer algo diferente y pensar en cosas diferentes.
“Aunque la verdad sufro porque a los demás les sale fácil y a mí no. Es un reto, pero el grupo está muy bonito. El elenco de La Matraca es de gente llena de vida, que disfruta los inventos y la creatividad y uno se contagia de eso. Cada vez que me hacen una invitación la acepto”.
-¿Qué ha sido lo más bonito y lo más complejo de este proceso de preparación?
Lo más retador, definitivamente, es poder aprenderme la coreografía y seguirla, así como recordar pasos, interpretarlos y hacerlo como si fuera fácil. No sé si logre llegar a ese nivel pero le voy a poner actitud. Lo haré lo mejor que pueda para que sea una presentación decente y poder terminar sonriendo al final del show.
“Sobre lo bonito, creo que cada vez que uno decide probarse en algo en lo que no está acostumbrado logra conocerse mejor a uno mismo: lo bueno, lo malo, lo desconocido. Así lo asumo cuando participo en esta situaciones donde hay humor. Me permite ir reconociendo habilidades y oportunidades de mejora. En el último ensayo fue muy frustrante no poder lograr dar pasos como mis compañeros. Terminé llorando y dije: no puedo más.
Le di un tiempito y dije que la próxima lo intentaba con mejor actitud. Me puse a pensar qué pasó, porque esa no es la forma con la que no suelo afrontar las situaciones. Puede ser que estaba cansada, era víspera del día del Padre, son cosas de las que no te darías cuenta si no te salís de la zona de confort”.
-Ginnés, ha pasado poco tiempo desde que Gerardo partió físicamente...¿Cómo está usted?
Voy en mi proceso y he aprendido que a veces el no estar al 100% no significa estar mal, sino estar en mi proceso. Tengo mis espacios. Mis momentos, a veces impredecibles. Puedo estar bien un día y de pronto se quema un bombillo de la casa y era él quien se encargaba de eso, ahora me toca a mí.
“Son momentos de aterrizaje a una nueva realidad que me golpean en el alma. Sigo siendo muy funcional. Concentrada en el trabajo. Dando lo mejor que puedo en cada uno de mis roles. Hay instantes en donde la ausencia viene de forma muy directa. No es que la falta de Gerardo no la lleve conmigo siempre, mantengo mi anillo de casada y de compromiso porque me sigo sintiendo casada y unida a él. Ahora hay cosas que te tocan a vos sola. Los momentos más duros. Todo ha ido cambiando. La primera parte fue de shock, de una herida dolorosa que sangraba”.
-¿En qué parte o etapa siente que está ahorita?
Entrando a una etapa reposada donde el dolor es sutil, no sangra, pero sí arde. Te da la oportunidad de ver que otras cosas maravillosas ocurren a tu alrededor. Hace que sea más llevadero, en mi sentir, el no tenerlo.
“(Con Gerardo) Vivimos una lucha para la que esperábamos un milagro de otra forma. Al final tuvimos el milagro pero de la forma que Dios tenía en sus planes. Se nos hizo el milagro de que Gerar esté bien, pero por otro camino.
“El no tenerlo, haber anhelado el sueño de buscar alternativas fuera del país, es tan doloroso que quedarse ahí sería imposible. Sería mantenerse en un lugar oscuro. Por eso estas situaciones hay que aderezarlas con momentos y personas, que te recuerden lo lindo que es vivir”.
— Ginnés Rodríguez
-Usted continúa abrazando la alegría y honrando lo bonito de vivir. ¿Cuál es la decisión que usted toma cada día al levantarse? ¿Cómo elige llevar su vida?
Con agradecimiento. Hay tres palabras elementales que se convierten en experiencias para sobrellevar cualquier situación: la primera es la aceptación, por lo que dejé de preguntarme por qué pasó este desenlace. Dejé de gastar energías. Confío en que Dos tiene planes y se los dejo.
“La segunda es el agradecimiento, el poder reconocer cosas valiosas que ocurren a nuestro alrededor: te hacen sonreír, vivir en el presente, saborear lo delicioso que comiste. Valorar que incluso, si tuve una discusión con mis hijos, agradezco que son personas con criterio, que defienden su punto de vista. El agradecimiento nos recuerda el tesoro de estar vivos.
La tercera es el abandono, dejo las cosas para las que no tengo control, esas ideas para las que no tengo un final. Dejo que sea Dios quien se encargue de ir acomodando las fichas. Creo que él quiere lo mejor para nosotros”.
-Ginnés, durante todo el proceso de Gerardo, él se convirtió en un símbolo de lucha, de fe, de esperanza y además en un motivador. Usted siempre estuvo a su lado y hasta el día de hoy las personas la admiran, la respetan y reconocen su nobleza. ¿Cómo asume tanto cariño y respaldo?
No tengo palabras para agradecer el apoyo, las frases lindas y los abrazos. Esto no es mérito mío. Espero que vean a la Ginnés que frente a un dolor pone una sonrisa, que sabe que la procesión va por dentro. Hay mucho dolor en el fondo pero va acompañado de actitud e ilusión. Lo que quiero es que la gente vea que hay un Dios que me sostiene. Esto no es mérito mío. Humanamente no sería posible.
-Usted dice que hay otro camino para enfrentar los momentos más duros…
Ojalá vean que hay otro camino para enfrentar las situaciones difíciles, siento que a veces se presentan dos caminos y hay dos opciones: nos dejamos abandonar por la ira, el miedo y la tristeza, o dejamos que esos sentimientos nos transformen y nos lleven a un lugar mejor. Para mí, el único camino es dejar que Dios nos ilumine.
“Quiero que la gente vea que hay un camino. Que sepan que para mí la única respuesta es dejarse abandonar en Dios, que quiere que estemos bien y amarnos con locura. Después de ahí, cada quien tiene sus herramientas y equipos de apoyo.
-Ahora que la escucho hablar quisiera saber si pensado en dedicar una parte de su tiempo a motivar, a través de sus palabras y vivencia, a otras personas…
Ahorita no sé. Ahorita me debo a mis hijos. Cualquier cambio que vaya a hacer en la vida va a ser en función de ellos. Necesitan una mamita más presente. Están apegados a mí. Si no me ven después de cierto tiempo hacen lo posible para rastrearme, ahorita son mi prioridad número uno. (Con respecto a sus palabras que pueden motivar) Dios se ha encargado de poner el mensaje y momento para llegar a las personas que a Él le interesa.
“Cuando regresé a Informe 11 (el 19 de abril) no sabía si iba a hablar, no preparé nada porque no sentía la fuerza. Pero en el programa las fuerzas salieron. El mensaje que di se ha replicado, y sé que no soy yo, solo fui instrumento de Dios. Él sabe cuándo y cómo. Ahorita sigo con mi plan de vida que es priorizar a mis hijos y del resto dejaré que Dios me guíe”.
-Usted es una mamá que al igual que muchas mujeres deben salir todos los días a trabajar para sacar adelante a sus hijos. ¿Cómo ha cambiado la dinámica en su casa?
Hubo una reestructuración en la vida familiar. Ahora mis hijos tienen niñera. Ella llega cuando estoy en el programa. Cada mes es todo un reto. Ahora vienen las vacaciones de medio año y echo mano de compañeros de escuela, primos, tíos y familiares posibles para la repartición de cuidados. Nunca me faltan manos.
“Desde pequeñitos, con sus papás periodistas, les tocó aprender de esta vida, que tiene variaciones en el día. Se han apuntado. Esa es una gran ventaja”.
-En estas últimas semanas han vivido momentos especiales como familia. Luciana hizo su primera comunión, cumplió 10 años, Marcelo festejó sus 8 años, e incluso le dieron la bienvenida a una mascota. Tal como usted lo dice, se permiten disfrutar de las bendiciones…
Son cosas bonitas. Nos hemos permitido disfrutar esas bendiciones que han llegado. Hacen que el recorrido del duelo brinde esa perspectiva de que todo va a estar bien. Siempre hay que celebrar la vida.
“Creo que al final lo que yo quiero y de lo que le daré cuentas a Dios, es que cuando mis hijos estén grandes sería muy lindo que cuenten que siempre tuvieron una infancia feliz pese a vivir el fallecimiento de papá. Ahí yo diría: misión cumplida, lo logré. La infancia está llena de inocencia, de pureza y de imaginación, espero que no lo pierdan aún cuando enfrentaron perder a su papito”.