Se supone que a los 70 años, la vida es un paseo sin sorpresas ni altibajos en el que solo resta preocuparse por la salud. ¿Qué más queda por ver? ¿Qué otras cosas son capaces, todavía, de causar sorpresa en quien ya ha recorrido casi la totalidad de una larga vida?
A Grace y Frankie, dos mujeres ya entradas en años, la vida está a punto de comprobarles que esa concepción anticuada sobre la vejez está, por decir lo menos, equivocada.
—Tenemos que hablar con ustedes —dice Robert, esposo de Grace, con un tono solemne, casi temeroso.
El ambiente en la mesa es tenso, apenas roto por el ruido de los comensales que pueblan el resto del restaurante donde ahora mismo se encuentran Grace, Robert, Frankie y su esposo Sol.
Copas de vino, platos llenos, bandejas de mariscos: una cena normal, predecible. Idéntica a tantas que, a lo largo de los años, Robert y Sol –cofundadores de una firma de abogados– habían disfrutado y sus esposas –que desde siempre han rivalizado entre sí–.
Y entonces la vida, tal y como la conocíamos, salta por la borda para no volver jamás.
—Sol y yo estamos enamorados —suelta Robert.
Cataclismo. Bomba atómica en medio de los camarones. Gritos ahogados. Una seguidilla de reacciones que, básicamente, se reducen a incredulidad de parte de las dos mujeres. Sol y Robert, en cambio, solo proyectan incómoda sinceridad –y sincera incomodidad–.
—¿Qué cosa? —increpa Grace.
—¿Son homosexuales? —cuestiona Frankie.
—Queremos casarnos —tercia Sol.
Así es como se acaban, con un solo golpe, con una sola declaración de amor, dos matrimonios.
Así es como, ya en edades avanzadas, estas cuatros personas –pero, sobre todo, las que no tomaron la decisión, las que deben enfrentarlo solas: Frankie y Grace– deben aprender a vivir de nuevo en un mundo que ya no conocen.
Imposible salir ileso de una cena como esta.
Estreno de pesos pesados
Han pasado 25 años desde que Jane Fonda y Lily Tomlin compartieron créditos en la comedia Cómo eliminar a su jefe –en inglés se le tituló 9 to 5 –; la película, que se estrenó en 1980, fue un éxito rotundo.
Es la vigésima comedia con mejor recaudación de todos los tiempos. El American Film Institute la colocó en la posición 74 de su lista de las 100 películas más graciosas que se han producido.
El sitio Rotten Tomatoes , que promedia reseñas y calificaciones de películas y series, la considera “82% fresca”, lo que no es poca cosa.
Con semejantes precedentes, no es sorpresa que la expectativa en torno a Grace and Frankie sea considerable.
Fue en marzo del 2014 cuando Netflix anunció que había ordenado, de manera oficial, 13 episodios –de media hora cada uno– de una nueva serie protagonizada por Fonda y Tomlin.
“Jane Fonda y Lily Tomlin están entre las más graciosas y formidables actrices de todos los tiempos y es un privilegio increíble darles la oportunidad de que hagan disturbios en Netflix”, dijo en aquel momento Ted Sarandos, jefe de contenido de la compañía.
La serie es el más reciente proyecto de Howard J. Morris –conocido por According to Jim y Mejorando la casa – y Marta Kauffman, una de las co-creadoras de Friends.
La comedia se suma al cada vez mayor catálogo de contenido original de Netflix que, aunque robusto en dramas, pocas veces se ha aventurado a probar su suerte con la comedia.
“La serie que Marta y Howard crearon para Jane Fonda y Lily Tomlin es cálida, muy graciosa y sobre todo honesta”, agregó Sarandos cuando anunció la serie. “No podemos esperar”.
Veteranas novatas
Parece una broma que Jane Fonda, a sus 77 años y con una de las carreras más prolíficas en la historia hollywoodense a sus espaldas, sea una debutante en televisión.
Grace and Frankie es su primera experiencia en la pantalla chica, el más reciente escalón en una carrera que, desde sus inicios en 1959, ha sido una constante escalera ascendente.
“Desde hace varios años había querido hacer una serie televisiva sobre una mujer mayor”, comentó Fonda durante una entrevista concedida hace unas semanas al medio estadounidense Star Telegram .
“Yo misma soy una mujer mayor y me llama mucho la atención descubrir las diferencias entre la realidad y el estereotipo de ser una mujer mayor”, agregó. “El estereotipo visualiza el envejecimiento en el orden de nacer, encontrar un pico durante la mediana edad y luego declinar tristemente. Pero la realidad es que, especialmente las mujeres, después de los 50 somos mucho más enérgicas”.
Dice Fonda que “las mujeres mayores no tenemos nada que perder. No estamos buscando pareja. Nuestros hijos ya crecieron y se fueron de la casa. Podemos ser tan valientes y corajudas y divertidas y sabias como queramos. No tenemos que tenerle miedo a mostrar nuestras fortalezas y nuestra inteligencia”.
Así, cuando Marta Kauffman le sugirió la idea de que ella y Lily Tomlin protagonizaran una historia como la de Grace and Frankie , Fonda sintió que todo hacía clic.
“Bingo”, pensó, de acuerdo con el Star Telegram . “Aquí tengo una oportunidad de mostrar mis pensamientos sobre ser una mujer mayor y puedo hacerlo con mi amiga Lily”.
Tomlin, por otra parte, es una veterana de la televisión.
Aunque el grueso de su carrera ha pasado por la pantalla de cine, sus comienzos fueron precisamente en producciones televisivas.
La actriz dio sus primeros chispazos en el programa Rowan & Martin’s Laugh-In , de sketches cómicos, durante la década de los sesenta.
A Tomlin se le reconoce haber sido una de las primeras mujeres en destacar en la comedia televisiva, hasta entonces un campo dominado por los hombres.
Compartir escena, en tevé, con Fonda es un evento feliz para la experimentada Tomlin.
“Es fabuloso”, dijo durante la alfombra roja de Grandma , su más reciente película. “Nuestros personajes son totalmente opuestos. Jane es tiesa y republicana; yo soy una bohemia que se dedica a pintar. No nos caemos bien, pero cuando nuestros esposos nos dejan, encontramos consuelo en la otra”.
Tomlin agregó que la serie le resultó un reto, algo menester en cada proyecto suyo. “En cada cosa que hago necesito sentir que voy a lograr algo”.
Martin Sheen y Sam Waterston cumplen los roles de Robert y Sol, los esposos que se divorcian de sus mujeres para seguir su corazón: además de haber sido compañeros de trabajo durante 40 años, han compartido cama durante 20.
Sheen y Waterston, ambos unos pesos pesados de Hollywood, son la pieza final en el engranaje de lujo del que hace alarde la serie.
Sin embargo, el foco de atención está claramente fijo en la vivencia de las mujeres, algo que algunos críticos resienten.
“Hasta cierto punto, la serie se siente esposada por su formato, al escoger ser graciosa y al mismo tiempo abordar las pérdidas que las mujeres enfrentan,” escribió Brian Lowry, columnista de televisión de la revista Variety .
“Es una pena, francamente, porque mientras Grace y Frankie se liberan de sus inhibiciones cuando pierden sus matrimonios, los hombres ofrecen algunos momentos de reflexión que van desde el vértigo de aceptar sus sentimientos hacia el otro hasta el agotamiento de lidiar con los efectos colaterales de su decisión”, agregó Lowry.
“ Grace and Frankie es un drama posapocalíptico... al menos para sus protagonistas”, escribió, por su parte, Liz Shannon Miller, crítica de la revista IndieWire .
Algo está claro, en cualquier caso: la más reciente comedia de Netflix es un híbrido entre el llanto y la risa, un canto a la liberación, a la vida misma, que aparece como un fénix cuando la situación pinta peor que nunca.
Grace y Frankie son, precisamente, aves fénix que son puestas a prueba de la forma más difícil posible.
A partir del 8 de mayo, las veremos resurgir de las cenizas.