Miranda Sings tiene tantas ganas de ser famosa que no le interesa si auténticamente tiene algún talento. Tras ocho años de probar suerte con todas las disciplinas en su canal de YouTube se autocalifica como una amenaza quíntuple: canta, actúa, baila, modela y hace magia.
No importa cuántas veces le digan que es inepta en todas las artes o que se aplica mal el lápiz labial (usualmente se le corre a los dientes), en su cabeza narcisista todos los que obstruyen su camino al estrellato son haters.
Su famoso lema, Haters Back Off –que se traduce a “aléjense los odiosos”– bautiza su serie de Netflix.
“Descubrí mi talento cuando salí del vientre de mi mamá. Salí cantando y mi mamá me dijo que era adorable. Yo le dije: ‘Mamá deja de hablar, eres demasiado molesta’ y comencé a caminar”, le dice a un entrevistador en uno de los trailers de la serie.
El auténtico chiste es que los ocho episodios son el remate a un chiste tan largo como la inepta carrera de Sings: durante varios años en YouTube era difícil saber si sus videos eran o no reales.
La comediante Colleen Ballinger desarrolló al personaje inspirándose en cualidades y defectos de intérpretes que conoció durante sus propios estudios artísticos.
En su primera oleada de fama en Internet, cuando sus fans descubrieron su charada, Ballinger confesó que creó a su álter ego por pura repulsión.
“Había muchas chicas altaneras que eran talentosas y no lo eran. Eran groseras y engreídas, me volvían loca. Luego vi a todas esas chicas tratando de sacar una carrera mientras colgaban videos en YouTube para que miles las vieran, ignorantes de que eran terribles. Los personajes eran tan ridículos que me dieron ganas de hacer uno para mí misma. Miranda salió del despecho”, dijo a The London Times.
Véalo. Viernes 14 de octubre. Netflix