Luego de sufrir un abuso sexual en Nueva York, Angelrafael González vino a Costa Rica buscando sanarse. En ese escape encontró un hogar y un trabajo. Desde entonces han pasado 21 años y el tema de aquel tormentoso momento quedó en el pasado.
Siempre ha trabajado para Teletica y actualmente es el coordinador de las maquillistas de ese canal. De las seis temporadas de Dancing with the Stars ha trabajado en todas. El trabajo de esta figura no solamente ha estado tras bambalinas, de ello se hablará más adelante.
Todos los domingos su labor en Dancing with the Stars inicia a las 2 p. m. Entre muchos tipos de brochas, sombras para ojos, rimel, labiales y contornos, se desarrolla la vida de Angelrafael.
Esta sexta temporada de DWTS, el maquillista es el coordinador de las siete artistas del maquillaje que con sus manos y técnicas resaltan la belleza de los participantes del concurso de ballroom en el que no pueden faltar las brillantinas y la fantasía. En promedio, todo el equipo dedica una hora de tiempo para preparar a quienes aparecen en la pequeña pantalla: estrellas, bailarines y presentadores.
No todo “color de rosa”
Angelrafael ha maquillado a políticos costarricenses como Fabricio Alvarado, excandidato a la presidencia de la República y quien durante su campaña electoral dijo, entre otras cosas, que se oponía al matrimonio igualitario. En 1999, en una entrevista con Pilar Cisneros, Angelrafael habló abiertamente de su homosexualidad. Él tuvo que maquillar a Alvarado previo a su participación en el espacio, de Teletica, Café Política.
Esa vez, el maquillista escribió en sus redes sociales que “evidentemente nuestras posiciones son muy diferentes, pero la tolerancia y respeto empiezan con uno. El poder no está en criticar, sino en involucrarnos y eso lo podemos hacer el 4 de Febrero. Voten”, publicó en 2018.
El respeto siempre prevalece en la labor de Angelrafael, quien dice que en épocas de su carrera ha trabajado con personas que no son de su agrado. Para esta nota se le consultó si había tenido algún contratiempo trabajando junto a la participante Coco Vargas, quien años atrás tuvo fuertes enfrentamientos con Lynda Díaz, amiga cercana del maquillista.
“Yo lo he hablado con Lynda, ella sabe que esta es mi carrera, mi vida y que voy a ser respetuoso siempre. Mi trabajo es maquillar a quien se sienta en mi silla, independientemente de sus posiciones, de sus creencias, aunque no piensen como yo.
"A veces el tico es muy chineado y es de ‘estás conmigo o en contra’. Con lo de Lynda y Coco la verdad es que si estoy o no de acuerdo, independientemente de eso, yo trabajo con canal 7 y si ellos traen a Coco o a Fabricio o a Donald Trump a mí me pagan por maquillar. Yo no tomo postura a favor o en contra de nadie. He trabajado con personas que me caen mal, pero ese no es el caso con Coco”, aseveró.
Hablando de situaciones más complejas en las que le ha tocado lidiar con personas que sabe que antes “quisieron dañarlo”, el maquillador dice que la experiencia le enseñó a hacerles frente.
“(A lo largo de su carrera) he tenido que aprender a sentarme en la mesa con Judas sin que me afecte. He compartido con personas, sabiendo que me van a traicionar o ya me traicionaron. Tengo mi carácter y en estos últimos 20 años me han traicionado, han querido mi trabajo, han dicho falsedades mías.
“Tampoco puedo ser tan hipócrita de decir que todo ha sido como Disney, hay gente a la que le caigo mal y me caen mal a mí a lo largo de mi carrera. Y creo que está bien. Si uno brilla hay gente que vive en la oscuridad y no soportan la luz de uno. Cuando uno lucha por sus sueños hay personas que lo quieren ver a uno abajo”, aseguró.
Agradecido
Angelrafael siempre luce sereno y se muestra gentil, de rodillas ha agradecido las oportunidades que le ha dado la vida, una de las más grandes fue maquillar, en 2013, al expresidente de Estados Unidos, Barak Obama, durante su visita a Costa Rica.
Por sus habilidosas manos han pasado los rostros de mucho del talento que ha trabajado en ese canal. También, su trayectoria le ha permitido maquillar a otras personalidades mundiales como el Dalai Lama, Laura Pausini, Fonseca, Paulina Rubio, Jennifer López y Yuri, entre otras. Esta última fue una experiencia inmensa, pues admira a la mexicana desde que era un niño.
A Jennifer López la conoció a inicios de los 90 y la pudo maquillar, sin embargo, dice que en aquella época ella no había hecho la película Selena, la que la catapultó a la fama.
“Maquillar a Barack Obama fue como surreal, nunca me imaginé tener esa oportunidad. La vida me preparó. Fue situación estresante, había mucho personal de seguridad, pero fue una experiencia inolvidable, me cambió la forma de pensar. Después de esa experiencia me arrodillé y oré y agradecí a Dios por esa oportunidad.
"La energía de Obama es increíble, cuando entré sabía mi nombre. Mi deseo siempre ha sido maquillar a Madonna o a Oprah Winfrey, pero una vez una persona me dijo que yo maquillé al presidente de ellas. Luego de maquillar a Obama di un curso a amas de casa y me di cuenta de que lo hago con el mismo amor, con los mismos productos que cuando lo he hecho con un famoso. Amo lo que hago”, comentó.
Una cara conocida
La historia de este maquillista, quien es más conocido de lo que quisiera, ha ido más allá de estar en camerinos o en eventos, que admite son los lugares que prefiere, pues siempre se imaginó trabajando detrás de cámaras.
Hoy sus redes sociales suman entre sí, más de 180.000 seguidores (dice que las abrió para ayudar con sus mensajes de aceptación o con temas de maquillaje), por ello, este maquillista de 47 años, es fácilmente reconocido por donde transite, por ello evita las aglomeraciones, no “por odioso”, sino porque “le apena que le presten atención”.
También, este reconocimiento se debe a que en el 99 fue uno de los presentadores de 7 Estrellas cuando ese programa se estrenó, allí experimentó una labor totalmente distinta a la que ha conocido por casi tres décadas: la del maquillaje.
También, tuvo por 18 años una sección en la revista matutina Buen día, en la que básicamente daba tutoriales de belleza en vivo, siempre pensando en llegar a todas las mujeres. De hecho, la razón por la que se hizo maquillista fue para realzar la belleza de las damas integralmente, hacerlas sentir bien y nunca hacerlas llorar: esa determinación la tomó luego de que su mamá Elizabeth Aguilar lloró porque unos maquilladores se burlaron luego de maquillarla.
Hoy dice que de regresar frente a cámara lo haría solamente si es en un espacio en el que pueda “ayudar, motivar y edificar a las mujeres”.