La reina Isabel II es asumida de manera extraordinaria por la veterana actriz Helen Mirren. ¡Extraordinaria, de verdad! Esto sucede en la película La reina (2006, The Queen ), filme británico dirigido por Stephen Frears.
Tony Blair. Lástima que el personaje antagonista, el primer ministro Tony Blair, no tenga un mejor actor para materializarlo y darle más fuerza al enfrentamiento entre ambas personalidades de la política británica. El actor, en este caso, es Michael Sheen.
Se muere Diana. La película comienza con la elección y la popularidad de Blair, precisamente poco antes de que muera en, en un accidente automovilístico, la princesa Diana, en Francia. De paso, calladito, la cinta sugiere, por medio de un personaje, que Diana tal vez haya muerto en un accidente provocado, lo que no se prueba (ni se ha probado).
La monarquía calla. La popularidad de Diana es evidente; sin embargo, en la corte inglesa prefieren ignorar su muerte. Tanto la reina Isabel II como la reina madre y su esposo, el príncipe consorte Felipe, consideran a Diana como una advenediza. La monarquía ni siquiera pone la bandera inglesa a media asta en el palacio real.
En el Balmoral. En este momento, la familia real se retira a los campos tras los muros del castillo de descanso Balmoral, donde la reina Isabel II es capaz de dolerse más por la muerte de un venado de 14 astas que por la de Diana. Esto no es ninguna paradoja. Es la realidad tal cual, y es lo que no acepta el primer ministro laborista Tony Blair. El enfrentamiento entre Isabel II y el señor Blair es inevitable.
Base periodística. La película La reina se basa en documentación de un fuerte trabajo periodístico e investigativo. Así, se convierte en retrato de los hechos que, entonces, se ocultaron. wvenegas@nacion.com