Este miércoles 7 de setiembre fue un día muy atípico en la vida de la niña Isabella Porras. Después de que participó en la edición especial del Día del Niño de ¿Quién quiere ser millonario? y se ganó ¢7.5 millones, la pequeña se volvió una especie de celebridad en la escuela.
“Medio mundo me felicitó y me preguntó si yo era la que salió en el programa. Todos los profesores me abrazaban, ser famosa es muy difícil”, dijo entre risas la niña, vecina de Zapote.

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Isabella reconoció que esas felicitaciones le alegraron el día y que se sintió muy bien por los buenos deseos de compañeros y docentes. Pero lo que la tiene más contenta después de haber llegado tan lejos en el concurso de preguntas, es poder cumplirle el sueño a su mamá Joselyn Villalobos de viajar fuera del país.
“Yo siempre quise ir a un lugar lejos para que mi mamá se relaje”, dijo la niña, de 11 años.
Isabella va a lograr su cometido, ya que el plan de la familia es visitar Disney lo antes posible, un sueño de las dos.
Nervios
Aunque en la televisión Isabella se vio muy tranquila y con un temple envidiable, la estudiante de quinto grado contó que hubo un par de momentos en que los nervios la invadieron. Uno de ellos fue en la pregunta sobre la marimba, cuando el conductor Ignacio Santos hizo un juego de palabras para engañar a Isabella y hacerla creer que se había equivocado.
El otro fue cuando utilizó el comodín de la llamada y no logró escucharle a su amigo la respuesta, solo la última palabra. “A mí se me había bajado la presión, me habían dado como tres paros, pero volví a la vida. En la llamada decía: ‘Ay no, ay no. Que no se pierda el comodín’”, recordó.
El logro de Isabella en ¿Quién quiere ser millonario? se lo debe a que se preparó muy bien estudiando. “Soy sincera, yo pensaba ganarme menos, pero ganarme eso fue algo increíblemente increíble”, dijo.

Isabella le dedicó su participación en ¿Quién quiere ser millonario? a su hermana mayor, quien lamentablemente falleció hace unos meses en un accidente. “Mi hermana se sentiría orgullosísima, estoy segura de que me hubiera dicho que le comprara una sopa Maruchán y una Coca, pero yo le hubiera dicho: ‘cómpreselas usted, usted tiene plata’” y volvió a sonreír al emular las bromas que ella y su hermana Dariella se hacían cotidianamente.
Isabella sabe que su participación en el concurso puede servir de ejemplo para muchos niños, así que ella les dejó un mensaje muy importante: “Se pueden tener muchos sueños y uno puede cumplirlos esforzándose, trabajando y estudiando. Uno puede lograr lo que se proponga, solo no hay que rendirse”, expresó.
Por último, una vez más entre risas y bromas, Isabella dice que va a tener que cargar con un lapicero en el bolsillo, porque ahora que la reconocen en la calle seguro tendrá que firmar autógrafos.