Ítalo Marenco creció en casa de actores. El hijo de Roxana Campos y Álvaro Marenco no se decantó por la actuación, pero si algo quiso emular de sus padres fue la bondad, la solidaridad y el amor, valores que defiende y que mantiene a sus 40 años. La vida lo llevó más bien por el camino de la televisión, medio que lo ha hecho cosechar el cariño sincero de muchas personas.
Empezó como extra en la serie El Barrio, donde su mamá era una de las actrices. Luego, a sus tempranos 10, hizo su primer comercial para el Banco Anglo y a los 11 años tuvo un aparición televisiva para la desaparecida heladería Monpik.
Poco después de aquellas participaciones, tanto la entidad bancaria como el negocio de helados cerró, se asustó y temió que no lo volvieran a llamar. Pues sí llamaron y lo demás ya lo sabemos: Marenco se afianzó en la televisión.
***
Han pasado más de nueve años cuando el productor Gastón Carrera, de Repretel, le dijo a Ítalo que él se quedaba con el puesto de presentador del desaparecido programa Combate. Además de agradecer la confianza, Marenco respondió convencido:
“Le dije a Gastón: si alguna vez la gente me quiere va a ser por lo que yo soy; usted nunca me verá actuando o fingiendo ser otra persona. Si pego bien y si no le agradezco la oportunidad”, recordó.
Hoy Ítalo es una de las figuras más posicionadas de Repretel. Su paso por Combate le dejó el cariño de la niñez y también de “señoras y abuelas”, como dice. Luego de este paso se unió a la revista matutina Giros (en el 2016), en la que aporta frescura y ocurrencias. ¡Nunca faltan sus famosas “bromas”!
“Entré a una familia muy cariñosa que es la de Giros con la cual estoy profundamente agradecido. Le agradezco también a ese público hermoso, que más que público le llamo familia. Así me lo han hecho ver ellos”, agregó.
Ha pasado casi una década desde que Ítalo es figura constante de la televisión costarricense, donde tal y como advirtió tras aquella primera contratación, se mantendría siendo él mismo. En tiempos en los que las redes sociales son aparte del día a día, Ítalo Marenco se muestra muy cercano, algo que la audiencia y sus seguidores aprecian mucho.
En noviembre del 2020 Marenco perdió a su madre doña Roxana y, el 9 de febrero de este 2023, a su padre, don Álvaro. En medio del dolor Ítalo recibió una abrumadora muestra de solidaridad y cariño de los televidentes, quienes más allá de dedicarle oraciones y escribirle en redes sociales; también le acompañaron a despedir a su papá y le dejaron cartitas con palabras de aliento en su casa.
Dos semanas después de su pérdida reciente y de ir reincorporándose a su cotidianidad acompañado por su esposa Cindy Villalta y su hija Irene -que por ciertos siempre aparece en redes de Ítalo jugando o demostrando su cariño por los animales-, Marenco conversó con La Nación de su forma de ser, de sus sentimientos, del apoyo de las personas y de sus sueños en la televisión.
-Su contenido en redes sociales se siente auténtico y muy cercano. No se ve nada demasiado planeado, sino más bien a Ítalo siendo él mismo, llevándole sopa a Trafiquina (su amiga doña Jeaneth) o ayudando a salvar a una zarigüeya maltratada. ¿Por qué se muestra así?
Lo que reflejo en la tele es lo mismo que muestro en redes. Mi día a día. Ese soy yo. Me llena ayudar a la Trafiquina, me llena ser buena persona. Siempre le pido a Dios ser puente de bendición para alguien, tal vez no tanto por el hecho de poder regalar algo, sino por el simple hecho de sacar una sonrisa, de dar un abrazo.
“En los momentos más duros de mi vida el abrazo me lo ha dado la gente a mí. La bendición la recibo yo. Ese soy yo. Tengo una comunidad amorosa, linda, me empujan a ir adelante, disfrutan las loqueras mías y voy a estar profundamente agradecido con todos los que siguen a este loco día a día”.
LEA MÁS: Ítalo Marenco: ‘Asumo este reto con mucha humildad’
-¿A qué crees que se deba el cariño que le tienen las personas?
A que siguen a una persona genuina, a una persona que desde pequeño no siempre tuve recursos. Soy hijo de actriz y actor y en el arte como en la vida a veces hay vacas gordas y flacas. La mayoría en mi familia eran flacas. Me siento muy cercano porque no soy de las personas que quieren alardear con cosas caras, ropa o carros. Eso no me interesa. Me interesa mostrarme como yo soy. Disfrutar la vida día a día. Si una enseñanza me dejó la muerte de mis papás es que tenemos que disfrutar la vida y a nuestros padres y madres.
-En tiempos en los que ha tenido las tristes pérdidas de sus papás, las personas se han solidarizado enormemente con usted…
En los tiempos más duros es cuando la gente ha estado pendiente. Esto se lo voy a agradecer de por vida a todo el mundo.
-¿Qué significa para usted recibir este cariño que parece tan genuino? Incluso, tras la muerte de don Álvaro, le dejaron cartas de apoyo en el portón de su casa.
Me han sobrado las cartitas, los abrazos. En la iglesia gente que ni siquiera conocía a mi papá llegó a darme un abrazo y me dijeron: ‘estoy aquí porque lo sigo y quería asegurarme de que usted estuviera bien’. Imagínese lo que es eso para mí. Un regalo del cielo.
-Usted ha abierto su corazón mostrando su dolor. ¿Ha sido reconfortante recibir tanto apoyo de los televidentes y seguidores?
He abierto mi corazón porque no todo con la gente son risas y diversión, también me han tocado tragos amargos y la gente ha llorado conmigo: he recibido todo el amor.
-Ítalo, ¿de dónde cree que proviene su forma de ser?
Es una forma de ser que tengo desde pequeño, creo que siempre fui buena persona. Mi mamá me crió siendo un caballero. Cuando íbamos en el bus, con solo que ella me volviera a ver ya yo sabía que me tenía que levantar y cederle el asiento a la señora que estaba de pie.
“Mi papá me crió bajo el concepto del amor, decía: ‘no importa lo que usted sea pero sea feliz’. Entonces creo que los dos hicieron un gran trabajo: me inculcaron cosas muy lindas”.
-En tiempos de tanta exposición, sobre todo en las redes, ¿cómo se siente ser una figura que está lejos de polémicas y que más bien da de qué hablar de manera positiva?
Uno está expuesto a muchísimas cosas, pero nunca me han gustado los pleitos ni las discusiones. He denunciado una que otra injusticia porque yo no puedo con la injusticia. Pero a todo lo que son polémicas y cosas negativas les ando de lejitos.
-¿Cómo está actualmente?
Estoy como en una montaña rusa de emociones. A veces lloro, a veces río. Estoy bien, después estoy mal,luego bien otra vez. Voy para arriba y para abajo pero voy para adelante. Necesito seguir adelante por mi familia, por una hija hermosa que tengo, por una esposa que es tan cariñosa. Uno tiene que seguir aunque haya tragos amargos en esta vida.
-¿Qué más podemos esperar de Ítalo Marenco profesionalmente? ¿Cuáles son sus sueños televisivos?
Ahorita estoy muy bien. Dije que no me puedo morir sin tener un programa enfocado en los niños, infantil. Me llama mucho la atención. Pequeño me atraían este tipo de programas. Quiero que los niños participen para poder ayudar a otros niños. Hacer una cadena de ayudas donde los niños se entretengan, donde los niños ganen y voy enfocado a eso.
“Tengo proyectos paralelos a la televisión con los que voy poco a poco. Sé que en algún momento la televisión me va a decir adiós, pero si me tengo que ir quiero hacerlo con la frente en alto de poderle haber sacado una sonrisa a una señora, a un señor, a un niño. Ahí voy día a día. No sé cómo será este viaje (la vida), si será corto o largo, pero lo estoy disfrutando mucho”.