En la superficie Jane the Virgin es una absurda telenovela. No podría ser de otra forma si su creadora, Jennie Snyder Urman, sacó la historia del fenómeno venezolano Juana la Virgen ( que también pasó por los teles ticos en el 2003 ).
Jane Gloriana Villanueva (interpretada por Gina Rodríguez) es la nieta de una migrante venezolana y la hija de una latina de Miami que la tuvo en la adolescencia.
El “pecado” de su mamá y la fe católica de su abuela hacen que Jane se convierta en una mujer joven que resguarda su virginidad por sobre todas las cosas. A sus 11 años, la abuela Alba la compara a una flor estrujada que nunca más recuperará su frescura y que, desde entonces, Jane guarda, enmarcada, como recordatorio de que debe llegar intacta al matrimonio.
Sin embargo, de repente, los planes de Jane se arruinan cuando, por error, es inseminada artificialmente por la hermana alcohólica de un viejo amor de su adolescencia, el adinerado hotelero Rafael Solano (Justin Baldoni).
Víctima, milagro, hija de un famoso actor de telenovela (Rogelio, interpretado por el mexicano Jaime Camil), exnovia de un detective de narcotráfico (Michael, interpretado por Brett Dier) y novia de un magnate hotelero con un pasado turbio.
Jane transita las primeras dos temporadas adoptando etiquetas nuevas porque, por convicción, no puede deshacerse de la vieja: virgen, en las buenas y también en las malas.
Eso es, justamente, hasta la tercera temporada de la serie.
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Entre lo real y la parodia
En la tercera temporada de la serie, Jane y Michael disfrutan de su vida doméstica junto con el bebé Mateo, hijo de Jane con el controversial magnate hotelero Rafael Solano. Cortesía de Lifetime. [side_to_side]
Para saborear con gusto a Jane the Virgin , el paladar tiene que estar entrenado a las extravagancias de las telenovelas latinas.
La serie estadounidense manipula el drama con el mundo fantasioso del espectáculo mexicano (especialmente con todo lo que rodea a Rogelio). En el mundo interior de Jane, quien aspira a ser escritroa, aparecen abundantes fantasías de novelas románticas.
Fuera de la cabeza de Jane, cuando uno menos se lo espera puede aparecer una gemela malvada dispuesta a suplantar la vida de la exesposa de Rafael y futura madre de sus gemelos que fueron concebidos, también, por inseminación artificial.
Cuando uno se lo espera aún menos –justo al final de la segunda temporada, en el altar de la boda de Jane con su gran amor, Michael (Brett Dier)– una única bala podría arruinar la vida amorosa de Jane.
“Así es la vida, no estás preparado para cuando algo pasa. Yo quería jugar con la pregunta de cuando sabes que algo está pasando pero ¿qué le hace eso al viaje completo?”, se preguntaba la creadora Jennie Snyder Urman durante una entrevista con la revista The Hollywood Reporter . “Quería que ella tuviera todos estos primeros momentos con Michael, quería que se mudaran a su primer hogar, que tuvieran sexo y vivieran la vida en matrimonio. Después de eso, preguntar: ¿qué provoca eso? ¿Qué cambia en su viaje que tiene que mantenerla en movimiento hacia el futuro?”.
Para Juana la Virgen lo importante era el final feliz –casada con el amor de su vida–. A Jane the Virgin le importa el viaje, es decir, los desvíos que hace Jane antes de ser feliz y comer perdices.
Perder a la virgen
En esta tercera temporada, el cambio más evidente es que, finalmente, Jane perderá la etiqueta que le estorbó desde que terminó embarazada, por error, de su hijo Mateo.
“Es interesante porque siempre digo que Jane siempre fue un ser humano sexual. Tenía sus deseos y necesidades. Ahora que perdió su virginidad no es como que, de repente, aprendió a dar sexo oral. Definitivamente, ya ella había recorrido el camino de una chica que jugó con la tentación. Eso me parece muy real, en lugar de ser complemetamente blanco o negro”, explicó la actriz Gina Rodríguez sobre la evolución del personaje a Yahoo! Style.
El futuro de Jane después de crecer en las circunstancias de su vida ha cambiado. La serie le ha dado suficiente espacio hacia donde crecer: como escritora, como madre, como amante, como hija y como nieta.
Veála. Miércoles 1.o de noviembre, a las 8 p. m. por Lifetime.