En el 2011, Jefferson Kellerman, convencido por sus hermanas mayores, hizo maletas y se fue a México. Para entonces tenía 19 años y su única experiencia era como modelo para algunas campañas y eventos en Costa Rica.
Todavía no sabía en qué quería trabajar ni mucho menos qué quería estudiar. Sus hermanas, las actrices Katherine y Brenda Kellerman, ya habían logrado abrirse camino en la televisión mexicana, por lo que no lo pensó mucho y con muchas ilusiones llegó a territorio azteca.
El próximo 25 de mayo se cumplirán 10 años desde que con mucha nostalgia dejó a su familia y a sus amigos y llegó por primera vez a México sin ninguna expectativa, pero hoy está convencido de que haberle hecho caso a sus hermanas fue la mejor decisión.
En ese país ha podido estudiar y desarrollar una carrera artística. Ha participado en populares reality shows de Televisa en los que ha ganado fama como Reto 4 elementos y Guerreros México. También ha trabajado como modelo, las marcas lo buscan para que promocione en las redes sociales sus productos y actualmente forma parte de Teleheat, un programa de estilo de vida saludable del canal Telehit.
Y aunque ahora el joven de 29 años se siente pleno y feliz cumpliendo sus sueños, no siempre fue sencillo. De hecho tuvo que hacer muchos sacrificios y resistir por mucho tiempo para alcanzar sus metas y ubicarse donde hoy está; no obstante, el proceso le ha enseñado que todo lo que tiene se lo ha ganado con mucha disciplina y constancia.
“He aprendido que hay que esforzarse, de lo contrario, las cosas no van a llegar nunca y hay que agradecer ese esfuerzo, no hay que denigrarlo, no podemos hartarnos porque picamos piedra y piedra y no sale ese proyecto tan anhelado, porque los tiempos no son nuestros, los tiempos son de Dios y las cosas no van a llegar cuando uno quiere, sino cuando tienen que llegar. De igual forma, he aprendido que los sueños no se sueñan, se trabajan, se persiguen, porque el que quiere puede”, comenta el costarricense.
Largo camino
Jefferson recuerda que cuando llegó a México se arrepintió de abandonar Costa Rica y le dio “mal de patria”, incluso las primeras ocasiones en que visitaba el país, lloraba cuando tenía que regresar a tierras aztecas. Sin embargo, sus metas estaban tan claras que nada iba a evitar que se bajara del avión.
“Fue tan difícil, pero eso es parte del proceso, es cuestión de fluir y de distraerse un poco y echarle ganas, porque al principio fue muy difícil. Recuerdo que el primer año deseaba regresar a Costa Rica, pero yo decía: ‘si estoy aquí es por algo y tengo que echarle ganas’ y yo llegué a México a perseguir mis sueños y nadie me iba parar, pero sí es un gran sacrificio dejar a la familia y la patria tan querida”, afirma.
Durante sus primeros años en México fue bartender, edecán, modelo, vendió cigarros y trabajó en una perfumería. Así se pagó sus dos años de estudio en el Centro de Capacitación Raúl del Campo.
“El que quiere trabajar, encuentra trabajo y todo eso es parte del proceso, y si no disfrutas el proceso no vas a disfrutar el resultado; entonces cada vez que me salía una oportunidad de trabajo yo la aceptaba. Así pagué no solo los estudios, sino que el alquiler, los servicios, la gasolina y los caprichitos... en fin, sí se necesita echarle ganas a la vida; y sí, he hecho trabajos que a lo mejor no me han encantado, pero sin duda alguna me han dado estabilidad y eso es muy importante”, detalla.
Ya adaptado en México, el alajuelense dejó de viajar tan frecuentemente a Costa Rica, aunque siempre viene al menos una vez al año. A excepción, claro, del 2020, año en el que no pudo visitar a su familia producto de la pandemia.
Precisamente este virus también le dio una lección de vida, pues se contagió y hasta la fecha, carga con las secuelas. Hacia finales del 2020 y tras cuidarse todo el año, decidió tomar unas vacaciones en Tulúm y recuerda que allí “a todo mundo le valía la pandemia” y él se descuidó y se contagió.
“Me cuidé tanto tiempo y al final de cuentas me empecé a relajar. Me acuerdo que al principio no me podía levantar de la cama y luego la comida me supo insípida, sin ningún sabor, me puse colonia y no sentía ni un porcentaje del olor. Entonces me hice la prueba y me dijeron que efectivamente estaba contagiado y estuve dos semanas aislado en mi apartamento”, recuerda.
Y aunque asegura que pudo ser peor, salió bien librado. Desde entonces han pasado más de tres meses y aún no recupera el olfato.
De reality en reality
Jefferson no buscó los reality’s, los reality’s lo buscaron a él.
El primero llegó en el 2018, cuando lo invitaron a formar parte de la primera temporada de Reto 4 Elementos una de las producciones ambiciosas de Televisa, que obtuvo resultados en audiencia muy positivos. Este se grabó en la Riviera Maya y consistía en competencias físicas, de supervivencia y de resistencia en la que participaron muchas figuras mexicanas.
Como parte del programa, debía estar aislado junto a los competidores, quienes se iban eliminando semanalmente. Jefferson logró llegar a la semifinal, sin embargo, se lesionó y no pudo continuar.
“Ese programa fue la experiencia de mi vida aunque no haya ganado. Aprendí tanto cuando me sacaron de mi zona de confort, porque uno se da cuenta que deja de agradecer tantas cosas, porque al estar acostumbrado a tenerlas las deja de valorar y ese programa fue como aterrizar los pies y darse cuenta que en realidad lo esencial es invisible a los ojos y que hay cosas más importantes que lo material”, asegura.
Luego de salir del concurso, confiesa que se le abrieron muchas puertas, pues su popularidad creció de una manera que él no esperaba.
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Poco más de un año después, otro reality lo encontró. Se trata de Guerreros 2020, una producción que también es sobre competencias físicas y del cual lo llamaron para que asistiera a una audición; sin embargo, de las tres pruebas que le pidieron durante esta, perdió una y no logró entrar.
No obstante, algo le decía que él estaría allí y meses después lo llamaron para que se incorporara a uno de los equipos.
“Ahí es donde uno entiende que las cosas que son para uno, ni aunque uno se quite y fue otra experiencia muy linda, que terminó en setiembre del año pasado”, recuerda.
Tras finalizar ese proyecto se incorporó a Teleheat, un espacio en el que diferentes personalidades realizan rutinas de ejercicios al ritmo de la música. Este es un programa producido por la también costarricense Karla Gómez y en el que han participado ticos como Karina Ramos.
Fuera de la televisión, Jefferson también da clases de spinning y es influencer en Instagram, donde suma más de 460 mil seguidores, allí promociona marcas como Reebok, Powerade y Nestlé, con las que trabaja actualmente.
El tico desconoce cuándo regresará a los reality’s, lo cierto es que está a la espera que se concrete un proyecto que le permitiría regresar a una producción de este tipo.