La segunda temporada de Luis Miguel, la serie, presenta a dos personajes que, en medio de trueques y jugarretas, se quieren beneficiar de la fama y el dinero de Micky. Uno de ellos es José Pérez, un uruguayo que empezó siendo el chofer del representante del cantante y que terminó siendo el tour mánager del propio Luis Miguel.
Quienes van al día con la serie, saben que el personaje de Pérez ha ido de menos a más en cuanto a convertirse en un personaje muy importante para la carrera del artista, pero también saben que hay oscuras ambiciones que lo llevan a hacer lo posible por sacar provecho de Luis Miguel.
Detrás de José Pérez hay un actor que, motivado por su pasión por el arte, llevó al límite al personaje. Se trata de Juan Ignacio Cane, originario de Rosario, Argentina.
Contrario a Pérez, Juan Ignacio es un hombre afable, de risa contagiosa y con un humor envidiable...¡Ah!, también está ansioso por conocer Costa Rica, según dijo en una entrevista con Viva.
Sobre la construcción del personaje, en qué se inspiró para hacerlo y lo que le impacta de la historia del Sol de México, Cane habló en esta entrevista vía telefónica.
El artista contó que supo de su pasión por la actuación desde muy pequeño. Incluso recordó con cariño cuando,
a los 6 años, pisó por primera vez un escenario. Fue su maestra de kinder quien lo lanzó al estrellato al darle un papel de astronauta en una obra escolar.
También narró cómo sus papás, pese a preocuparse porque su hijo quería ser actor, lo apoyaron en su sueño. “Siempre estuvieron en primera fila apoyándome para todo. Por más que no lo entendiesen, siempre estuvieron ahí, aunque para ellos era algo así como: ‘¿De qué va a vivir? Pobrecito’”, recordó entre risas.
La segunda temporada de Luis Miguel, la serie, que transmite cada domingo un nuevo episodio en la plataforma Netflix, tenía que contar con un antagonista, alguien que recibiera un poco del disgusto (por no decir el odio) que los fans de la producción habían forjado contra el personaje de Luis Rey (que interpretó el español Óscar Jaenada). Y, aunque no le gusten las comparaciones, Juan Ignacio llegó para recibir buena parte de todos esos sentimientos.
“Es bueno el José, en el fondo es bueno”, dijo con cariño el actor sobre su personaje.
-Como artista hay una frase que llama la atención y que ha repetido en varias entrevistas: “No quiero ser famoso, sino vivir de la actuación. ¿Qué significa?
-Un maestro que yo tuve, que en paz descanse, nos juntó a todos en la primera clase y nos preguntó qué queríamos hacer: ser famosos o vivir de la actuación. Él nos hablaba del ego, de la fama, de querer que a uno lo reconozcan más que trabajar en lo que a uno lo apasiona. Esa división es muy importante porque en esta profesión está el ego y siempre hay que luchar contra él. Yo quiero trabajar, que es lo que hago todos los días, si luego de eso hay un reconocimiento, bienvenido sea.
-Se dice que José Pérez es una combinación de muchas personas que rodearon a Luis Miguel. ¿Cómo creó la personalidad, cuán retador fue?
-Fue muy divertido. Cuando me llegó este casting, en octubre del 2019, solo venía una breve descripción: “José Pérez, uruguayo, astuto y desparpajado que hace tratos dudosos para beneficio personal”. Con ese esqueleto logré construir algo. Luego me llegó una pequeña escena que es cuando hablo con Ambrosi (representante de Luis Miguel, interpretado por Fernando Guallar) para decirle que vendí un concierto por seis millones cuando en realidad lo vendí por ocho.
“Empecé a averigüar si existió un José Pérez, pero metimos un montón de personas en el personaje, eso me dio libertad porque no me tenía que enfocar en una sola persona. Yo era más o menos como el espíritu santo con muchas personas en una”.
-¿Costó desligarse de su personalidad para entrar en la de José?
-En el caso de José ayuda muchísimo la producción con el guion, que es fantástico. Cuando se crea un personaje y se tiene un guion tan perfecto, no cuesta. Lo único que hace uno es seguir el guion que tienes, todo salió impecable. No me costó porque el conflicto ya está en escena y cuando uno actúa se deja llevar.
-José es un personaje ambicioso que ha crecido durante la temporada aunque no lo hace de la manera más apropiada, ¿qué análisis hace del personaje?
-Bueno, José en el fondo es bueno. El guion está hecho en dos líneas de tiempo: pasado y presente; eso nos ayuda como actores a saber el pasado del personaje, al menos en mi caso que estoy en las dos líneas de tiempo.
“A veces tenemos esto de difícil en la construcción de un personaje, que es cómo hacer para odiar a alguien como Hugo (López, mánager de Luis Miguel en el pasado), que es tan bueno y que lo quiere todo el mundo. Entonces, para lograrlo, me ponía a pensar como actor: este me tiene trabajando tres meses sin pagar, me pincha con alfileres por llegar tarde a una reunión; uno como actor tiene que inventar porque no sale odiarlo así no más, era muy bueno.
-Me dice que en el fondo José es bueno, ¿Es así?
-En el fondo es bueno. Lo que lo mata es la falta de educación. Es una persona que lo alimenta la ambición de querer pertenecer y esto es lo que pasa con muchas personas que rodean a los artistas; eso es lo que se quiere contar con su personaje. Al lado de los artistas siempre hay un chupa sangre, parásitos que viven de ellos; es gente que quiere vivir su vida. Lo de José es más porque es un maleducado, no por ser mala gente. No robó nada, solo sobrevendió un concierto (risas).
-¿Cómo fue la experiencia de grabar en dos líneas del tiempo?
-La pandemia no nos ayudó mucho. Cuando volvimos a grabar tuvimos encima todas las escenas y muchas horas de maquillaje. Diego (Boneta, que interpreta a Luis Miguel) tenía hasta tres horas de maquillaje cuando grababa el presente; en mi caso en una hora me ponían las arrugas. ¡Soy más joven! El cutis de Juan Ignacio es el del joven José.
-¿Los preocupó la pandemia?
-Fue la incertidumbre más grande. Recuerdo que empezamos a filmar en enero 2020 y en abril frenamos; los productores decían que a lo mejor duraba unas semanas o un mes y terminaron siendo seis meses. No sabíamos qué iba a pasar con la serie, yo no sabía qué hacer si volver a Argentina o quedarme en México. En setiembre volvimos y lo hicimos con todo porque aprobaron los protocolos.
-Llegó a la nueva temporada como el “nuevo” y también como“el malo”. Además se unió al elenco que ya venía de trabajar en la temporada anterior. ¿Cómo se sintió? ¿Cómo recibieron?
-Fue como cuando un alumno es el nuevo del curso y vas a entrar a la clase. Venía de ver la temporada uno que fue muy exitosa, había un elenco formado y me preguntaba cómo me tratarían. Cuando fuimos a la primera lectura de guion Diego (Boneta) y César (Bordón, que interpretó a Hugo López) me recibieron con una humildad y un compañerismo espectacular. Fue hermoso y eso me ayudó a desenvolverme y a hacer el trabajo. Es una familia hermosa, espectacular. Así fue más fácil ser el malo.
-En la primera temporada tuvimos a un villano impresionante, que fue Luis Rey interpretado por Óscar Jaenada, todos lo odiábamos. Ahora tenemos a dos antagonistas (José y Pato Robles). ¿Había unos zapatos muy grandes que llenar?
-Uno tiene admiración por los colegas, las comparaciones son odiosas.En este caso son incomparables, lo de Óscar fue algo totalmente distinto a lo que puedo proponer yo. No me considero antagonista como sí lo fue él, porque era el padre al que interpretaba; en mi caso tengo solo un rol de asistente que no tiene injerencia sobre el protagonista. Si bien hago cosas que pueden resultar en el malo, más que un villano José es un oportunista, es un títere.
-¿Es fan de Luis Miguel?
-No te voy a decir que de chico estaba con la hincha (barra) de Luis Miguel, pero en Argentina es muy conocido, es un ídolo en prácticamente todo el continente. Soy de un país donde es muy querido, ahí se conocieron sus papás y hay un vínculo con Argentina. A veces cuando uno se peleaba con una novia ponía No sé tu, o si ibas a una discoteca y ponían Será que no me amas, te ponías a bailar. Obviamente cuando me enteré que iba a estar en su serie, vi la primera temporada 15 veces porque soy obsesivo con el trabajo.
-¿Qué le ha impactado más de la historia de Luis Miguel?
-A lo mejor uno lo conoce como cantante y luego te das cuenta de la cantidad de conflictos que ha tenido este tipo en su vida y el valor de querer contarla, porque no todo el mundo quiere contar su vida. Este tipo sigue con conflictos todo el tiempo y ¡encima contratan a un chofer que es un loco de mierda!
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