En los últimos años, Keyla Sánchez ha aprendido mucho. En la práctica descubrió que ser cercana y mostrarse natural eran las bases para mantenerse como una de las figuras predilectas de la audiencia costarricense. También, las situaciones amargas le han dejado claro que tiene que ser más cuidadosa con lo que expresa: en sus palabras cuenta que aprendió a “no abrir tanto la boca. A no hablar más de la cuenta”.
Keyla, quien está próxima a cumplir 28 años, acumula una suma de seguidores que en tiempos en los que la publicidad abunda en redes sociales, muchos se desean. Ella cuenta con más de 696.000 personas siguiéndola en Instagram. Aunado a esa robusta plataforma, Keyla Sánchez es una de las fichas con más posicionamiento en Teletica, pues además de ser presentadora de Qué buena tarde, ha figurado en las producciones más reconocidas de canal 7 como Tu cara me suena y Dancing with the Stars.
Aprovechando su popularidad y queriendo cumplir el “sueño” de tener un negocio propio, el fin de semana anterior Keyla Sánchez inauguró la tienda física KeySG, en Plaza Tempo, Escazú. Este negocio es la extensión de venta de ropa virtual que inició hace un año y requirió una inversión de ₡10 millones.
La idea de tener un negocio ha sido madurada por Keyla desde hace años, inicialmente creyó que una cafetería propia era ideal, sin embargo, luego de descubrir la aceptación que tenían las colecciones de ropa de distintas tiendas que ella modelaba y promocionaba en Instagram, esto la hizo analizar la posibilidad de explorar su propio emprendimiento de venta de indumentaria que empezó a ser exitoso desde el momento en el que ella usaba día a día las prendas que tenía para vender.
Siendo imagen de esas tiendas, Keyla cuenta que podía ganar más de $2500 al mes, monto que en su momento se le sumó a otros ingresos que recibe por su trabajo en televisión y promoción de algunos productos en redes sociales. Aún con este solvente panorama, Keyla cuenta que quiso su propio negocio porque sabe que su estancia en la televisión no es para siempre.
“Soy consciente de que lo que hago no es para siempre y (detrás de ella) vienen chicas hermosas, talentosas. Esto es momentáneo. Puede durar 15 o 25 años o más, pero si no, necesito tener algo consolidado. Por eso me arriesgué a invertir mis ahorros en este proyecto. Siempre sabía que tenía que hacer algo porque no pretendo vivir de la televisión toda mi vida. Ahora que estoy joven, que puedo producir, lo empecé a pensar”, contó Sánchez, quien reconoce que el éxito hasta ahora de su tienda virtual, que pretende se extienda a la física, está relacionado con su exposición en televisión y en el apoyo de sus miles de seguidores.
Keyla atribuye la estima de las personas a tres factores: “la ayuda de Dios; alcanzar distintas audiencias, pues se muestra como mujer, profesional y mamá, y sobre todo, destaca por su “naturalidad”.
“Siempre he sido la misma. Digo las cosas como son y, por eso, a veces me he llevado colerones; conforme pasan los días y los años uno aprende demasiadas cosas. Todo deja enseñanzas”, agrega. A pocos días de abrir la tienda física ha contado con el apoyo de varios de sus amigos del medio, pero, principalmente, de personas que la siguen y que llegaron desde zonas como Pérez Zeledón, la zona sur, entre otros lugares, para conocerla y comprarle algunos artículos.
“Yo soy la que está en la tienda. Me verán barriendo y acomodando. Han sido días de mucho trabajo, me he ido, incluso, a las 3 a. m. Muchas personas me decían que no pusiera la tienda física porque no necesitaba arriesgarme, que viera el desempleo, pero yo no me podía quedar con la espinita”, cuenta y recalca que sus ingresos no dependen solamente de ese establecimiento.
Keyla afirma que el apoyo de sus seguidores y su exposición son vitales para ella, por eso cuenta que siempre procura transmitir mensajes positivos y de ser ella misma, aun cuando eso implique algunas consecuencias.
“Cuando empecé en redes era muy joven. Tenía 21 años. Ha sido una experiencia enriquecedora. Siempre trato de transmitir un mensaje positivo, he cometido errores porque no soy perfecta. Trato de ser yo. Ha sido mi forma de ganar el cariño de la gente”, añade.
Tragos amargos
Si bien tanta exposición ha sido generosa con Keyla, ser una figura conocida le ha jugado malas pasadas, pues sus palabras o acciones tienen un amplio alcance. En noviembre del 2019, Sánchez vivió una situación que la afectó personalmente. Luego de que a un familiar suyo la policía municipal le bajara las placas, ella hizo una serie de historias en Instagram quejándose de la situación y solicitaba a sus seguidores que la ayudaran a identificar a la funcionaria para poder “enseñarle” a tratar a la gente. Poco después, la Policía Municipal de San José solicitó al Ministerio Público investigar a Keyla por el supuesto delito de amenaza contra funcionarios públicos.
En diciembre, la Fiscalía Adjunta del I Circuito Judicial de San José desestimó la causa que se seguía contra la presentadora por el presunto delito de amenaza contra funcionario público. Esa instancia estableció que “los hechos denunciados no configuran una conducta delictiva”.
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Meses después de esa resolución a su favor, Keyla habló de los momentos que vivió cuando por varios días se convirtió en noticia y recibió “pedradas” de muchos usuarios de las redes sociales.
“Ese momento fue muy duro. La gente sabe que no quiero hacerle daño a nadie. Que nunca voy a incitar a la violencia ni a faltas de respeto ni nada que denigre o haga sentir mal a otra persona. Cuando pasa todo esto, porque realmente no estoy acostumbrada al escándalo, me asusté y pensé en mi hijo. Por dicha no fue nada grave. Tengo la conciencia tranquila, no quería jugar de viva.
"Esa vez yo estaba molesta y lo manifesté como lo hace la gente que se queja igual en redes, pero como era Keyla Sánchez, entonces hacen un burumbum”, contó ampliamente por primera vez.
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Keyla agregó: “La verdad esos fueron días difíciles, sonreía en la televisión sabiendo que estaba preocupada, llorando en mi casa. Fueron días complicados. El abogado me dijo que no hice nada malo y me sentí más tranquila, pero igual queda uno con eso. Traté, de la mejor manera, decirle a la persona que esa no era mi intención. La agente me siguió dando duro”.
La falta de privacidad es otra de las consecuencias de su popularidad. Dice que aunque siempre tiene una sonrisa para quienes se acercan a pedir una foto, hay momentos en los que tiene que interrumpir, por ejemplo, un almuerzo familiar para atender a sus seguidores.
“Mi hijo (Thiago Hernández) ha aprendido a adaptarse, lo hace muy bien. Pero hay momentos en los que me tiene que esperar mucho y una vez me dijo que si podíamos almorzar ya. Si digo que me den un segundo para terminar de comer puede ser que un 95% de las personas me entienda, pero el otro 5% no. Es complicado manejar el tema de la privacidad”, aseguró.