Kimberly Loaiza Tenorio brilla cada vez que aparece frente a una cámara. Sus ojos sonríen y su mirada transmite dulzura y serenidad. Sin embargo, detrás de lo que muchos consideran belleza física, hay una mujer luchando por amarse, proteger su salud mental y vencer la inseguridad luego de sufrir burlas por su aspecto físico desde niña
La actual participante de Dancing with the Stars (DWTS) fue señalada por su peso desde que estaba en el kínder. La llamaron gorda peyorativamente durante todo su periodo escolar y durante la secundaria padeció anorexia, un trastorno de la alimentación. Hoy ella habla de su lucha para concientizar, quiere dar un mensaje de amor propio a las personas y decirles a quienes se burlan de los cuerpos de sus semejantes que no lo hagan.
También invita a quienes pasan por bullying o enfrentan un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) a que no callen.
LEA MÁS: ¿Cómo vencer la anorexia? Las seis claves de la escritora Rosangélica Barroeta
Proceso de sanación
La concursante de DWTS viene de una familia de raíces sencillas, su mamá, doña Kattia Tenorio, es costurera. Kimberly, quien en agosto cumplirá 31 años, sabe lo que es trabajar desde que estaba en el colegio, así empezó en el mundo de los eventos, ambiente que después le abrió las puertas a la televisión.
De sus diferentes participaciones en sus inicios el que más se destaca fue su paso por Combate, programa de Repretel que le dio mucha exposición. Sin embargo, también la pasó muy mal al recibir críticas por su peso. A ella le decían todo el tiempo que por “su gordura” no lograba realizar los juegos de la competencia.
“Recuerdo uno de los comentarios que recibí. Mi mamá vendía tamales en diciembre; a mí no me daba vergüenza y yo lo publicaba en mis redes y uno de los comentarios que me caló fue en el que decían que por eso estaba tan gorda, por estar comiéndome los tamales de mi mamá. Fue en mi época de Combate y estuve muy susceptible.
“Yo venía de pasar por todo el bullying durante toda la etapa de la escuela y el colegio. Entonces fue llegar a meterme a un mundo que amo, pero que es muy duro por las redes sociales. Me decían que no podés hacer cosas por gorda. Imagínese”, recordó.
Después de recibir tantas críticas de la audiencia (y de algunos compañeros), Kimberly “tuvo una recaída” con la anorexia en el 2012. Han pasado muchos años desde entonces y aún hoy ella continúa en su proceso, uno del que habla con valentía por su bien y el de otras personas que viven situaciones similares.
Hubo un momento muy difícil en que tuvo un peso muy bajo (unos 20 kilos menos que actualmente), era “un huesito”; sin embargo, se veía al espejo y se sentía “gorda”.
“Es una batalla hasta la fecha. Durante la pandemia decidí buscar ayuda profesional porque yo decía que cómo es posible que desde niña venga con el chip de que estoy gorda, gorda y gorda y, que aún así estando en mi peso más bajo, me siga viendo gorda en el espejo. Es una lucha para las personas que hemos pasado por trastornos alimenticios y por el daño que causa el bullying. El proceso nos va a llevar nuestro ratito”, comentó.
Actualmente, Kimberly cuenta que se siente bien y que se ha reconciliado con la comida para mantenerse saludable, más allá de la apariencia física.
Su proceso sigue. Incluso, revela, durante su paso por Dancing with the Stars ha sentido temor al creer que su pareja de baile, Érick Vásquez, “no la aguantaría” durante las alzadas de las coreografías.
“Él me decía que claro que me aguantaba y yo le decía que jamás, pero es un proceso que estoy pasando. No podría mentir y decir que es un proceso ya superado. Sé que no ha sido superado. Todos somos humanos, tenemos altos y bajos, por eso quiero dar ese mensaje de que si tenés un problema, un trastorno de la conducta alimentaria o si sufrís de bullying no hay que callarlo. Hay que buscar ayuda. Es lo que hice”, aseveró.
Kimberly conversó con Viva, de La Nación, antes de que iniciara la quinta gala de Dancing with the Stars, en que justamente la mujer abordó este tema.
Debido a la anorexia, Kimberly cuenta que estuvo a punto de perder un riñón. Ahora, vive con gastritis crónica, entre otras situaciones.
“Es lindísimo cuidarse, pero nos hemos olvidado mucho del corazón y de la salud mental, que es lo que realmente importa. Por eso quiero dejar ese mensaje. Estoy en ese proceso de amor propio y con el acompañamiento de una psicóloga”, contó.
LEA MÁS: Qué hacer -y qué no- si un familiar o amigo tiene un trastorno de la conducta alimentaria
Futuro forjado con esfuerzo y disposición
El brillo de los ojos de Kimberly también podría interpretarse como transparencia y autenticidad. Cuando habla parece que no tiene ninguna intención de demostrar algo que no es, por ello no se preocupa por contar que trabaja desde joven, que hasta hace poco puede pagarse una carrera universitaria, que nunca ha podido comprarse un carro y que no tiene ningún problema en viajar en autobús porque es “una persona como cualquier otra”, la diferencia, eso sí, es la visibilidad mediática con la que cuenta.
Luego de Combate, de pasar también por otros formatos y meses atrás por el desaparecido Decímelo bajito de Teletica, ahora Kimberly está en un programa de exposición masiva, aún así, ha llegado algunas veces en autobús a Teletica y saluda a las personas que le reconocen en la calle.
“Soy una persona normal como cualquier otra. Gracias a los valores que me inculcó mi mamá, no soy de aparentar,”, dijo.
Ni un carro ni vivir sola son sus prioridades ahora, lo que sí le importa es apoyar a su mamá y a su hermana Valeria, a quien le brinda ayuda en los estudios.
Gracias a su trabajo, Kimberly se ha formado en diversas áreas: es entrenadora personal y estudió en México técnicas microblading, todo lo relacionado con pestañas y maquillaje profesional.
“Yo empecé en el programa Gladiadores mundialistas y luego de eso quise pagarme cursitos. Ahorita estoy estudiando Recursos Humanos, que he ido sacándolo a poquitos. Sacar un cuatrimestre completo es muy difícil y en este medio no es mucha la plata que uno gana, como la gente piensa”, detalló la vecina de Tibás, quien tiene una tienda de artículos y alimento para mascotas junto a su mamá.
Por ahora, Kimberly está enfocada en Dancing with the Stars, espacio que le ha dejado gran respaldo del público. Ella reveló que se había prometido no leer comentarios por el miedo de encontrar alguno que la ofendiera; sin embargo, se atrevió y topó con la grata alegría de ver mucho afecto. “Ha sido tan lindo que he querido llorar”.
Aparte del formato de Teletica, Kimberly ha estado teniendo apariciones en el programa Qué buena tarde, al que asiste gustosa, pues su sueño es ser presentadora de televisión.
“Yo desde que empecé en la televisión siempre fue con la idea de ser presentadora. Cuando me dan el chance, lo doy todo, así fue como cuando estuve en secciones de las transmisiones de toros, en El Chinamo, o en el Último pasajero con Pedro Capmany y que me daban chance de hacer pases, siempre me han dado bolilla.
“Cuando me llamaron para Decímelo bajito todo salió muy bien. Ahora estoy super contenta y digo que sea lo que Dios quiera. Evidentemente si me toman en cuenta todo lo recibo, a todo voy y si no sé hacer algo y me enseñan, yo lo hago. Ahorita, estoy aprendiendo mucho y estoy agradecida de que me tomen tanto en cuenta”.
Hay ayuda
SI usted o un familiar se enfrenta a un trastorno de la conducta alimentaria puede buscar acompañamiento, La Asociación de Desórdenes de la Conducta Alimentaria Costa Rica tiene su página en Facebook y en Instagram donde puede buscar información y contactar expertos. O llame al 8320-3559.
En esta nota de nacion.com también puede encontrar información valiosa: Qué hacer -y qué no- si un familiar o amigo tiene un trastorno de la conducta alimentaria