Kurt Dyer es músico, cantante, actor y comediante. Desde hace casi dos décadas su voz y su talento han sido reconocidos en el ambiente artístico de nuestro país gracias a que es uno de los intérpretes más versátiles de la escena.
Tiene sus propios espectáculos de música (de covers, uno de los géneros que más le gusta cantar), también destaca en redes sociales como un comediante fino y bastante divertido. De hecho, sus videos lo han convertido en todo un referente del género humorístico en el país y eso lo confirman sus más de 74.000 seguidores en Instagram.
Además, la actuación no le es ajena, ya que también ha participado en producciones nacionales como El Sanatorio y El Fin, del director Miguel Gómez. Es psicólogo de profesión, fue durante un tiempo la voz de Waze para Costa Rica y fungió como uno de los expositores del TDEx Pura Vida.
Por si fuera poco, Dyer también es uno de los cantantes infaltables en los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica
Ahora, toda esta experiencia en las artes será aprovechada por el concurso Tu cara me suena, de Teletica, ya que Dyer fue incorporado como uno de los jueces del espectáculo. La competencia de canto, imitación y humor da inicio este domingo 5 de setiembre.
Kurt compartirá panel con los también experimentados Eugenia Fuscaldo, Natalia Monge y Luis Montalbert. Con tales compañeros al lado para muchos ticos -quienes no están tan familiarizados con la carrera de Kurt-, él llega siendo “el rostro nuevo " de los expertos.
Curiosamente el perfil artístico de Dyer calzaba a la perfección para que fuera concursante, pero como él mismo recuerda rechazó amablemente la invitación de Édgar Murillo (conductor del programa) cuatro veces, hasta que la propuesta por parte de su colega fue la de sumarse como jurado.
Kurt se define como una persona muy tímida, que cuando está frente a la cámara da un giro con el fin de entretener al público. Sin embargo, esa misma timidez lo hace no sentirse cómodo con las competencias.
“Creo que voy a ser muchos jueces en uno y me da risa pensarlo, porque ese soy yo. Si ves mi show de música y comedia paso variando el quién soy, todo el show. Me encanta jugar con la percepción de la gente y, cuando piensan que soy este tipo, me voy al otro opuesto un segundo después.
“Me encanta auto-basurearme, por ejemplo, pero también voy a ofrecer de mi experiencia con casi 20 años como artista. Y en el programa no quiero ser el juez este o el juez otro, sino ese comodín con otra perspectiva que ojalá refresque”, explicó Dyer sobre cuál será su papel dentro del espacio de entretenimiento.
-Tiene la potestad para criticar y poner un poco de su talento para darle un tono distinto al programa. ¿Cuán importante es esto?
-Pues sí, lo voy a hacer siempre con ese elemento de subjetividad porque no poseo los criterios de un profesor de canto. De verdad quiero que todos lo disfrutemos: los jueces, los participantes y obvio el público. Independientemente de caer bien o no, mi objetivo principal es que la mayoría del público piense: “Jaja, nunca había visto a alguien en Teletica decir o hacer eso”.
El nuevo juez afirma que llega al concurso en una etapa muy importante de su trayectoria artística, afirma además que este reto lo asume con humildad y madurez y que se siente emocionado por la oportunidad de trabajar con personas que conoce bien, tanto en los jurados como en los concursantes.
Autodidacta, apasionado por el arte
La familia Dyer García-Pacheco es originaria de Perú. Kurt, sus padres y hermanos llegaron a Costa Rica cuando él tenía apenas siete años.
“A mi abuelo le habían dado un trabajo aquí en una compañía de productos veterinarios. Como la situación en Perú estaba tan difícil en los años 80, nos vinimos a probar suerte. Pero fue muy raro, uno de niño siempre piensa que va a vivir en su país y ya hasta me sabía el himno de Perú; pero de pronto te dicen vas a ser tico y tienes que dejar de pronunciar bien la r”, contó entre risas.
Las aptitudes artísticas del pequeño Kurt comenzaron a aflorar desde su niñez, cuenta. Sus abuelos le recordaban que, aunque era muy tímido de chico, él pasaba todo el tiempo haciendo percusión en el carro y con cuanto objeto se encontrara, además de que imitaba los anuncios de la televisión y que le gustaba cantar.
“Con los años me di cuenta de que la creatividad y el arte eran más importantes para mí que para el resto de mis compañeros de escuela y colegio”, recordó.
Aunque reconoce que “el payaso de la familia” es uno de sus hermanos, él explotó su facilidad creativa para escribir historias en su juventud y luego llevarlas a la música y a los guiones de comedia. La música siempre fue una obsesión para él, a los 16 años un amigo lo invitó a formar una banda, le enseñó siete acordes del instrumento y a partir de ahí Kurt nunca se separó de las canciones.
Fue autodidacta y de esa manera aprendió a tocar la guitarra y el bajo. Su primera agrupación fue Diente Guapo -la que formó con sus compañeros de colegio-, mientras que años más tarde fue Nada el grupo que junto a Marcos Monnerat lo llevó a tocar sus propias canciones.
“Cantar es algo sagrado para mí y la comedia es el triple de sagrado. Yo tenía pavor de enseñarle esto a la gente y que me dijeran usted no vale. Ni siquiera pensaba que era bueno, pero era tanta la pasión que yo tenía que me daba pavor que algo que yo hacía con el alma me dijeran que eso no valía nada”, contó.
Dyer comenta que el arte es combustible para su vida. Sin embargo, durante muchos años mantuvo reservada esa faceta de su vida para él, su familia y sus amigos.
Kurt trabajaba cómodamente en el departamento de ventas de una multinacional, pero algo por dentro lo llamaba a hacer un cambio radical. Fue en el 2009 que Kurt decidió dar el paso: dejó toda la seguridad laboral y económica que poseía para empezar a vivir de la música.
Cuatro años después, en el 2013, fue la comedia su nueva oportunidad de crecimiento. Todo comenzó con los videos que publicaba en la aplicación Vine y, a partir de ahí, el nombre de Kurt resonó en el ambiente cómico del país gracias a sus producciones. “Es muy gratificante, me encanta ser esa persona creativa y loca, pero definitivamente fuera de ese mundo soy muy diferente, tengo un lado muy sensible, muy existencial, filosófico y amoroso”, explicó.
En la música sus géneros favoritos son el metal y el punk, en cuanto a la comedia aprendió de la escuela de Saturday Night Live, de las series icónicas de los años 80, 90 y 2000 como Community, 30 Rock y Arrested Development. Uno de sus comediantes favoritos es Jerry Seinfeld con quien vivió una de las anécdotas más grandes de su vida hace unas semanas en Nueva York.
Kurt asistió a un espectáculo de comedia en la ciudad estadounidense, la anfitriona anunció que había un invitado sorpresa en la velada y Kurt dijo, tal cual adivino, que iba a ser Seinfeld y así fue.
Durante su show el comediante estadounidense invitó a que alguien del público le hiciera una pregunta y el elegido para hacerla fue Kurt.
“De la emoción yo no pude poner atención a lo que él dijo durante los primeros 10 minutos. Lo más ridículo de todo es que yo lo había visto en el 2015, pero enfrente de 5.000 personas, lejísimos. Esta vez hubo cercanía, poder hacer contacto visual con él, poder hablar con él, fue algo muy significativo”, recordó sobre esa experiencia.
Personal
Kurt Dyer es padre de tres hijos: Kristine (24), Nicole (20) y Julián (11).
“Mis hijos son mis mejores amigos, de verdad lo digo. Aunque suene cursi, es totalmente cierto. Soy una persona muy familiar, me encanta, los veo un montón. Mis mejores actividades son con ellos, los disfruto diferente a los tres”, dijo el artista.
Para dar un ejemplo de que sus hijos son sus mejores amigos, cuando Kurt habló con Seinfeld a las primeras personas a quienes les contó su anécdota fue a sus hijas mayores. “No fue a mis amigos, fue a ellas”, recordó.
Tanto en su faceta familiar, personal y artística; Dyer afirma que se siente plenamente feliz. “Estoy disfrutando la vida más que nunca. Estoy disfrutando quién soy porque me ha costado mucho llegar a aquí. De las batallas internas que la gente ve y lee en Instagram, no tiene idea, a pesar de que soy un libro abierto a decir todo lo que me pasa. Me encanta que me conozcan a través de este personaje”, comentó.
Hablando de esas batallas internas, Kurt siempre ha sido muy transparente al contar sobre su ansiedad, ataques de pánico y depresión; situaciones que enfrentó durante casi una década de su vida, específicamente de los 20 a los 30 años.
“Cuando me agarró mi primer ataque de pánico, hay una parte de uno -y creo que a mucha gente le pasa- que dice, puta, yo siempre he sido ansioso; pero no me daban ataques de pánico”, recordó.
Todo comenzó a expresarse de esa manera cuando el ahora artista y también psicólogo salió del colegio.
“Cuando yo salí del cole no tenía idea de lo que iba a hacer con mi vida. Pensé que iba a trabajar con mi papá en una empresa, pero mi papá se divorció de mi mamá ese año y se fue a vivir a El Salvador. Yo dije: ‘¿ahora qué voy a hacer si ese era mi plan?’”.
Para esa misma época Kurt probó la marihuana, también se interesó mucho en la filosofía oriental y así como empezó a estudiar psicología. Fue una etapa de su vida “muy introspectiva, muy filosófica”.
“Sin ninguna dirección en la vida más que vivir por vivir, me fui en un mal ride de hongos y me fue fatal, me fue fatal”, narró. Para ese momento su entonces novia estaba embarazada con su primera hija.
“Fue traumatizante, pero lo más traumatizante es que un mes después me dio un ataque de pánico. En ese momento yo no lo llamaba un ataque de pánico, pero fue mi novia -que luego se convirtió en mi esposa- quien me dijo que yo tenía ataques y eso me aterrizó bastante”, agregó.
Dos años después Kurt empezó a visitar a una psicóloga para atender su situación. “Había un tema grande de abandono de mi infancia y mil cosas más. Estuve 10 años con ataques de ansiedad horribles, con ataques de pánico y depresión. Fue horrible”.
Al hablar con tanta apertura sobre esta etapa de su vida, Kurt cree que su testimonio pueda ayudarle a alguna persona que pueda encontrarse en una situación parecida.
“Cuando a mí me pasaba, yo no lo hablaba con nadie. Ahora es tanta la gente que pasa por eso que me gusta ayudar a quien sea que pueda, porque me considero un experto”, concluyó.