En escena Ariel Darío Jiménez Ovares se transforma: deja la timidez y se reviste de pasión. Sustituye los nervios por adrenalina, según dice, y su tono vocal infantil se torna enérgico.
Tiene 11 años y sueños inmensos que son alentados por su mamá, Mariela Ovares, de 42.
Ella es cantante y cuando andaba en sus 20 años daba shows musicales; su talento lo heredaron sus hijos Danna y Ariel Darío, quienes también traen las facilidades por el canto de parte de su papá Rodolfo Jiménez, un maestro de obras quien también trabaja como mariachi.
Ariel Darío se expresa con ternura, pero sobre todo, con seguridad. Si tiene que calificarse no duda en mencionar que es “sentimental, amoroso, activo y apasionado (por la música)”. Esas palabras se han convertido en hechos al ser uno de los niños que evita peleas en la escuela y busca cómo ayudar.
“Hace un tiempo, para un día del niño un compañero no tenía la posibilidad de comprar un disfraz y yo le di el mío de Spiderman”, cuenta. Dice que no le importó desprenderse de su preciado traje.
Antes de que él se describiera, su mamá ya lo había calificado como un chico “que es puros sentimientos”.
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El sueño del canto y del fútbol
Ariel Darío lo presintió. El día que Édgar Silva, presentador del espacio, llamó a su casa para avisarle que había entrado en la competencia, desde antes de contestar él sabía que “la llamada era de Nace una estrella”. Su mamá cocinaba y él detuvo el juego de fútbol que tenía en solitario.
Las lágrimas de su hijo le avisaron a Mariela que había noticias, para fortuna familiar fueron buenas.
“Él está muy emocionado con este proyecto. Quiere superarse. Él trae ese talento muy nato. Hasta ahora está en clases de canto y dominio escénico: quiere aprender más y sueña con ser profesional. Le decimos que va a llegar hasta donde quiera. Independientemente de que llegue a la final, gane o no, tenemos intención de aprovechar la plataforma y experiencia que vaya obteniendo. Que siga con ese proyecto. Él siempre ha querido esto”, cuenta la mamá, quien tiene estampada en la memoria la imagen de su hijo menor tocando una pequeña guitarra y cantando los temas que le había escuchado a su papá. Ariel Darío tenía tres años cuando empezó a cantar.
Ocho años después él está cumpliendo un sueño. Quiere ser tenor; también futbolista y arquitecto.
“El proceso es muy cansado porque hay ensayos casi toda la semana; al inicio me daba miedo, pero todo lo supero porque es por cumplir este sueño de ganar. Mi sueño es llegar a la final. Me visualizo como un tenor. Admiro mucho a Joaquín Yglesias (uno de los jueces de la competencia).
“Esta ha sido una experiencia muy buena. Nunca esperé dar esto de mí: mi voz y mi esfuerzo en estas cuatro galas”, cuenta Ariel. Él es consciente de que en una competencia se puede ganar o no, y aunque su anhelo es triunfar, está preparado para lo que pase. Eso sí, no deja de dar lo mejor de sí mismo.
“Los nervios los convierto en adrenalina. Así lo decidí”, cuenta.
De esta aventura musical en la que es orientado por profesionales, el participante destaca las enseñanzas y amistades que está haciendo. Dice que él y los otros niños competidores tienen un grupo de WhatsApp llamado Niños Stars, allí comparten y se ponen de acuerdo para jugar virtualmente.
En la gala anterior salió la primera niña del concurso: Kiara Rodríguez. Ariel Darío dice “que todos lloraron”.
“Nos dolió mucho”, dice.
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Determinado
Ariel Darío está en quinto grado y es un buen estudiante. En el concurso también es aplicado, al punto de que además de trabajar con dedicación en los ensayos, también continúa practicando en casa. Las primeras tres galas ocupó el segundo lugar en la tabla de posiciones (de la categoría infantil), para la cuarta se propuso ser el número uno y lo logró.
“Me esforcé mucho para conseguirlo. En redes sociales me dicen que vaya con todo. Eso me motiva a seguir”, cuenta el niño.
El buen desempeño que está teniendo es respaldado por su esfuerzo, pero además por el apoyo incondicional de su familia. Su mamá y él vinieron a vivir a La Sabana, un allegado les apoyó, mientras su padre y hermana continúan en su natal Naranjo. Su madre habla de este proceso.
“Es complicado estar separados. Mi hija quedó con mi esposo y nosotros estamos aquí. El miércoles que pasó mi hija hizo la Confirmación y no pude estar. La idea era ir a Naranjo todas las semanas, pero como ahí el tema del coronavirus está complicado, entonces preferimos no ir”, cuenta.
Mariela continúa: “Lo otro que pasó es que estoy terminando mi tesis en educación primaria. Desde el 2019 estoy esperando una oportunidad laboral y a partir de la pandemia todo ha sido complicado. Tres días después de llegar a vivir aquí me llamaron para cubrir a una persona que tenía un permiso en una escuela privada. Tuve que decir que no, porque ahora estamos aquí para cumplir el sueño de Ariel Darío. Él lloraba y decía que aceptara, que era mi sueño. Le dije que primero vamos a cumplir el sueño de él, luego llegará mi oportunidad. ¿Qué no hace uno por los hijos?”, dijo la madre.
Este domingo 30 de mayo, Ariel Darío volverá a escena. Mientras su familia se emociona y enorgullece, él volverá a sentir que está más cerca de alcanzar uno de sus sueños: ser un tenor.