La actriz colombiana Lorna Cepeda es la estrella ganadora de la sétima temporada de Dancing with the Stars (DWTS) junto a su compañero Michael Rubí. La estrella internacional de esta temporada obtuvo la mayoría de votos del público.
“Gracias, gracias, de verdad, gracias a todos. Gracias a Michael, cuando no podía más pensaba en Michael Andrés, él se merecia esto. Estoy muy feliz: él se merece esto. Gracias, de verdad”, dijo la famosa luego de recibir el trofeo. La actriz, recordada por su papel de la Peliteñida en Yo soy Betty, la fea, estaba sin palabras.
El presentador Randall Vargas comentó que solamente hubo una diferencia de 1,25% entre el primer y segundo lugar, lo que arroja que la presentadora Kimberly Loaiza, segundo lugar, tuvo muchísimo apoyo entre los costarricenses.
Según las votaciones, el tercer lugar lo ocupó Mauricio Hoffmann y el cuarto, Joaquín Yglesias.
Lorna Cepeda se une a la constelación de ganadores de las temporadas anteriores que está integrada por Alex Costa, Renzo Rímolo, Daniel Vargas, Víctor Carvajal, Johana Solano y Sofía Chaverri.
Un dato para recordar y que Lorna resaltó es que años atrás fue una costarricense quien ganó DWTS en Colombia: se trata de la cantante Debi Nova.
Una noche para recordar
Una hora antes de que arrancara la última gala de esta sétima temporada de Dancing with the Stars, en el camerino en el que las estrellas y sus compañeros de baile se preparaban se respiraba una atmósfera en la que predominaba la satisfacción.
Tanto los participantes como cada integrante de la producción, de los maquillistas y cada persona que hizo de esta temporada una realidad sentía que el deber había sido cumplido, aunque todavía faltaba el momento dorado de las últimas 12 semanas. Llegó el programa 13 y solo quedaba disfrutar.
Paula Picado, directora de Teletica Formatos, resaltó la alegría de “tener una temporada exitosa” que llevó entretenimiento y felicidad a las familias costarricenses luego de pasar por los dos años más duros de la pandemia de la covid-19.
“Solo queda darle gracias a Dios”, comentó Picado.
En espera del gran momento, en el backstage desfilaban ramos de flores y detalles que alentaban a los cuatro finalistas: Lorna, Mauricio, Kimberly y Joaquín recibieron muestras de apoyo para su noche especial.
Mientras terminaban de maquillarlo, Mauricio Hoffmann contó que se sentía emocionado y feliz de haber llegado hasta la final. Esta noche estaría acompañado por su novia María José Ulate, la madre de ella, y su mejor amigo.
Kimberly Loaiza, quien nuevamente recibió presentes de su “admirador secreto”, no tenía sentimientos lejanos a los de Mauricio, pues se sentía emocionada y feliz. Lorna Cepeda agregó a sus sentires los nervios, que, al parecer, olvidó cuando llegó a la pista.
Joaquín Yglesias había manifestado desde antes que estaba muy contento y que para él ser finalista, era semejante a convertirse en el gran ganador de esta temporada.
El reloj marcó las 7 p. m., y arrancó una noche inolvidable para las estrellas y que llenó de sorpresas a la audiencia. Cada participante y su pareja debía presentar tres coreografías, una de ellas presentada en galas anteriores.
Kimberly Loaiza y el bailarín Érick Vásquez abrieron la pista, pese a la lesión en el tobillo de la bailarina lo dio todo en el escenario. Un quickstep fue el primer ritmo de la noche. Tras este baile, Lorna Cepeda y Michael Rubí bailaron una salsa con la que ella honró sus raíces colombianas.
Los terceros en aparecer con su espectáculo fueron Joaquín Yglesias y Lucía Jiménez: ellos interpretaron un jive. Quienes tuvieron la tarea de cerrar el último bloque fueron Mauricio Hoffmann y Alhanna Morales, la pareja se movió al son de la samba.
Un público animado motivaba a los bailarines: llegó el tiempo de la segunda ronda de bailes. Nuevamente, Kimberly y Erick abrieron el bloque en el que ofrecieron un sensual vals. Joaquín y Lucía hicieron lo suyo con un tango; Mauricio y Alhanna recordaron un paso doble con el que les fue muy bien en una gala anterior.
El cierre de esta segunda parte tuvo una sorpresa que fue muy disfrutada por la audiencia presente en el estudio: Lorna Cepeda agradeció al público costarricense que tanto cariño le ha expresado al recordarla por su papel de Patricia Fernández, la Peliteñida. Por ello, la actriz recreó una escena de Yo soy Betty, la fea.
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Con ayuda de Natalia Monge como Beatriz Pinzón y Michael Rubí interpretando al diseñador Hugo Lombardi, Lorna bailó un tango que tuvo un inicio que trajo recuerdos a los costarricenses.
Tras la emocionante presentación, llegó la tercera y última parte. Joaquín Yglesias y Lucía Jiménez pusieron en escena un vals con el que cumplieron una promesa. El show, además de aportar fantasía por encarnar a La bella y la bestia, fue sorpresivo porque la bailarina se puso en los zapatos del tenor y también cantó durante el espectáculo. Cumplieron la apuesta que hicieron al inicio de la temporada, cuando aseguraron que si llegaban a estas instancias ella cantaría. Ese fue su último baile.
Kimberly y Érick regresaron para despedirse con un merengue; Lorna y Michael presentaron un emotivo baile contemporáneo que recordó todas las pruebas de las que ella se ha levantado.
El último baile de la temporada lo realizaron Mauricio Hoffmann y Alhanna Morales, quienes bailaron un jive. Previo al baile, el presentador se emocionó hasta las lágrimas cuando escuchó palabras de parte de su padre, don Nelson Hoffmann, y de su hija Zoé. Así terminó una noche inolvidable para las estrellas.