Locos por el surf. Así se encuentran los amigos del pingüino Cody Maverick y el propio Cody. Lo vemos en el exitoso estreno que ahora se da en los cines del país, en la película Reyes de las olas (2007), dirigida por Ash Brannon y Chris Buck.
Equipo de cámara. Por primera vez, Cody, el simpático caradriforme (nombre que reciben los pingüinos como especie), estará quemando su fiebre por el surf, en su primera competición profesional, y va acompañado por un equipo de camarógrafos, quienes tienen la obligación de documentar la experiencia de Cody.
Otro estilo. Ese juego, el de las cámaras que aompañan a Cody en su competencia, le van a dar al filme Reyes de las olas (85 minutos) un estilo diferente muy propio, algo así como cine en el cine, pero en un filme animado.
La isla de Pen Gu. Con tal de participar en el tránsito del surf, Cody Maverick deja su familia y su hogar en Shiverpool, la Antártida. Cody se marcha a la isla de Pen Gu para el Campeonato de Surf en Memoria de Big Z , gran evento.
Viejo surfero. En su viaje, Cody va totalmente convencido de que pasión por el surf le permitirá ganar. Esto le será suficiente para ganar respeto y admiración, aunque en ocasiones su talento surfero ande mal encauzado.
Un día, en su viaje, Cody se encuentra con un viejo surfero, ¿quién será?, se trata de un surfero acabado, ¿estará acabado de verdad?, con quien Cody empieza a encontrar su propio camino, ¿cuál es ese nuevo camino, qué tiene que ver con el surf?
Llegar primero. No se trata de llegar primero: de esto no se trata la vida. Es lo que Cody aprende con el viejo surfero (repetimos: ¿quién será?). O sea, un auténtico ganador no siempre es el que llega primero.
Corazón de la película. El filme se concentra en los personajes. Con ellos, en la historia. Con la historia, en la dirección artística.
Ese es el corazón de esta buena cinta familiar, que recomendamos con certeza y fruición. ¡Al cine! Asunto de pingüinearse... ¡aprovechen! wvenegas@nacion.com