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El bautizo de Hernán Jiménez en Netflix, con la película Love Hard, comienza con grandes noticias.
Tras su primer día en la plataforma, la cinta ha tenido una gran acogida. Para los usuarios de la compañía en Costa Rica, esta comedia romántica ha sido su favorita, pues se posiciona en el número uno del ranking.
Además, en Estados Unidos (donde reside el director costarricense), el filme es el segundo preferido, solo detrás de The harder they fall.
“Hoy amanecimos en el top diez en muchos países. Gracias por tanto apoyo y mensajes tan sinceros. En serio me llegan al corazón. Y todos los leo. Contar una buena historia no es fácil y yo apenas voy aprendiendo”, escribió en su Facebook.
“De aquí mi compromiso de seguir poniéndole y seguir compartiendo con ustedes con el cariño de siempre, con el público más soñado que alguien pudiera tener”, agregó.
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Previamente, en entrevista con Viva, apenas dos horas después del estreno de su filme, el director dijo que “me siento contento y triste a la vez, como cualquier momento en la vida que valga la pena. Ha sido mucho el trabajo, mucho el esfuerzo, mucho el cariño, y ahora toca soltar la película para que tenga vida propia, con amantes, amigos, enemigos, días buenos y días malos. Estoy deseoso de ver cómo la recibe el público, y luego, como corresponde, pasar la página”.
El largometraje narra la historia de Natalie, una chica que se empareja virtualmente con Josh, un apuesto hombre en una famosa aplicación de citas en línea. Ella, sorprendida, no puede creer que conectó con alguien tan atractivo y, como antes había pasado malas experiencias amorosas, decide aventurarse e ir de sorpresa tras su rastro a Nueva York. El asunto es que, tras su viaje, la sorprendida será ella.
El crítico de cine local, William Venegas, escribió: “Hernán Jiménez, mañoso, sabe hacernos consumir bien esta película al convertir la desfachatez de una situación romántica en fina utopía amorosa, con sus dilemas incluidos.Tampoco son dilemas especiales, porque el guion de Danny Mackey y Rebecca Ewing no traslapa ninguna crítica de valor social: es como jugar naipes en una mesa donde todos tienen ases, diría el escritor Raymond Chandler”.
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