Antes de conquistar el éxito foráneo, Mauricio Herrera fue un nómada de la industria del entretenimiento en Estados Unidos.
El popular Elvis Tico –así llamado desde la edad escolar por sus imitaciones de Elvis Presley– dejó todo el camino recorrido en Costa Rica y la fama cosechada aquí hasta el 2002, para migrar a la nación norteamericana en busca del anhelado sueño americano.
Durante los primeros años en ese país, Herrera recorrió por un camino de espinas. Si bien nunca le faltó trabajo porque su voz y movimientos corporales recorrían diversos escenarios en Los Ángeles, California; e incluso ofrecía espectáculos en México o en la misma Costa Rica, nada había en concreto para su futuro profesional. Esa incertidumbre lo atormentaba.
“Fueron muchos años tocando puertas latinas, primero; gringas, segundo, pero era bastante difícil debido a la gran competencia que había y, aunque traía un cartel (trayectoria) de Costa Rica, la mayoría de la gente allá (latinos y gringos) no valora eso. Pasaron nueve años de pulsearla, de tocar puertas y de no hacer nada trascendente dentro de mi carrera y no quería volver a Costa Rica con las manos vacías, como un perdedor, especialmente porque cuando me fui de aquí (Costa Rica) era alguien conocido”, refirió el cantante e imitador.
Los años pasaron y su talento seguía recluido en recintos pequeños con una exposición casi torpe comparada a la relevancia que tenían sus shows en su terruño: Costa Rica.
En sus múltiples intentos, Mauricio Herrera se tropezó con Omar Fierro, un galán de las telenovelas mexicanas de los años 80 que en los albores del 2000 condujo Bienvenido a casa , un programa que Azteca América transmitió por varios meses desde Estados Unidos y que representó para el costarricense su primera oportunidad en la televisión internacional.
En el espacio, Mauricio Herrera se mantuvo como invitado regular por al menos tres años y desde ahí debutó para una audiencia foránea pero mayoritariamente latina.
Por más. Indudablemente, hubo aprendizaje en ese periodo; empero, la necesidad de más inquietaba a Herrera. De ahí que en el 2009 el showman decide audicionar en America’s Got Talent , el célebre programa (original de la televisión británica) que sumaba, hasta ese entonces, seis temporadas al aire.
“Fue una decisión importante en la que arriesgué el todo por el todo. Llegué a la audición pasado de libras y con la misma experiencia alcanzada en Costa Rica, pero con la diferencia que estaba en un programa cuya producción no era latina ni gringa, sino británica y cuando los productores me preguntaron que de dónde era yo y les respondí que de Costa Rica, todo se detuvo. ‘Yo amo su país’, me dijo un productor. Sentí media pata adentro”, recordó Herrera.
“Costa Rica me abrió la puerta en esa producción británica con inmigrantes igual que yo. Ellos fueron quienes valoraron mi experiencia como showman , mi energía y sacaron provecho de todas mis cualidades”, afirmó Mauricio Herrera, quien logró enrumbarse al exitoso reality show a pesar de la atropellada –y abucheada– que terminó su presentación de Living La Vida Loca (Ricky Martin), en Seattle, Washington.
Superado el episodio, Mauricio Herrera escaló hacia el otro nivel: una audición en Las Vegas en la que avanzó al grupo de los 48 finalistas del programa. En esas instancias el costarricense llegó al escenario con presentaciones de legendarias estrellas como Tom Jones. Del británico, a Mauricio Herrera se le permitió interpretar Delilah luego de que el compositor de la pieza, Les Reed, le otorgara el permiso exclusivo a la producción para que Herrera lo presentara en el programa.
“Cantar esa canción en la televisión nacional de Estados Unidos fue relevante porque es todo un himno”, dijo Herrera.
Su carisma se afianzó y de la mano de America’s Got Talent su nombre alcanzó la relevancia en el mercado estadounidense, aún y cuando no se consagró ganador de la temporada del programa de NBC.
“Fue una experiencia impresionante y salir a la calle y que la gente me conociera era, de repente, recordar lo que viví en Costa Rica. Por nueve años nunca nadie me saludó ni sabía quieé era yo, nunca nada fue trascendente hasta eso”, manifestó Herrera, de 39 años.
Así llegaron otras oportunidades, siempre dentro de la prestigiosa cadena NBC como Mauricio Radio Show, un programa radial de temas variados con programación en inglés y español. A través de ese espacio surgió el contacto para conocer, entrevistar y hacerse amigo de Engelbert Humperdinck, otro célebre cantante británico, y a otras figuras de la música.
“Es lo más cercano a Elvis Presley que hay en el mercado”, afirmó Mauricio Herrera, quien formó parte de un video que produjo hace un año la disquera OK! Good Records en honor a los 80 años de Engelbert y en el que participan, entre otros, Olivia Newton-John, Larry King y Gloria Gaynor.
Exitoso. Hoy, Mauricio Herrera dirige su mirada al pasado para hablar de su prodigiosa trayectoria, la que gestó con un trabajo honesto, dedicado y perseverante, según dice.
“La perseverancia, el trabajo, la constancia han sido muy importantes, pero también la disciplina para trabajar seriamente este privilegio que me dio Dios de hacer lo que hago. Soy el tipo de persona a la que le gusta poner sonrisas en los corazones de la gente y eso es lo que define mi vida”, comentó sobre sí mismo.
Esa perseverancia, trabajo y compromiso fueron factores trascendentales en la decisión de Mauricio Herrera de aceptar participar en la tercera temporada de Tu cara me suena , programa que inició hace cuatro meses y que acabó apenas el domingo con el triunfo –aunque disputado– en favor de Herrera.
Para el cantante e imitador de múltiples artistas (entre ellos Elvis Presley) el trofeo es una muestra física de un amor que siempre existió entre el público costarricense y él, un reencuentro anhelado y que ahora pretende dignificar.
“Lo que sucedió ayer (el domingo) me cambia la vida para siempre porque me muestra el cariño y el amor que recibí del público que me acogió nuevamente. El recibimiento del público en Costa Rica ha sido y siempre será primordial. Costa Rica acapara ahora mi atención. Hay que dignificar este triunfo”, afirmó el artista.
Engrandecer ese cetro irá más allá de ayudar a siete fundaciones benéficas, pues Mauricio Herrera ahora sueña con impulsar y promover en el extranjero la carrera de talentosos costarricenses, así como contribuir y potenciar el desarrollo artístico de otros.
En paralelo a esos y otros proyectos están sus presentaciones nacionales e internacionales, una agenda que atenderá, por lo que resta del año, con Costa Rica y su casa en Santo Domingo de Hereda, como base de sus operaciones.