Este personaje es tan pintoresco como original, tiene 30 años y hace apenas diez descubrió su talento para las retahílas; su novia se llama Laura Chinchilla, lo que siempre le depara decenas de bromas; es un ingeniero industrial especializado en el área de la salud y fue papá casi al mismo tiempo que retahilero.
Se llama Max Barberena, aunque suelen llamarle “Cabo”; es un orgulloso retoño de Cañas, Guanacaste, tierra de la leche dormida, de montadores, marimberos y copleros.
Semejante mezcla le corre por las venas y siempre que puede y se lo piden, lo disemina por cuanto metro cuadrado recorre semana a semana de esta tierra bendita.
Actualmente trabaja como ingeniero industrial en el Hospital del Trauma del INS, pero en esta ocasión hablamos con el “Cabo Barberena”, el de las retahílas picantes, ingeniosas y originales.
Usted empieza su carrera como retahilero a los 18 años, ¿cómo fue eso?
En ese tiempo estaba en la universidad y me choteaban porque siendo de Cañas, no me sabía una retahíla y menos una copla, entonces eso me picó.
Resulta que desde chiquillo tengo la facilidad para rimar y a mi estilo escribía rimas pero muy básicas. Cuando llegué a los 18 entendí que las retahílas eran como las rimas pero más largas y ahí me salió la primera, fue en unas fiestas de Cañas.
Lo que pasa es que cuando sos de pueblo te dicen nica regalado, cholo y maicero porque te ven con sombrero y botas, pero yo digo que a mucha honra, porque la gente no sabe que eso representa a gente que trabaja de sol a sol el campo, usan sombreros de ala ancha para protegerse del sol, que tienen manos callosas de trabajar duro y andan a caballo, por eso no me molesta que me digan maicero.
¿De dónde saca la inspiración?
Yo tomo la realidad y la convierto en retahíla, en el disco que acabo de grabar ( ¡al GRITO del cabooo! ), hay títulos que reflejan eso, como Cholo y maicero , Costa Rica no se vende , que se refiere a la venta de terrenos que hay en Guanacaste, Escusado de hueco eso es típico, entonces todas son vivencias que nacen de experiencias y situaciones.
Guardo frases y si me gustan las uso como base de inspiración, de hecho hay un retahíla que es solo de dichos:
“ Si San Pablo no te la da, San Pedro te la rempuja decía Chico Pinal, que la piedra que está pa’l perro ni metiéndose al cañal, y mejor pa’l perro si la perra es chinga decía la vieja Dominga, que en Costa Rica no hay hombre que no la pida ni mujer que no lo dé ”.
¿Es herencia familiar su talento?
En mi familia cero, yo digo que lo mío se debe a que nací en Guanacaste y a que me siento orgulloso de mis raíces, porque si uno no siente el amor por la tierra, nada le sale, es como al sancarleño que apenas pasa el Río La Vieja la cambia el hablado y lo mismo somos los guanacos cuando pasamos el Río Lagarto.
Lo otro es la mano divina que te da el talento, desde los 18 me dediqué a esto aunque al principio lo tomaba como un hobby , hasta que un día llegué a una corrida de toros en Higuito de San Mateo y hubo un problema con el ganado y quedó media hora de vacío.
Entonces mi hermano le dijo al carajo que organizaba que yo era bueno para las coplas y como el más “sorompo” agarré el micrófono y me mandé, porque además a mí no me da pena nada. Ahí aprendí que las retahílas son 100% ticas porque todo el mundo gritaba como si estuviéramos en Guanacaste.
¿Diría que es lo más representativo de nuestra chispa?
Es que sirven para todo, para vacilar, para echar el cuento y hasta para hacer llorar, yo le he sacado lágrimas a mucha gente cuando recuerdo la memoria de algún papá, lo hago poco, pero si me piden algo especial para un cumpleaños, pues complazco.
¿Y le han pedido cosas raras?
Una vez me dijeron que improvisara una retahíla en una vela y lo más volado es que fue la esposa del finado la que me lo pidió, pero yo hallé muy inapropiado eso con todo y que la señora me lo “pulseó” porque al marido le gustaban mis retahílas.
¿Cómo define sus retahílas?
Con espíritu tico, las coplas y retahílas es mentira que sean exclusivas de Guanacaste, en San Ramón hay gente que hace muy buen trabajo y así en todo el país, imaginate que en un redondel en Cuervito de Paso Canoas –más del lado de Panamá que de este– la gente gritaba y silbaba como si estuviéramos en las Fiestas de Santa Cruz.
Mis retahílas son originales y con el sabor costarricense porque si algo tengo es que amo a este país, me vuelve loco todo de esta tierra, vos me tirás una diana a las cinco de la mañana y me levanto, en Guanacaste a las embarazadas para el té de canastilla le llevan una cimarrona y para el primer año del “carajillo” le llevan marimba y ese chiquillo no para de ver toros, caballo y marimba desde que nace.
Entonces uno cuando crece y si sale de ahí tiene dos opciones: decir “¡puta esto no me gusta, no vuelvo a este hueco!” o lo contrario, extrañar absolutamente todo, como en mi caso que yo digo que no es mal de patria lo que me dio, sino orgullo patrio, aunque yo me dije si salgo regreso profesional.
Háblenos de su disco ¡al GRITO del cabooo!
Es una creación a medias con Balo Gómez, lo hicimos en una semana en diciembre, es una recopilación de los 10 años que tengo de andar en redondeles y fiestas cívicas y patronales, todas las retahílas las guardo en mi CPU (se señala la cabeza), muy pocas las tengo escritas, porque desde la primera vez que me surgen se me quedan guardadas.
La experiencia ha sido dura, porque aquí hay poca cultura de comprar discos y si son típicos ¡menos!, pero ahí vamos, gracias a mi perfil de Facebook Max Barberena tiene buen movimiento.
¿Y sabe cuántas retahílas ha hecho?
De 200 a 250 entre retahílas y coplas, hay otra cosa que se llama “contrapunteo” que es como un reto, pero cuando usted “tira” tiene que ver con quien lo hace porque, si se topa con un colmilludo le mete 30 a cero mientras usted está pensando la respuesta.
La copla y la retahíla son como un chiste; tiene que empezar bien, meterle en el centro y terminar con algo que te haga reír, sino, no da gracia, eso sí nunca se debe ser ni vulgar ni grosero, es una regla de oro para mí, puede llevar un “putazo” pero jamás grosero o al cuerpo, es como una tanguita; tiene que enseñar algo pero no todo.
¿Su llegada a Canal 7 la buscó o fue de rebote?
Hace cinco años me llamaron de la Asociación Cívica Palmareña para que hiciera una presentación en el redondel debido a que iban a tener una transmisión del Verano Toreado , así que me pidieron que montara una retahíla para ellos.
Cuando llegué me dijeron que la presentación era para la tele y como a mí me vale casi todo, le entré sin miedo. Así que me senté sin ningún complejo y al productor Fernando Artavia le gustó mucho y desde entonces me siguieron invitando, hasta que el año pasado me incluyeron en el elenco del Verano Toreado y en los toros de Zapote.
¿Le incomodó que su sección en los toros la patrocinara un partido político?
No, porque eso es independiente a lo que yo hago, de hecho supe que tenía ese patrocinio en el mismo momento en que iba al aire, porque todas las retahílas las decía en vivo.
¿Quiénes han sido sus maestros?
Los del grupo la Bajura que son únicos en lo que hacen, aunque en estos diez años he sabido buscar mi propio estilo, como por ejemplo siempre usar al final de las retahílas el grito de “cabo”, que de hecho de ahí sale el nombre de mi disco.
Si hay algo que nos identifica es el grito, que indica fiesta o que algo pasó, súmele una marimba y se arma la fiesta y “cabo” que es una forma cercana de referirse a la gente, como decirle a alguien “primo” o “socio”.
¿Y qué lo diferencia de los demás copleros o retahileros?
Lo primero es la edad (30 años) y que apenas tengo 10 años en esto, lo otro que sorprende mucho a la gente es cuando se dan cuenta que soy profesional (ingeniero industrial), la gente se imagina que vivo solo de esto.
Una vez alguien me dijo “un profesional no debería salir con chonete en la televisión” y fue como si me hubieran mentado la madre, porque yo he tenido varios trabajos, la gran mayoría como consultor y siempre he sabido mantener la distancia entre ambas cosas. Hace un tiempo fui asesor de la junta directiva de la Caja y los mismos directivos me comentaban que me habían visto en televisión y que le gustaba lo que hacía, eso sí, nunca me verán diciendo retahílas en un lugar en donde trabajo, aunque se enojen mis compañeros, porque de la oficina para adentro soy el ingeniero Barberena.
Y otra cosa que yo no hago es tomar mientras digo retahílas y no por jugar de santo, porque sí me echo unos traguitos de vez en cuando, lo que pasa es que tomado no me sale ni una copla, si con costos se me entiende bueno y sano, ¡menos borracho!
¿Y le va mejor como ingeniero o como retahilero?
Para mí las retahílas son mi desestresante, yo salgo los viernes para un redondel y se me olvida todo lo demás, lo hago porque es mi talento, porque me encanta, jamás por negocio, yo lo que pretendo es que las tradiciones guanacastecas no se pierdan, sería muy doloroso, por algo Daniel Ortega quiere Guanacaste, porque seguro se para a la orilla del Río San Juan ve aquella belleza, quiere el Caballito Nicoyano, el espíritu guanacasteco, ¡ese cabrón quiere robarse hasta la Luna Liberiana!
Entre mis proyectos está que algún día los niños de las escuelas tengan que aprenderse el Punto Guanacasteco .
¿Cómo se toma su familia su hobby ?
Son mi mayor apoyo, mi hermano me acompaña casi siempre, el amor por el campo lo aprendí de mi papá que trabajó más 40 años en un ingenio y es de esos “rocos” que no se arrugan con nada, mi mamá es maestra pensionada y era la que siempre me tenía a mecate corto con el estudio. Mi otro pilar es mi hija, quien vive en Cañas.
¿En la escuela era tortero?
Vieras que como mi mamá trabajaba en la misma escuela que yo estuve –cosa que no le recomiendo a nadie– siempre estuve controladito, pero en algún momento sí di guerra. Lo que pasa es mi historia se divide en dos: la escuela, colegio y primeros años de juventud fue todo baloncesto y de los 18 para acá retahílas, así que tampoco tuve tiempo para andar haciendo tonteras.
¿Y en el basquet le fue tan bien como con las retahílas?
Imaginate que fui campeón colegial nacional y centroamericano, aquello fue una locura porque le ganamos a Panamá que tenía cinco años seguidos de ser el mejor equipo del área. Recuerdo que el partido fue en Grecia y cuando la gente nos veía bajar de la buseta, no creían en nosotros. Pero teníamos un tremendo espíritu y te aseguro que eso me ayudo para fortalecer mi carácter y disciplina, porque te enseña que primero hay que sufrir y comer… pero si luchás y te esforzás la recompensa es enorme.
A los 21 años Dios me dijo hasta aquí con el baloncesto, tuve una lesión en el tobillo y entonces me he dedicado a impulsar nuestras tradiciones, aunque jamás imaginé que pudiera llegar hasta la televisión, todavía no me lo creo.
¿Y su hija heredó su talento?
Pues en eso estoy justamente, ya está grande y sabe lo que papá hace, le gusta mucho el campo y se lleva bien con mi novia Laura Chinchilla…
Supongo que el nombre de su novia le trae siempre comentarios…
¡Ah!, no tenés ida, tenemos ocho meses de jalar, es la encargada de publicidad del Club Sport Herediano y nos conocimos porque una vez me escribió al Facebbok durante una transmisión del Verano Toreado y como yo siempre contesto los mensajes, empezamos a “chatear”. Al tiempo nos vimos y seguimos tratándonos. Luego descubrimos que teníamos muchos amigos en común y que hasta viví cerca de la casa de ella, que es amiga de una prima mía, ¡en fin!
La gente cuando sabe que mi novia se llama Laura Chinchilla me vacila diciéndome que si yo soy Rico, a ella al principio le escribían al Facebook pensando que era la Presidenta, así que cada vez que sale una publicación siempre le comentan, por fortuna ella ha sido un enorme apoyo en la distribución y diseño de mi disco.
¿Cuánto más le falta por conseguir?
Supongo que en algún momento llegará la oportunidad para internacionalizar lo que hago, pero tampoco me desvela, siempre recuerdo la lección que aprendí con mi entrenador Manuel Corella –que de Dios goce–, cuando perdimos contra Panamá allá en el primer partido de la final, como por 20 puntos de diferencia. Don Manuel nos dijo: “a ustedes debería darles vergüenza, así que van a salir el próximo partido y van a dar la vida por esa camiseta”. Nunca olvidaré que estaba en media cancha y en una bola dividida le fui con todo y la gané, en un descanso el profe me dijo: “Max ustedes van a ser campeones”.
Desde ese día te aseguro que si tengo que mandarme de jupa por este país lo hago, a veces me preguntan cuánto cobro por una presentación, pero les digo que para ¿qué es? y cuando me dicen que es para una escuela no cobro, porque sé que estoy cultivando mi cultura en los niños.