Desde el 24 de octubre, la periodista Melissa Durán volvió a presentar las noticias de las 6 p. m. en NC Once de Repretel y a su trabajo como coordinadora de ediciones, entre otras labores. Melissa volvió a su rutina laboral también convertida en mamá. Hace tres meses nació su pequeña Amanda Mora Durán.
Días antes de volver a estar frente a la audiencia, las lágrimas afloraron porque esta es la primera vez que retoma su trabajo sabiendo que deja a su pequeña Amanda, sin embargo, le motivó saber que retornaba a hacer lo que le apasiona.
“Lloré todo el fin de semana previo a volver. En mi infancia mi mamá siempre estuvo presente, no trabajaba fuera de la casa. Entonces es lo que uno aprende y ve. Días antes hacía cabeza de que la tenía que dejar y uno se imagina todos los escenarios. Pero esto es parte de todo. Me ilusionaba volver porque amo lo que hago. Es una motivación para retomar mi vida. Estamos en tiempo donde necesitamos seguir trabajando. Me preparé muchos años para trabajar y es algo que quiero. Empecé a trabajar motivada en darle lo mejor a ella. Me fue bien en mi regreso”, contó Durán. Mientras trabaja, su madre es quien la ayuda cuidando a la bebé. Luego su esposo, Esteban Mora, recoge a la niña.
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La vivencia de ser madre
Melissa Durán siempre quiso ser mamá. Incluso tenía una edad ideal: los 32. Su anhelo se cumplió y con la llegada de Amanda siente que recibió el regalo más grande de la vida; aunque hermosa, su experiencia ha sido retadora.
“Amanda es el regalo más hermoso que Dios me dio. Veo hacia atrás y la veo como lo más valioso. Es ver plasmada en ella el amor de mi esposo y mío. Lo reúne todo. Cuando la veo, me llena el corazón”, dice.
Como la mayoría de madres, Melissa no cuenta con una nana o enfermera para cuidar a su bebé. En las redes sociales encontró apoyo para nutrirse de los conocimientos de otras progenitoras.
“Es cierto que en los primeros días hay mucha incertidumbre, mi hermana me acompañó las primeras dos noches pero luego estuve sola porque mi esposo regresó al trabajo y mi mamá vive lejos. Creo que las redes han permitido crear comunidades en las que las mamás me escriben y me cuentan experiencias. Así uno va tomando todos los consejos y todo ello ayuda mucho. Es importante no sentirse solo. Son días donde uno está solo en la casa, no duerme, estás cansada, sensible, preocupada, es importante sentir que uno no está solo” agregó.
Según cuenta, en el posparto se vive “una montaña rusa” de emociones, por ello destaca la importancia de saber qué se siente para comprender que hay sentimientos propios de la etapa y no confundir que hay situaciones “sobrepasándola”.
“A veces hay mucha confusión. Yo podría decir que me fue bien (en el posparto). Hay que saber identificar que uno se siente triste o irritada por la etapa. Estás más sensible. Amanda me lloraba en el carro y cuando yo la escuchaba y no podía hacer nada porque iba manejando, yo también lloraba. Y no es que sea depresión, es impotencia de querer auxiliarla y vas en presa o manejando. Uno se pregunta qué hago o qué estoy haciendo mal. Eso me pasaba mucho. En general me ha ido bien.
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“Siempre traté de identificar lo que estaba sintiendo. A veces uno está tres noches sin dormir bien, días sin poder comer bien. Hay que dejarse sentir y no culpabilizarse”, dijo.
El amamantar a la pequeña significó un nuevo reto en esta etapa de madre primeriza, pues el dolor de hacerlo era tan fuerte que incluso se descomponía. Poco a poco su cuerpo se adaptó.
“Todo pasa y ahora es algo que disfruto mil. Como a los dos meses la veía como molesta y es que es intolerante a la lactosa. Una opción era quitarle la leche materna y encontramos un pediatra que nos ha guiado. Tengo restricción con comida con tal de darle leche materna. Quería que ella se pudiera alimentar bien. Lo ha ido tolerando mejor”, afirma.
Con la especial habilidad de las mamás, Melissa se adapta a cada día, se maravilla con cada avance de su pequeña Amanda, y se emociona por las caritas felices que recibe en las clases de estimulación temprana por las habilidades adquiridas.
“Uno celebra los logros de los hijos. No hay comparación con los logros de uno. Su bienestar es lo que importa. Te ayuda a priorizar lo importante sobre cosas secundarias importantes que no deberían de acaparar tanto la atención”, aseguró.