Ese tono amargo y nasal no lo olvida nadie. El Señor Burns, el avaro jefe de Homero en Los Simpsons, es uno de los personajes más icónicos de la cultura pop no solo de nuestra generación, sino por más de treinta años.
Desde los noventa, el cruel magnate ha sido uno de los favoritos del público, en buena parte gracias a su tono de voz tan memorable, digno de incontables imitaciones con el pasar de los años.
El mexicano Miguel Angel Botello -quien visita el país esta semana para impartir un taller en Casa Maga Academia de Actuación- le ha dado voz desde la temporada 16 de la serie hasta la 31, al igual que a otros personajes como el Superintendente Chalmers y el Capitán McAllister.
Más recientemente, Botello volvió a la palestra con participaciones en las series de HBO Sucesión y Chernóbil, que arrastran un culto gigantesco. Sobre su oficio, Botello conversó con Viva.
—¿Cómo llegó a darle voz al Señor Burns?
—Pues mira, yo soy actor de doblaje desde hace 26 años. A lo largo de mi carrera, al igual que muchos actores, buscamos la suerte de topar con un personaje icónico. Yo era muy fan de Los Simpsons desde hace muchos años y en algún momento hubo una ruptura del Sindicato de México de Actores y la empresa. En esta ruptura se parten las relaciones y piden hacer nuevo casting. Me mandan a llamar para hacer el casting y, a la hora de estar en el estudio, me dirige Marina Huerta, quien había hecho a Bart Simpsons. Ella me giró instrucciones.
No querían una copia, sino una propuesta de voz que cumpliera con la personalidad del personaje. Me dijeron que era un señor avaro y yo empecé a agitar la garganta. Empecé a trabajar los tonos y Marina me dijo que así mandáramos la prueba.
”A los tres meses me llamó el estudio y me dicen que gané el personaje. Fue un casting enviado a Estados Unidos y ellos, sin conocer a nadie, me eligieron. De allí vinieron diez personajes más en 16 años que, la verdad, me han cambiado la vida.
—Al tener esta visión previa de Los Simpsons, ¿cómo evalúa usted el legado de la serie?
—Yo creo que todos los actores tenemos puntos de vistas diferentes. Ahora, en conjunto con mis participaciones en Chernóbil y Sucesión, siento que tengo una carrera en la que he trabajado en producciones de renombre. Para mí representa la suerte de estar en el momento correcto y, de ahí, se derivaron muchas otras cosas. Para mí la serie representa el cariño de todo el planeta, algo icónico, y que para mí es una apertura de puertas profesional. Y en particular, el personaje que más quiero es el señor Burns, siempre ha sido mi personaje favorito.
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—¿Cómo es ser parte de un fenómeno pop tan grande? Con Sucesión es algo similar porque todo parece indicar que se convertirá en un fenómeno de culto. Usted es parte de muchos fenómenos históricos...
—Bueno, en el caso de una serie como Sucesión, te da contexto, te habla del presupuesto gigante que tuvo la serie y el director te empapa mucho. A mí me ha tocado estar en mega series, entonces veo en la pantalla a actores que ya conozco y uno siente una gran responsabilidad. En Sucesión empecé a ver la serie al momento que grababa y vi la calidad. Me empecé a mimetizar con el personaje de Frank Vernon y creé una propuesta basada en un personaje que ya está en la pantalla. Todo trabajo representa respeto, pero con este tipo de producciones es muy demandante. A veces el trabajo se vuelve estresante porque uno siente que puede echar todo a perder. Me siento, veo el material y cuando veo que me gusta lo que hago, me siento feliz y se me va ese estrés.
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—¿Qué hace a un buen doblador? ¿Qué hace que una voz se diferencie de un locutor de publicidad? ¿Dónde está esa chispa?
—Yo fui actor de teatro, hice pantomima, hice declamación de poesía, locución comercial, teatro dramático, farsa... Estuve 14 años en eso y tuve la oportunidad de trabajar con directores importantes, en todo ese tiempo mi análisis es que ser locutor comercial requiere un estilo y saber qué está pasando alrededor. Hoy los locutores tienen que saber actuar porque el mundo ha cambiado. Si el locutor tiene que anunciar una publicidad de un coche, debe actuar como si fuera de paseo.
El doblaje para mí es el arte de engañar al cerebro y hacerte pensar que la persona que está en la pantalla está hablando tu idioma, sin importar si sea turco, japonés o de donde sea que provenga la producción. Ese es el reto diario, creer que el Señor Burns, Shrek o Buzz Lightyear hablan español. Cuando te menciono estos personajes, te aseguro que pasó en tu cerebro la voz de cada uno de ellos. Eso es un buen doblaje.
Miguel Angel Botello dará una masterclass sobre doblaje este jueves 21 de julio en Sala Garbo, a las 7 p. m. El costo es de ₡30.000 por persona. Puede reservar su espacio llamando al teléfono 8814-8245. Es una actividad organizada por Casa Maga Academia de Actuación.