Es una realidad de la que pocos quieren hablar. Es una realidad que muchos temen. Es una realidad que algunos quisieran ocultar. Pero, es una realidad. En noviembre, HBO estrenó para toda Latinoamérica el documental: Transhood: crecer transgénero, una especie de diario en el que se muestra, durante 5 años, la vida de cuatro niños y niñas transgénero.
Dejando de lado cualquier tipo de opiniones a favor o encontra, la pieza audiovisual es una muestra sincera y realista de las dificultades y los miedos a los que se enfrentan estas cuatro personas junto a sus madres y padres, mientras luchan por aceptar su realidad y tratan de lidiar con la discriminación y el rechazo del que son víctimas por parte de sus familias y la sociedad.
Los productores afirman que no se trata de aceptar, ni de entender, ni apoyar; tampoco se busca una explicación científica o psicológica. El documental simplemente nos muestra el día a día de sus vidas. Sin juzgar.
Transhood, que tiene una duración de una hora y 37 minutos y está disponible en la plataforma de streaming HBO Go, comienza con un mensaje que coloca al espectador en esta realidad, que pocos están dispuestos a compartir: “Cada camino transgénero es único. En el transcurso de cinco años, cuatro familias accedieron revelar sus historias”.
Inmediatamente después conocemos a Avery, una extrovertida niña trans quien en el 2019 tenía 12 años: ”¿Cómo has cambiado desde que comenzamos a filmar?”, le pregunta el documentalista.
“Comencé sin saber quién era, realmente, porque era muy pequeña. Solo tenía 7 años y ahora tengo 12. Eso fue un tiempo después de la trans... trans... transformación. ¡Es más o menos lo que recuerdo!”, dice mientras sale corriendo para tirarse a la piscina.
A partir de ahí regresamos al año 2014, cuando se comenzó a filmar el proyecto, y en el que, además de Avery, conoceremos a Leena, de 15 años; Jay, de 12, y Phoenix de tan solo 4 años.
El documental fue dirigido por Sharon Liese y en un lustro se podrá conocer los buenos y malos momentos que tuvieron que atravesar estas cuatro familias, que se decidieron a hablar de la transexualidad de sus hijos e hijas sin miedos.
Sus historias se desarrollan en Kansas City, en el centro de los Estados Unidos, una de las ciudades más conservadoras y políticas de ese país, lo que hace sus experiencias aún más controvertidas.
Las historias
Pero volvamos a Avery, la traviesa, inquieta y divertida niña a quien conocimos de primero. De todas, su historia es una de las más públicas, pues durante esos cinco años escribe un libro, es portada de la revista National Geographic y se convierte en una vocera de la comunidad LGBTQ+.
Sin embargo, su vida cambia cuando ocurre la masacre de la discoteca gay Pulse, en Orlando. El ataque terrorista, en junio del 2016, en donde 50 personas murieron y 53 resultaron heridas, tendrá un impacto en la manera en la que ve y percibe el mundo la pequeña Avery.
Sus padres, quienes antes de apoyar y aceptar a su hija eran cristianos practicantes, tuvieron que dejar sus creencias de lado, e incluso alejarse de sus propias familias, con tal de proteger a Avery del rechazo.
Leena es una sonriente y hermosa chica trans que está en plena adolescencia. Su caso es muy interesante porque está decidida a ser modelo y a tener un novio. Durante esos 5 años, y con el apoyo de sus padres y su abuela (quien es todo un personaje), logra, poco a poco, cumplir sus metas, no sin antes sufrir de mal de amores y ser rechazada cuando decide decirle al mundo quién es realmente.
Uno de los casos más extremos es el de Jay, un callado pero cariñoso chico trans, quien, a escondidas de su madre, se ponía hielo todas las noches en su pecho para evitar que se le hinchara.
Además, aprovechó un cambio de escuela para vivir su vida como un niño sin que su madre ni sus maestros se dieran cuenta. Durante esos seis mesas se hace de una novia, a quien decide ocultarle que es un chico trans. Aunque su madre trata de apoyarlo, ambos suelen discutir sobre cuándo y cómo debe revelar su realidad.
Tanto en el caso de Leena, como en el Jay, vemos cómo comienzan a tomar bloqueadores hormonales con la guía de sus doctores, preparándolos para una futura transición y ayudarles a disminuir las angustias y ansiedades que viven al ver cambiar sus cuerpos durante la adolescencia.
Finalmente, tenemos la oportunidad de adentrarnos en la vida de Phoenix, una niña trans de tan solo cuatro años, quien desde muy pequeña insistía en ponerse vestidos, tener el cabello largo y jugar con muñecas a pesar de que sus padres trataban de persuadirla. Su vida da un giro de 180 grados cuando sus papás se divorcian y Phoenix tiene que ir a vivir con sus abuelos.
“Siento que Phoenix nunca fue un niño. Desde muy pequeño no se quería cortar el pelo ni usar ropa de niño. No le dimos importancia hasta que comenzó a decirlo y expresar que quería ser una niña. No le forzamos esto a nadie, pero es la realidad. Esto solo somos nosotros y este es Phoenix” dice el papá, mientras su hija se prueba una corona de flores.
Aunque al inicio del documental se nos advierte que cada historia trans es muy distinta, las vidas de estos cuatro seremos humanos sí tienen algo en común: la valentía de enfrentar a la sociedad y la fortaleza para alcanzar sus sueños.
Transhood ya es la puede ver en HBO GO.