Nada más peligroso que juzgar a un libro por sus tapas. Antes de su estreno, circulaban rumores de que Riverdale era otro drama adolescente: el pueblo pequeño, la familia rica, las porristas, los jugadores de fútbol americano, la vecina adorable y la exótica chica nueva.
“A la distancia, parece cualquier otro pueblo pequeño del mundo. Seguro, decente, inocente. De cerca, empiezas a ver las sombras” , dice el apático narrador de la serie.
Las sombras son el misterio de la muerte de Jason Blosson, un pelirrojo excelso en todos los deportes habidos y por haber de su secundaria. El 4 de julio, su hermana gemela, Cheryl, pierde el control de un bote en el río y él desaparece en la corriente. El pueblo, tan inocente, lo da por ahogado.
Sin embargo, como las sombras son premonitorias, los colores pastel y las fiestas con excesos adolescentes –alcohol, música pop, un juego de botellita en el que todos son ridículamente guapos– avivan la chispa del infierno que arderá en meses siguientes.
Al final del primer episodio, el cuerpo de Jason aparece en el agua del río con un balazo en la frente. Su cara pálida está hinchada y grotesca.
Su asesinato se resolvió en la primera temporada pero eso no disipó ninguna de las sombras para los episodios que vendrán este octubre.
Esto es Riverdale.
Nueva americana
En otro tono, Riverdale nació en las páginas de PEP cómics en los años cuarenta. El pelirrojo Archie, el torpe Jughead (Torombolo cuando lo tradujeron al español), la rubia Betty y la mimada Verónica son un grupo de amigos que pasan su tiempo en “fuentes de gaseosa”, partidos colegiales de fútbol americano y los autocinemas.
Los entretenimientos de otra época y de otro Estados Unidos, donde nació el adolescente como mito y fetiche de la cultura “americana”.
A su favor, Riverdale explota el fetiche. Los personajes todavía toman sus milkshakes aunque, mientras lo hacen, tienen que resolver los crímenes que corrompen a su pueblo y familias.
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Como lo hacían en los cómics, Archie (interpretado por el actor KJ Apa), Jughead (Cole Sprouse), Betty (Lili Reinhart) y Verónica (Camila Mendes) también van a los partidos del colegio.
Las chicas son porristas y Archie es un símbolo sexual del deporte. Jughead es el raro alienado que, por vocación literaria, termina narrando los episodios de la historia.
“Los personajes en nuestro show están lidiando con problemas reales con los que todos en una secundaria se pueden identificar”, dijo el actor KJ Apa, quien encarna al pelirrojo Archie, en entrevista con Huffington Post . “También estamos lidiando con un misterio de asesinato que es mucho más oscuro que eso. Es diferente a los cómics, pero se parece mucho al mismo tiempo. Todavía tenemos el icónico triángulo amoroso”, describió.
En la primera temporada, Archie fue el optimista residente de Riverdale . Mantuvo su mejor cara cuando la ciudad se desmoronaba con la muerte de Jason y los subsecuentes escándalos de su corrupta familia. Defendió a su amigo Jughead de la pandilla Southside Serpents , las “serpientes de la zona sur”.
Todo eso fue antes de que, en el último episodio transmitido, disparan a su padre mientras esperaban desayunar en la cafetería usual. La moraleja es que, en un pueblo violento, ni el más afortunado o feliz de los pelirrojos puede continuar “seguro, decente, inocente” para siempre.
Véalo: Miércoles 11 de octubre, 8 p. m. Warner