¿Qué se puede decir de quien se ha dicho todo? Más de lo mismo. Ahora resulta que Selena tenía más misterios que un rosario, peor aún, más secretos que la CIA y la KGB.
Sí…sí…sí. Ya sabemos que la fábrica de ídolos necesita cada cierto tiempo un muertito bien jovencito, tanto mejor si fue trágicamente; el talento se maquilla y los revuelca albóndigas de la prensa convierten caca de pollo en sopa de pollo.
La vida, pasión y muerte de Selena es un buen ejemplo de cómo alguien es explotado desde la niñez, en su juventud y tras su muerte.
Desde que Yolanda Saldívar le pegó dos balazos en la espalda –hace 20 años– los mercachifles del espectáculo resucitan a la cantante con nuevos y reveladores secretos.
¿Qué si estaba embarazada? ¿Qué si tenía un amante?; ¿Qué si iba a mandar todo a la porra? y esto y aquello, cada 31 de marzo –aniversario del cantanticidio– brotan las especulaciones como la mala hierba.
Si el lector nunca ha ido a un karaoke, es preciso contarle que Selena Quintanilla Pérez –entre 1987 y 1995– fue la reina indiscutible del tex-mex , un estilo musical bailable que surgió entre el estado de Texas y los del noreste de México.
Tampoco hay que ser un melómano para identificarla. En los videos impresiona con aquellos labiozotes como repletos de colágeno, el traserote, los sujetadores con lentejuelas o enfundada en un traje largo, la mitad tela y la mitad piel.
Además Selena vino al mundo en un pueblito con nombre de celebración religiosa: Corpus Christi, el 16 de abril de 1971. Hasta su padre tenía apelativo de patriarca, Abraham, y dicen los hagiógrafos de la diva que este emigró con su familia a ese poblado y entró con ellos montados en un burro.
Por supuesto, esa es una imagen peyorativa del mexicano que emigra a Estados Unidos, ya que los Quintanilla cruzaron la frontera en los años 50 y el progenitor trabajó como peón, acicateado siempre, eso sí, por la idea yanqui del “self made man”.
Si Abraham no pudo encontrar la tierra prometida, Selena sí. Desde los nueve años mostró sus dotes artísticas y con sus hermanos formó una banda que tocó en las esquinas callejeras, bodas, cumpleaños y turnos.
En menos de siete años Selena se transformó en un ícono de la comunidad hispana en Estados Unidos, corregido y aumentado tras su fatídica muerte el 31 de marzo de 1995, en la habitación 158 del Motel Days Inn
Al menos media docena de libros relatan los pormenores de su fugaz existencia –murió a los 23 años–; Jennifer López filmó una película... que irónicamente la lanzó a ella al estrellato que parecía reservado para Selena. Otros montaron una obra musical, pero después de varias giras fue suspendida en Los Ángeles, por falta de dinero.
Hace poco la periodista y escritora María Celeste Arrarás publicó El secreto de Selena , una versión ampliada de otro libro anterior que revela lo ocurrido aquel “lluvioso día de marzo”, en que mataron a la cantante.
La presentadora trabajó 16 horas diarias, durante 10 meses seguidos, en esa trascendental obra; le ganó a Honoré de Balzac que solo laboraba 15 y escribió 137 novelas, para su ambicioso proyecto literario La Comedia Humana .
Dónde quiera que estés
Los Quintanilla eran Testigos de Jehová y la familia se crió bajo la estricta moral de esa agrupación; de ahí se derivó el estricto control que ejerció el padre sobre los pretendientes de Selena y –dicen algunos lengualargas– que se enojó porque le hicieron una transfusión con tal de salvarle la vida, tras los dos tiros que recibió en la espalda.
Para que se dedicara por completo a la música la niña abandonó la escuela en segundo grado; fue hasta los 17 años que completó, por correspondencia, la secundaria.
De inmediato integró con sus hermanos la banda Los Dinos con Selena, la cual animaba a los parroquianos en el restaurante de comida mexicana, Papa Gayo’s. El negocio familiar fracasó y los Quintanilla arrearon sus bártulos para buscar mejores tierras donde asentarse.
Después de las consabidas peripecias y de pasar mil necesidades, a los 14 años grabó su primer disco con el innovador título de Mis primeras grabaciones . Valga decir que las disqueras no lo vendieron y el papá tuvo que comprar las copias originales.
Nada desanimaba a la joven y dos años después ganó un premio como cantante revelación de 1987; comenzó a presentarse en los shows televisivos y así logró, a los 18 años, un contrato en una campaña publicitaria de Coca-Cola y una grabación profesional con el sello EMI.
Siguió el ascenso pero fue la canción Como una flor , con la cual obtuvo el estrellato. Con 22 años ganó el Premio Grammy por Selena Vive y en 1994 lanzó el álbum Amor prohibido , que la consagró con melodías como Bidi Bidi Bom Bom y Technocumbia .
Vinieron los conciertos, las apariciones en Univisión con don Francisco y Cristina; Selena comenzó a forrarse en billetes y el padre nombró a Yolanda Saldívar como presidenta de su club de fans, y ahí fue donde la chancha torció el rabo.
La asesina, condenada a cadena perpetua, llegó a controlar la vida de Selena y aún hoy, después de muerta, la llama hija y escucha su voz desde el más allá.
El crimen sacudió a todo el mundo del espectáculo. La revista People le dedicó la portada y un ejemplar conmemorativo; don nadies y celebridades la lloraron por igual y –como b usiness are business – la música latina se benefició con un repunte sin parangón.
De un pronto a otro se pusieron de moda las bandas sonoras de películas como La Bamba , Croocklyn , Carlitos Way o The Pérez Family , que revivieron artistas del cartel de Tito Puente, Ray Barretto o Arturo Sandoval.
Amor prohibido
Parece ser que la Saldívar era una boquifloja a la que no le paraba cuento en el pescuezo. La cita que sostuvo con su víctima –en un motel de Corpus Christi– fue para chantajearla y evitar airear sus miserias ante la prensa.
Según ella Chris Pérez –el marido– era un cornudo y Selena lo tenía atravesado, porque era un intragable que solo vivía para él y apenas la tomaba en cuenta.
Este Chris, para variar, escribió un libro dedicado a ella donde reconoce su amor eterno, las groserías que le hizo Abraham para separarlos y como pudieron ser novios, besarse en una pizzería, hacer el amor en el asiento del autobús de la banda y un melodrama romeojulietesco de lo más empalagoso.
En una entrevista, publicada por el tabloide Enquirer , una presa –Sandra Rodríguez– que compartió celda con la criminal aseguró: “Yolanda me dijo muchos secretos que antes no había dicho. Uno de ellos es que Selena escribió su famosa canción Dreaming of You para un doctor casado, con quien tenía un romance”.
Se trataba del cirujano plástico Ricardo Martínez que, 17 años después de la muerte de Selena, también se fue de bocón en el noticiero sensacionalista Primer Impacto.
El otoñal amante aseguró “ Yo prefiero que digan que yo tuve una relación de amor, pero lo que no voy a permitir es que se digan todas las cochinadas que se han dicho… No existió ningún plan de fuga ni mucho menos. Dentro de su planning de negocio, yo le dije “Tengo unos contactos importantes en Brasil para que te hagan tu línea de perfumes”.
Como siempre, el marido fue el último en enterarse, y para no darse por menos aceptó que sí conocía al doctor Martínez, pero ignoraba que fuera amante de su mujer: “Siempre estábamos juntos. Teníamos personalidades diferentes, ella era muy extrovertida, y yo siempre en mi mundo”.
Los hermanos de la convicta, María Elida y Armando, lanzaron más estiércol a la memoria de Selena y se animaron a decir que Yolanda fue amenazada de muerte. Agregaron que poseen unos videos íntimos del doctorcito con la diva y todo lo revelarán –más pronto que tarde– en un nuevo juicio para sacar a su hermana del presidio. ¡ Qué ganas de contarles algo a toda esa bola de chismosos!
Aún faltaba otro clavo más en el ataúd de Selena. La misma Yolanda confesó –a la cuentera de Sandra –que ella tuvo un romance con el padre de la difunta, “pecatta minuta” que esta no comprendió y la amenazó con echarla del club de fans y de una cadena de tiendas que ella administraba.
“Su papá la hacía tener una vida moral, pero él era un infiel. Solo tuvimos sexo algunas veces. Pero me hizo sentir como una prostituta”.
Incluso, en el texto de María Celeste se afirma que Abraham estaba muy enojado porque un desconocido se le acercó en un restaurante para preguntarle si era cierto que él había tenido relaciones sexuales con Selena, y ese era el secreto que divulgó Yolanda. A petición de ella, la periodista borró esa declaración en la nueva versión del libro.
Quintanilla sentenció que Saldívar, además de robarle a la cantante, había intentado matarla en cuatro ocasiones; fue a la quinta que logró su propósito. En una entrevista con Arrarás lamentó haber descuidado a su hija y no darle importancia al sueño de Selena, de lanzar una línea de ropa con su nombre y un perfume.
¡ Ay como me duele!... Selena alcanzó el sueño americano, pero no vivió para disfrutarlo, porque el dueño de tu secreto… es el dueño de tu libertad.