Televisión

Víctor Mature, un hermoso pedazo de hombre

Cada Semana Santa revive en las pantallas televisivas un actor que alcanzó la inmortalidad gracias a sus músculos y a un rostro inexpresivo

Víctor Mature. (Archivo)

¡Fue el peor actor de Hollywood! Él mismo reclamó ese mérito y aportó en su defensa 64 películas que lo confirmaban. Sin embargo, –aquí entre obispos– era un mentiroso porque solo filmó 55.

En todas mostraba la misma cara de piedra, aunque matara un león, saliera como testigo en El Calvario, viera en cueros a Lana Turner, se pegara el gordo de la lotería, lo cocinaran en aceite o, si no había de otra, tuviera que actuar.

Su nombre está asociado – per saecula saeculorum al género de cintas péplum; en sencillo, las de romanos o, en cristiano, las de Semana Santa.

Basta invocar El manto sagrado , Demetrio y los gladiadores , Sinuhé el egipcio o la paradigmática Sansón y Dalila para que sus fans pongan los ojos como ruedas y griten: ¡Víctor Mature!

Ese era su nombre de guerra, porque en la casa paterna lo llamaban Vittore. Su padre, Marcello Gelindo Maturi, emigró de Italia y se estableció en Louisville, Kentucky; allí conoció a Clara Akley, guapa austríaca.

De esa mezcla genética produjeron un macho apolíneo, que se abrió paso en la vida el 29 de enero de 1913. Después vinieron dos hermanitos más, pero murieron en la niñez.

Los amigos lo apodaron The Hunk, el grandote, porque medía 1,90 metros; pulió sus músculos en la carnicería familiar y en la construcción de embarcaciones. En la adolescencia vendió revistas y después trabajó como recepcionista en un hotel.

Por lo que dicen sus biógrafos, el seso apenas le dio para las primeras letras; a los 22 años, lo aceptaron en la Academia Militar de Pasadena –California– y ahí matriculó un curso de actuación en el Instituto Playhouse.

Explotó el físico, pues era un cosote de hombre y probó con papeles de matón y malencarado hasta que –ni él sabía explicarlo– le ofrecieron un rol en Lo que el viento se llevó.

Para su mala suerte, alguien se dio cuenta del error y lo mandaron a freír churros, lo cual no lo desanimó porque –de algo estaba seguro– carecía de talento artístico.

Eso era lo que ocupaba Hal Roach, para su película Un millón de años a. C , de 1939. Mature interpretó al troglodita Tumak, que lo mismo mató a pedradas un dinosaurio y persiguió a Loana, exuberante troglodita encarnada por Carole Landis.

Es justo aclarar al neófito que humanos y dinosaurios nunca coincidieron; además, los “efectos especiales” eran tan primitivos que parecían marionetas del teatro guiñol.

Uno de sus papeles más relevantes fue en El embrujo de Shanghai ; después medró en los sets como latin lover , junto a estrellas del porte de Rita Hayworth o Betty Grable.

En esas andaba cuando estalló la Segunda Guerra Mundial; dejó un buen contrato con la 20th Century Fox y se enroló en el Servicio de Guardacostas. Cuando regresó, no era el mismo.

Gigante de cartón

Apenas puso pie en tierra, Mature consiguió el papel de su vida: Doc Holiday. En 1946, John Ford lo contrató para que hiciera pareja con Henry Fonda, en Pasión de los fuertes . Fonda era Wyatt Earp, mítico sheriff del salvaje oeste. Un año después incursionó en el cine negro con El beso de la muerte .

Le iba de mal a bien hasta que le sonó la flauta. Cecil B. DeMille le dio el rol protagónico en Sansón y Dalila ; eso lo disparó a una seguidilla de filmes que –gracias a la Semana Santa– lo inmortalizaron por encima de actores extraordinariamente talentosos.

Aquellos labios carnosos, los ojos penetrantes, el cabello negro rizado y el cuerpo cincelado de latino calenturiento lo convirtieron en un fetiche sexual en los años 50 y 60 del siglo XX, sin Internet ni Photoshop.

Nadie sabe cómo llegó a la cúspide, pues era incapaz de expresar la más ínfima emoción. En lugar de una sonrisa, le salía una mueca de asco. Su vozarrón intimidaba, pero, por dicha, hablaba a punta de manazos, patadones y llaves de luchador.

Aún así Richard Burton, coestrella en El manto sagrado , aseguró que aprendió mucho de Mature. Para caer de trasero, hasta George Clooney confesó ser fan de Víctor: “Me inspiré en él para mi personaje de romano” en la película ¡Ave, César! , de los hermanos Coen y ambientada en el Hollywood de los años 50.

Bíceps, pantorrillas y cuadritos le abrieron las puertas del estrellato, y las alcobas de semidiosas como: Hedy Lamarr, Lana Turner, Gene Tierney, Esther Williams y sus cinco esposas oficiales. Dicen que la fama le vino de unas supuestas fotos porno, donde exhibía un apéndice sexual del tamaño de un obelisco egipcio.

Los filisteos de la prensa nunca le dieron mérito alguno, aunque rodó con los mejores directores de la época.

Ta vez no fuera un actor consumado, pero si un inversionista de primer orden; colocó el dinero en empresas inmobiliarias, montó un próspero negocio de refrigeradoras y, a los 45 años, se retiró a su rancho en San Diego.

Ahí se dedicó a su verdadera afición: el golf. Jugaba cuatro horas diarias, seis días a la semana. Solo regresó al cine una vez –en 1984– para interpretar al padre de Sansón, en una nueva versión televisiva. Con su buen humor dijo: “Por lo que me pagaron, habría sido hasta la madre de Sansón”.

Víctor Mature murió de leucemia el 4 de agosto de 1999; salió –mejor no decir actuó– en comedias, musicales, westerns y thrillers .

Basó su éxito en una humildad descomunal y una ironía suicida que lo vacunó contra la vanidad de creerse famoso, pues solo fue un gigante de cartón.

LE RECOMENDAMOS

Terminal 7-10 en San José cierra operaciones: ¿qué pasará con el edificio?

La terminal autobusera se inauguró en 2015. ¿Qué pasará ahora?
Terminal 7-10 en San José cierra operaciones: ¿qué pasará con el edificio?

Estos son los ganadores de la lotería de este domingo 4 de mayo

El sorteo de la lotería nacional, conmemorativo del Día del Trabajador, dejó como premio mayor un número bajo.
Estos son los ganadores de la lotería de este domingo 4 de mayo

Accidente mortal provocó largas presas en la autopista General Cañas

En el accidente murió una mujer. Un hombre quedó herido y fue trasladado al hospital.
Accidente mortal provocó largas presas en la autopista General Cañas

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.