El controversial pastor Javier Soto fue invitado a una entrevista en el programa chileno El interruptor. Sin embargo, apenas fue capaz de responder a una pregunta antes de tener que retirarse por haber protagonizado un ataque homofóbico.
Al comenzar la conversación, Soto dijo que requería hacer una oración. Ante la pregunta del conductor José Miguel Villouta sobre si se trataba de una costumbre, el pastor contestó: "Generalmente nosotros, como representantes de la palabra de Dios, tenemos primero que nada invocar a aquel que representamos. Es necesario que el Señor se haga presente".
"Conociendo también su condición, es muy necesario que usted, hoy día, se vaya sanado, restaurado, fortalecido, aconsejado también", prosiguió, en referencia a la orientación sexual de Villouta, quien es homosexual.
El conductor, en evidente desacuerdo con lo ocurrido, cuestionó si el pastor entraría a una casa y oraría sin autorización. "Tengo la sensación de que fue un poco como una imposición", señaló.
Villouta optó por continuar con la entrevista y tras reiterar la primera de sus preguntas, Soto dio una breve respuesta e interrumpió para colocar en el suelo –y bajo sus zapatos– una bandera, supuestamente del movimiento LGBT.
"Antes de avanzar, tengo un poco de frío en los pies, entonces vamos a colgar una alfombra. Traigo una alfombra que yo uso siempre en los programas donde voy", dijo Soto, mientras sacaba la bandera de la bolsa interna de su saco, con la leyenda: "Candidatos a la Presidencia que están a favor de la diversidad sexual".
"Este es trapo de inmundicia que hay que colocar acá para hacer un poquito más ameno el programa", recalcó.
Villouta le hizo saber que dicho acto constituía una falta de respeto, pero el pastor lo negó.
"Yo soy homosexual, este es mi programa y esto me parece una falta de respeto. Nosotros, y yo, principalmente, no puedo aceptar esto, así que le pediría por favor si puede sacar esto para que podamos tener la conversación que nosotros queremos tener con usted", dijo el conductor del espacio.
La directora de contenidos del canal Vía X intervino para dejarle claro a Soto que no estaban dispuestos a "aguantar" ese acto, por lo que Soto prefirió retirarse del programa. La producción estuvo de acuerdo con esa decisión.
La bandera que el pastor Soto pisoteó en realidad se trataba de un emblema de los pueblos indígenas de Cusco. Se diferencia de la del movimiento LGBT por tener siete franjas, con una celeste entre la verde y la azul. La bandera gay, en cambio, tiene seis franjas y no incluye celeste.
Las autoridades peruanas reconocen que la bandera indígena se presta a confusiones y, a pesar de múltiples iniciativas para modificarla, se ha mantenido tal cual.
Soto ya es conocido por otras agresiones a grupos sexualmente diversos, así como por enfrentar querellas de distintos grupos de la sociedad civil. Incluso, ha sido condenado por agredir a un diputado de su país y fue expulsado de la Armada por "insurrección".