No hay manera de no sorprenderse con los dotes de Octavio Rojas. El actor de doblaje mexicano ha marcado generaciones por personificar, para Latinoamérica, las voces de personajes entrañables como Smithers, de Los Simpsons; el Gallo Claudio, de los Looney Tunes; Doctor Drakken, de Kim Possible; Lotso Cariñoso, de Toy Story; así como la mayoría de interpretaciones de Chuck Norris, Russell Crowe, Val Kilmer, Liam Neeson y Wesley Snipes.
“A mí lo que me interesa es llegarle a la gente y hacerlos felices”, contó Rojas en su reciente visita a Costa Rica, donde presentó un show el sábado 4 de junio junto a la Academia Nacional de Comunicación. Aprovechando su visita al país, Viva conversó con el talentoso intérprete mexicano.
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—¿Qué es lo más emocionante a la hora de definir a un personaje a través de su voz?
—Son unas emociones padrísimas, porque siempre hay personajes nuevos, retos nuevos, algo increíble. Sientes adrenalina y miedo, nervios que ocurren de un lado positivo a la hora de conocer un nuevo personaje: ver cómo se mueve, cómo respira. Incluso, con personajes que haces usualmente, traen nuevas experiencias con capítulos distintos, con nuevas aventuras. Es algo que nunca termina y te mantiene vivo como actor.
—¿Cuáles fueron los primeros personajes que influyeron en su trabajo para definir su estilo?
—Hay bastantes, pero de los primeros sin dudas fue Chuck Norris, el comisario de Texas, que es toda una responsabilidad. Había una caricatura llamada Gárgolas que me marcó, también Simón de Alvin y las ardillas. Por estos trabajos me fueron solicitando para otros proyectos y me trajeron grandes recuerdos.
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—¿Cómo encuentra usted las texturas vocales para cada personaje?
—Básicamente escucho la voz original del actor. Siempre hay alguien detrás en el idioma original, me baso en esa tesitura para no distanciarme mucho de esa imagen primera. Me fijo si son graves, medios o cómo hablan.
—Por ejemplo, con el caso de Smithers, ¿cómo fue el proceso?
—La primera vez que escuché a Smithers me dieron una semblanza. El director me dio sus características como personaje, que es servil, siempre quiere complacer a su jefe, un secretario, pero que pasa de ahí a amar a su jefe, a idolatrarlo. Cuando lo escuché en inglés se me hizo bonito pero muy vacía la actuación, muy plana. Entonces dije: vamos a darle más vida al personaje, dándole entre graves y la docilidad cuando le habla al Señor Burns. Tengo que diferenciar siempre su acento entre lo servil para el Señor Burns y cómo se dirige al resto de empleados.
—¿Cómo es en contraposición con los villanos? Por ejemplo, el Doctor Drakken tiene un acento muy marcado y carrasposo...
—(Se ríe) Es uno de los que más me ha gustado porque es un súper reto. “Ay Shego, ¿dónde estás?”, es una frase usual que quería hacerla cómica. Lo hice pensando en que el público lo escuche y se divierta oyendo a un villano así de gracioso. Encontrar su personalidad fue fascinante.
—Las voces en latino nos marcan a distintas generaciones. ¿Guarda alguna anécdota especial de algún fan por un personaje suyo?
—Sí, claro, hay muchas, pero una que me hizo saber que mi trabajo era bueno fue un muchacho que se me acercó en una convención. Pasa un chico y me dice: “Señor, ¿cómo está? ¿Usted sí es?”. Y yo no entendía. Me dice: “¡Usted es Smithers!” y yo le contesté que sí, pero no lo entendía. Entonces me dice: “¿Usted es gay, entonces? (Risas). Yo obvio no tengo problema con eso, pero lo que me llamó la atención fue que pensara que yo era el personaje.
—¿Qué piensa usted sobre el ascenso de la cultura geek? Antes era algo estigmatizado, pero ahora es cool.
—Es muy bueno porque antes eran los frikis, los etiquetaban como tontitos. Ha habido un crecimiento por lo mismo, porque la misma industria volteó a verlos como en plano mercadotécnico. Además es una mina de oro. Yo, cuando grabo videojuegos, me gusta mucho estar pensando hacia qué público va dirigido, qué tanto les va a gustar. Un videojuego se repite muchas veces, no a la primera lo terminas. Te van a estar escuchando por mucho tiempo y espero que no me odien cuando me oigan a las dos de la mañana (risas).
—¿Hay algún personaje que quisiera interpretar?
—Gracias a Dios he hecho los personajes que me han llegado y gustado. No tengo ninguno que quisiera. Tenía la tentación de estar en Star Wars con algún personaje y se me dio con el líder supremo Snoke. También quería algo para Toy Story porque mis hijos crecieron con esa saga y me dieron a Lotso. Gracias a Dios se me han dado los personajes que me han hecho felices.