“Para ser protagonista tienes que ser talla 2″. Esas frases marcaron a una Sandra Echeverría adolescente, quien empezó a tomar bebidas bajas en calorías y a tener conflictos con la comida. Hoy, dos décadas después, la conocida actriz mexicana ve la vida de otra manera y aprendió que está bien ser como es y que no debe cambiar para encajar. Esta es solo una de las muchas barreras que tuvo que derribar.
Echeverría, conocida por sus trabajos en El Clon y en La Usurpadora, conversó con Viva acerca de esos estereotipos que quisieron frenar su carrera, de esos ‘NO’ frecuentes con los que topó porque “no calzaba” con un cánon de belleza. La también cantante es parte de Voces, un documental de E! Entertainment que promueve el empoderamiento femenino, cuestiona los cánones de belleza en Latinoamérica y plantea cambios en la sociedad y en los medios de comunicación.
En la producción de una hora de duración, que se estrena en E! este 19 de noviembre, a las 10 p. m., también participa la costarricense Brenda Kellerman. Junto a la tica y a Echeverría aparecen 12 figuras latinoamericanas más que cuentan sus testimonios, en un mundo que tiene diferentes conceptos de belleza.
Asimismo, la producción se enfrenta a esos cánones de belleza a través de un experimento con inteligencia artificial en el que 350 mujeres de América Latina crearon rostros imaginarios a partir de 4 preguntas: “¿Cómo crees que luce una mujer bonita? ¿Cómo luce una mujer que aparece en televisión y pantallas? ¿Cómo luce la mujer que más aparece en los medios de comunicación?, ¿Cómo es la mujer que debería ocupar un rol de liderazgo?”.
Tras su participación en el documental, Echeverría, de 36 años, habló de esos prejuicios y estereotipos por los que pasó en su carrera y a los que decidió rebelarse.
--¿Qué significa participar en este documental que resulta disruptivo en un mundo a veces tan superficial?
Es totalmente cierto. La verdad me siento muy afortunada de haber sido elegida por E! Entertainment para hacer esta serie documental. La verdad buscaron perfiles de mujeres diferentes y entre ellas estoy yo. Me sentí muy afortunada de estar al lado de mujeres tan inspiracionales, tan admiradas por mí.
“La verdad fue muy interesante, porque además tuvimos nuestros debates sobre varios temas. Fue increíble poder escuchar a cada una con su punto de vista, sus experiencias, su forma de ver la belleza. Aprendí mucho de cada una de ellas”.
--¿Qué nos puede adelantar de su historia, de lo que vamos a conocer en Voces?
(...) Yo por ejemplo compartí el hecho de estar en la música y no ser tan bien aceptada porque no vengo de familia de los Fernández, ni de los Aguilar. Tampoco vengo del rancho. Como que la gente siente que no merezco cantar ranchero. Pero yo soy mexicana, crecí cantando mariachi y tengo derecho de cantar mariachi.
Todas platicamos de muchos temas, hubo algunos en los que no estuvimos de acuerdo y se puso tensa la cosa. También fue parte de lo interesante, el conocer el punto de vista de cada una.
--Usted que está en el mundo del entretenimiento, donde se ha perpetuado que la imagen es lo más importante…¿Qué estigmas ha tenido que derribar?
(...) Yo tampoco era aceptada en la televisión en México porque no era la belleza que estábamos acostumbrados a ver en esa época. Casi siempre eran mujeres de ojos claros y eran rubias, voluptuosas: el prototipo ideal de protagonista de telenovela… y yo era lo contrario.
“Pasó el tiempo, hice una audición para hacer una novela que se llama El Clón en donde buscaban a una chica como yo: cejona, como tipo árabe. Ahí encaje perfecto y me quedé en ese proyecto y tuvo muchísimo rating. A partir de eso fue que me empezaron a llamar a televisión en México, donde tuve muchas dificultades para poder entrar porque no era el prototipo de belleza para ellos”.
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“Luego me pasó en el cine. No me dejaban entrar en el cine en México porque yo hacía telenovelas. Estaba mal visto que una actriz de telenovelas haga cine porque (según ellos) somos malas actrices. Por ahí también fue complicado, tuve que hacer una película en Estados Unidos con Oliver Stone para que a partir de eso me dieran oportunidad en México para hacer cine. Así es que bueno, así como mis historias escuché las historias de cada una de ellas y todas son súper interesantes. Esas historias son inspiracionales y te motivan a decir: somos mujeres, tenemos que levantar la voz. Por eso somos voces en este documental. No hay que tener miedo a levantarla”.
--Compartió también con la costarricense Brenda Kellerman, quien se ha defendido en sus redes sociales porque la molestan por su cabello afro…
Justo ella contó ese detalle en el documental y yo decía: pero es lo más hermoso que tiene. Amo su pelo, lo que daría por tener ese pelo así chino divino. Se me hace parte de su personalidad tan auténtica, bonita, su cara es bellísima. Realmente veo toda la belleza en ella. También me enoja mucho que la gente en las redes sociales haga bullying y esas cosas.
--¿Le ha pasado?
Después de tener a mi hijo bajé mucho de peso porque me sacaba leche, no dormía. La empiezas a pasar mal porque es así en los primeros meses (tras el nacimiento de un bebé). Me empezó el bullying de que estás muy flaca, pareces un cadáver. Y yo decía: ‘no es porque estoy a dieta, acabo de tener un bebé’.
--Hace poco tuvo una bacteria en el estómago que la hizo adelgazar y la gente la molestaba por eso… otra vez por su apariencia.
Mi cuerpo baja fácil de peso. Era raro porque de adolescente subía rápido. Ahora que soy mamá bajo rápido, entonces siempre estoy haciendo pesas para subir un poco de volumen. Me dio una bacteria en el intestino delgado con la que estuve dos años. Fue horrible porque no podía comer nada. Lo único era consomé de pollo. Pescado y pollo. Obviamente te empiezas a chupar pero es porque todo te cae fatal.
“Yo le decía a la gente que no era por estar a dieta ni cumplir con un prototipo de belleza: es porque estoy mal, estoy enferma. Por eso no hay que juzgar a la gente porque uno no sabe lo que está pasando. También hay que celebrar todos los tipos de belleza en todos los pesos. Todas las mujeres son hermosas, todas las curvas son hermosas. Y si otros no te celebran hay que celebrarse a sí mismas”.
--¿Alguna vez se ha sentido oprimida por tantos cánones de belleza impuestos?
Sí, definitivamente. Sobre todo en esta carrera que siempre te exige ser perfecta en todo. Antes de ser protagonista me decían que si quería serlo tenía que ser talla 2. Y yo decía: -Dios mío, yo no era talla 2 de adolescente, entonces estaba tomando coca light desde los 14 años, estaba haciendo dieta y toda la comida que comía me hacía sentir culpable-. Hoy soy más feliz porque ya no sufro de eso. Ahora al contrario, bajo y tengo que echarle ganas para subir, pero ya no me preocupo por lo que piense la gente, me preocupo por estar sana que es lo importante.
“Siempre he estado sujeta a los prototipos que te piden en televisión y en mi carrera, pero llega un momento en el que también lo maduras y dices: ya, fuck it (jódanse), esta soy yo, si les gusta (bien) o si no, ni modo”.
--Enhorabuena que tenemos estas voces, ustedes, figuras representativas para tantas mujeres. Vienen y alzan la voz de esta manera y dicen que está bien ser como somos: todas bellas a nuestra manera y con nuestras diferencias…
Totalmente, y también ayuda mucho que los medios están cambiando eso. Ves comerciales con mujeres más grandes (corporalmente), ya no solo las delgaditas modelos de antes. Ya vemos diversidad en los comerciales y esto nos ayuda a todos a tener mucha más salud mental y ser más felices con lo que somos.