Dieciocho años después de haber convertido su casa en una pensión y de abrirle la puerta a todo tipo de inquilinos, Teresa Fernández de Montes de Oca aún saca pecho por el negocio que emprendió para sobrevivir y sacar adelante a sus hijos.
Pese a que las peripecias de los huéspedes ponen en jaque su salud –constantemente los advierte con “A mí me va a dar algo, ¡me va a dar algo!”– Doña Tere goza de gran vitalidad y con el tiempo solo demostró ser una mujer de hierro.
Su historia y la de cinco inquilinos es la que se retrata en La pensión , una serie que producciones La Zaranda estrenó el viernes 9 de abril de 1999 y que se ha mantenido al aire de forma ininterrumpida desde entonces, convirtiéndola este 2017 en la serie tica de ficción con más años en la pantalla: 18 en total.
El nacimiento de La pensión lo impulsó el director y productor Óscar Castillo. Él se basó en una historia de la vida real para echar a andar el proyecto, que nació tras el final de El barrio , otra de las series que dirigió.
“En los años 90 era evidente de que había una clase media que se empobrecía y cada vez costaba más sobrevivir; entonces quisimos llevar eso a La pensión , que era una suerte de complemento de lo que estaba sucediendo en la sociedad costarricense. La pensión está inspirada en una persona real. Era una mujer de clase media-alta que enviudó y se vio obligada a transformar su casa en una pensión, la diferencia fue que ella la hizo para estudiantes universitarios”, dijo Castillo.
Aquella mujer, vecina del barrio capitalino La California, está representada por Doña Tere, personaje que interpreta la actriz Eugenia Fuscaldo, la única integrante del elenco original que continúa en el programa.
Doña Tere, la protagonista de la serie, se mantiene en medio del fuego cruzado que muchas veces encienden sus huéspedes, que recrean entre sí historias de comedia, enredos y aventuras sobre situaciones cotidianas en las que se refleja la forma de vida de la familia costarricense.
Precisamente Óscar Castillo halla ahí una razón por la cual La pensión sigue cautivando al público, 18 años después de su estreno. “Hay un trabajo constante de indagar situaciones y personajes. Ese trabajo es el responsable de mantenernos aquí, porque el público va cambiando, pide otras cosas y otras situaciones para poderse seguir identificando con el programa, los personajes… y así tener esa relación de ser casi parte de la familia”, afirmó Castillo.
De ahí que en en las diferentes generaciones de elencos que ha tenido la serie, la producción y los guionistas han incorporado personajes que contengan la esencia del ser costarricense o que formen parte de la misma sociedad.
Sobreviviente. Generar ese carácter de identidad ha garantizado mucho del éxito de La pensión , que ha sobrevivido a los embates de la tecnología, a la escasez económica, a la globalización, a las críticas e incluso a sus propias crisis internas.
“La fórmula que continúa haciendo exitosa a La pensión es el empeño que cada una de las personas que trabajan con nosotros le ponen al trabajo. Tenemos a Paola Berrocal y José Ulloa, que son dos guionistas maravillosos, dos muchachos jóvenes que hacen maravillas escribiéndole a los personajes. Cada día la sociedad necesita cosas diferentes y nosotros como producción también tenemos necesidades diferentes, en ambos sentidos es crucial el trabajo en equipo”, refirió Marcela Castillo.
Respecto al factor económico, Marcela –quien se mantiene al frente de la producción desde hace una década– sostiene que ha sido fundamental el apoyo de los patrocinadores.
“La gente siempre se queja de que los comerciales están dentro de la serie, pero La pensión se sostiene por los comerciales. En este país no hay una industria que apoye el cine o la televisión por eso nadie da plata para mantener una estructura de este tamaño, entonces de algún lado hay que buscar los recursos”, comentó la productora ejecutiva de la serie.
Las críticas también han señalado a La pensión desde otros flancos, principalmente en los primeros episodios, cuando se decidió incorporar al elenco al fallecido actor César Meléndez, para que interpretara a Ricky, un personaje gay que llegó como huésped de La pensión.
“Hasta donde recuerdo Ricky fue el primer personaje gay que tuvo un programa nacional. No era una propuesta para reivindicar nada, sino representaba a un grupo social, y La pensión siempre ha sido un aglomerado de diferentes grupos sociales, entonces el personaje que hizo César Meléndez debía estar en la serie”, refirió Eduardo Ceregatti, quien ha dirigido cerca de 736 episodios de los 756 –42 producidos al año– que tiene La pensión.
Óscar Castillo aceptó que incorporar a un personaje sexualmente diverso en la serie desembocó en críticas e incluso agresiones físicas contra Meléndez; empero, para La Zaranda, era una responsabilidad visibilizar a esa comunidad y a otras que son parte activa de la sociedad.
“Uno de los grandes retos que hemos tenido a lo largo de estos años como productores, es mantenernos con una enorme responsabilidad social y de un gran compromiso del mundo que nos rodea, manteniendo un gran respeto por las creencias y el ser costarricense, pero sin perder de vista la gran necesidad de que esta sociedad vaya cambiando, se vaya modificando y entendiendo la realidad que se mantiene oculta. Nosotros como productores de una serie de televisión tenemos la obligación de abrir la mente y los ojos de la gente a situaciones humanas que están ahí de manera permanente y que quisiéramos negar”, refirió Castillo.
Nuevos rostros. Con la controversia por Ricky superada, La pensión continuó estallando su pólvora en la pantalla, hasta que en el 2012 su equipo original de actores se comenzó a desgranar debido a una disputa salarial entre varios de ellos y la producción.
En esa coyuntura, La Zaranda debió pausar las grabaciones de nuevos capítulos de la serie durante dos meses, pero el programa se siguió emitiendo los viernes por la noche en canal 7, la franja y televisora donde ha permanecido siempre.
Tras un estira y encoge, en julio del 2012 los actores Rodolfo Araya (don Pedro), Manuel Ruiz (Paco), Pablo Rodríguez (Joaquín) y Cecilia García (Susana) renunciaron a La pensión, obligando a la producción a nuevas incorporaciones, como la del actor Gustavo Rojas, que hoy es un invitado ocasional.
“En la vida de las instituciones y las empresas siempre hay desacuerdos. Es normal. Se afrontó ese capítulo con serenidad y La pensión no se resquebrajó y siguió para adelante. Las personas que se separaron en aquel momento son de gran estima para la producción y de gran capacidad artística. Luego de sus salidas llegaron personas tan buenas en la actuación como ellos y ahí comenzaron a surgir los nuevos personajes”, afirmó Enrique Tovar, vocero de La Zaranda.
La pensión continuó albergando inquilinos y recibiendo a nuevos huéspedes que respondieran a la actualidad del país, renovándose de la mano con el tiempo en situaciones o personajes a los que la televisión les guiña el ojo todavía hoy.
Por eso el final de La pensión no está en el horizonte de La Zaranda. La productora asegura que la serie goza de una saludable audiencia que cada semana espera disfrutar de esta singular familia, conformada actualmente por doña Tere, Isidoro Camacho, Azucena, Ágatha, Arturo y Tony.