Es un hecho que no podemos negar: mencionar a Adam Sandler como parte de cualquier película, lleva a muchos, indudablemente, a calificarla de antemano como una comedia mediocre más. Golpes, bromas escatológicas, burlas a discapacidades físicas, lenguaje pasado de tono: su sello es receta conocida y quemada.
Lo que algunos desconocen, es que este actor tan poco querido por la crítica se ha convertido en uno de los activos más importantes de Netflix en los últimos años, al firmar un primer contrato de exclusividad por $250 millones de dólares por tan solo cuatro filmes.
Basta con saber que su más reciente comedia con el servicio digital, llamada Misterio a bordo y en la que compartió créditos con Jennifer Aniston, fue la segunda película original de Netflix más vista en los Estados Unidos, con un total de 73 millones de espectadores. Está de más decir que el altísimo consumo de sus películas desechables enferma a los entendidos del Sétimo Arte.
Sin embargo, Sandler, a sus 53 años, ya alcanzó un estatus en la industria que le permite darse el lujo de no solo decidir con cuáles directores quiere trabajar, cuál historia quiere desarrollar y hasta qué tipo de protagonista desea ser. Eso lo confirma Diamantes en bruto (Uncut Gems), drama independiente que se estrenó en el 2019 en el Festival de Cine de Londres y Nueva York, y que días atrás se añadió al catálogo de Netflix y ya está disponible en Latinoamérica.
Allí vemos al actor convertido en Howard Ratner, un empedernido optimista y reconocido joyero judío del Distrito del Diamante de la ciudad de Nueva York, quien siempre está en la búsqueda de su próximo tesoro. Lograrlo se convierte en una utopía personal, porque mientras más cerca ve su posibilidad de lograrlo más termina alejándose de ello.
Howard es también un ludópata sin remedio, eternamente metido en aprietos por las apuestas de miles de dólares en las que se embarca cada vez que el dinero llega a sus manos. Sus deudas por juego le roban la paz y traen de cabeza sus relaciones personales.
Tras una serie de apuestas para que el dinero “le caiga del cielo”, aunque en realidad podría decirse que desde una mina en Etiopía cuando recibe un exótico ópalo negro, Howard hace malabares en medio de disputas y matones a riesgo no solo de perder a su familia, sino la cordura e incluso la vida.
Bajo la dirección de los hermanos Benny y Josh Safdie, quienes son conocidos por su trabajo con Good Time, un reconocido thriller de crimen frenético protagonizado por Robert Pattinson y Benny Safdie en el 2017, llega esta película que además de la actuación de Sandler, sorprende a propios y a extraños con la participación del exbasquetbolista de la NBA Kevin Garnett, además del cantante The Weeknd, este último con quien pelea por una chica, y quienes se interpretan a sí mismos en la trama.
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La fórmula del éxito de Diamantes en bruto no estaría completa sin Idina Menzel, actriz que muy pocas veces se deja ver en la gran pantalla y quien es conocida por prestarle su voz a Elsa en Frozen, además de Lakeith Stanfield, actor que interpreta a Demany, uno de los intermediarios más exitosos de Howard, capaz de despertar el interés por los hallazgos más exóticos de su joyería –recuerde esto cuando en una de las escenas vea una figura de un Furby elaborado a base de joyas preciosas–.
Éxito en construcción
Esta no es la primera vez que vemos a un Adam Sandler, como más de 50 películas en su haber, alejado de la comedia para demostrar que también es capaz de darlo todo en el drama. Así sucedió con su interpretación en Punch Drunk Love (2002), Reign Over Me (2007) y The Meyerowitz Stories (2017), esta última con la que recibió una ovación en el Festival de Cannes.
Convencer a Sandler de protagonizar Diamantes en bruto no resultó tan fácil como se pensaría, y no porque fuera un intenso thriller, sino que en la actualidad él escoge sus trabajos basándose en la perspectiva que sus roles le generarán en el futuro a sus hijas Sadie y Sunny. Es por ello que resulta entendible que ponerse en los zapatos de Howard, un hombre que apuesta todo lo que llega a sus manos, que engaña a su esposa y que no tiene escrúpulos hasta en timar a su propio suegro; no terminaba de atraparlo del todo.
“Sabes, inicialmente vi las otras películas de los hermanos Safdie, y me di cuenta de que estos muchachos estaban haciendo algo excepcional, nuevo y que tenían su propia voz. Sabía que sería algo genial y sentía que me perdería de algo muy grande si no lo hacía. Mi esposa (Jackie Sandler) leyó el guion, y ella solo me decía que realmente tenía que hacer esto. Esta película es increíble y como actor me cuestionaba: ¿cómo podrás desarrollar tantas emociones, altibajos y atravesar tantos problemas como este tipo?”, explicó Sandler en una entrevista con NPR.
Otro de los aspectos que contribuyó a su participación en este proyecto es que era un filme que se venía gestando desde hace 10 años, cuando los hermanos Safdie decidieron llevar a la gran pantalla la historia de su propio padre, quien trabajó como corredor para un distribuidor de joyas llamado, precisamente, Howard. De esta relación laboral fue que salieron muchas de las escenas que forman parte del filme que muestra situaciones tan extrañas, y a menudo peligrosas, que le proporcionan altos niveles de adrenalina al espectador.
“Hicimos un documental llamado Lenny Cooke y, al investigar sobre la industria del diamante, conocimos a una joven llamada Arielle Holmes y terminamos haciendo una película sobre ella, llamada Heaven Knows What. Luego, intentamos combinar el poco éxito que obtuvimos con esos dos trabajos, para volver a intentarlo con Sandler. Obtuvimos un rechazo cortés y lo intentamos con otros actores, pero no funcionó. Finalmente, después del estreno de Good Time, volvimos a contactar con el propio Sandler (a quien ahora llaman cariñosamente Sandman) y todo surgió”, afirmó Josh Safdie a I-D.
Y es que el papel de Howard Ratner siempre estuvo pensado, incluso desde hace más de una década, para Adam Sandler –que en algún momento iba a ser sustituido por Jonah Hill ante su negativa– ya que los cineastas querían a un actor que fuera capaz de hacer realmente creíbles situaciones absurdas, y con las que el público de alguna forma hasta pudiera solidarizarse y sentir cariño. Para ambos directores, resultaba esencial que el actor tuviera esa capacidad de proyectar en la gran pantalla a un hombre lleno de problemas, pero de igual forma adorable.
“Realmente, en nuestras cabezas, no había nadie más que él. Sabes, solo había una persona que sabíamos que podía fundamentar situaciones absurdas en una realidad que fuera completamente creíble. En todas las películas de Sandler, cuando las estás viendo, realmente crees lo que le está sucediendo y logras desarrollar empatía con él. Esa es una habilidad increíble, por eso siempre lo quisimos a él”, comentó Benny Safdie a NPR.
Aclamación unánime
Adam Sandler tiene claro que este ha sido una de las mejores interpretaciones de su carrera. Aún así, siempre estuvo consciente que ser nominado a un premio Óscar por su papel en Diamantes en bruto era causa improbable, dado su pedigrí de estrella de comedias de poca monta. Sin embargo, esto no fue impedimento para que otras organizaciones, incluso muchos de los críticos que lo han pulverizado en otras ocasiones, lo alabaran al punto de afirmar que este es su mejor rol en sus casi 33 años de carrera.
“Emerge como una auténtica joya (...) Muchos estarán de acuerdo es que esta es la mejor interpretación de la carrera de Sandler”, escribió Todd McCarthy de The Hollywood Reporter. Por su parte, Javier Ocaña, de el diario El País de España reseñó: “Unas texturas ásperas, de grano duro, iluminando una puesta en escena radicada en los primerísimos planos de Sandler (...) una obra sobresaliente en lo formal y en lo interpretativo”.
Todo esto también no solo fue posible gracias a las actuaciones del elenco y del trabajo de los hermanos Safdie, sino que Diamantes en bruto es una coproducción de Netflix con A24, compañía esta última que se especializa en crear cine independiente de gran fractura como Get Out (2017), Moonlight (2016) y Lady Bird (2018). A esto hay que sumarle que el reconocido cineasta Martin Scorsese es uno de los productores del filme.
Si todo lo dicho anteriormente no termina de convencerlo de dedicarle más de dos horas a esta película hay otro factor que debe de sumar, y es la gran estética que la define de principio a fin. Es común ver grandes anillos y cadenas de oro, hombres vestidos con ropa ancha o los que están en el otro extremo con trajes enteros y gabardinas, lo que de una u otra forma será capaz de transportarlo a la cara más brillante de la ciudad de Nueva York.
Aunque si aún así, al igual que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, encargada de otorgar los Óscar, usted considera que esta no es una de las mejores películas que nos dejó el 2019, solo podemos responderle de la misma forma que lo hizo Adam Sandler cuando fue consultado si no era nominado a estos premios: “Si no lo consigo, voy a volver y haré otra película, una que sea malísima y será a propósito para hacerlos pagar a todos”, bromeó en diciembre durante una entrevista con Howard Stern.
Después de todo, Adam Sandler es uno de los pocos actores que puede darse el lujo de pasar de una de las películas más aclamadas de los últimos tiempos, a una en la que su único objetivo sea entretenerse él y a sus fanáticos, con ese humor vulgar que tanto le ha generado crítica pero que igual lo ha llevado a tener una fortuna de casi $400 millones de dólares.
¿Dónde verla?
Plataforma: Netflix
Elenco: Adam Sandler, Julia Fox, Idina Menzel, Kevin Garnett y Lakeith Stanfield
Duración: 135 minutos
Directores: Benny Safdie y Josh Safdie