Nickelodeon sabe cómo preparar una telenovela: mezcle la dosis exacta del carisma de un joven y determinado protagonista, música pop rock pegajosa y la moraleja por excelencia: aún en las condiciones menos favorables, los sueños se cumplen con trabajo duro, el amor de una familia y el apoyo de los amigos.
La protagonista de Toni, la chef es una adolescente prodigiosa, pero todavía nadie lo sabe. Hasta el inicio de la serie, Toni solo es buena para meterse en problemas en la calle y el colegio.
La encargada de su custodia y la de su hermana es su tía, una mujer entusiasta de la disciplina y las reglas, eternamente en guerra con las fechorías de Toni y quien da por agotados sus esfuerzos de educar a la adolescente cuando la expulsan de su colegio.
El castigo más bien es un premio para las niñas: la tía las entrega al cuidado de su abuela, quien es su opuesto polar. La abuela es una señora pachanguera y cariñosa, y que, además, comparte con Toni la pasión por la cocina, aunque su antiguo restaurante está cerrado después de quebrar hace un tiempo.
En ese plato de drama familiar se mezclan el resto de los ingredientes de la nueva vida de Toni: un mejor amigo friendzoneado , una mejor amiga atolondrada, un guapo interés romántico y, su antagonista, una rival que peleará a muerte en el amor y la cocina.
Se sobreentiende que en la cocina se resolverán los conflictos que plantea esta comedia. Toni se redimirá de ser una adolescente tortera al descubrir, dentro de sí, el talento que siempre fue latente pero nunca motivado; su familia y amigos la apoyarán incondicionalmente y sus enemigos se opondrán a sus éxitos con el mismo ahínco.
Pero, en la sana tradición infantil, los buenos no solo ganan batallas, sino que le sanarán las heridas a los malos.
Nickelodeon Latinoamérica sabe cómo preparar una telenovela porque tiene una única receta que sirve recalantada desde el año 2006. Supo bien un rato, pero eventualmente empacha.