Ni el coronavirus, ni el confinamiento global lograron impedir que el reconocido naturalista sir David Attenborough filmará en nuestro país parte de su nuevo documental La vida a color, que se estrenará el 22 de abril en Netflix.
Eso sí, la producción tuvo que emplearse afondo para desafiar a la traicionera pandemia, que casi se trae abajo este proyecto, enfocado en cómo los animales utilizan el color como una técnica de sobrevivencia en su entorno.
La producción, que juntó por primera vez a la BBC y a Netflix en un programa sobre naturaleza, tenía previstas filmaciones en Costa Rica, Escocia e Italia, entre otros lugares. Sin embargo, los planes se tambalearon cuando el reloj global se detuvo y el mundo entero entró en confinamiento en un esfuerzo por contener la propagación de la covid-19.
Afortunadamente, el presentador y científico británico, hoy de 94 años, ya había filmado sus escenas en Costa Rica, según explicó el productor Stephen Dunleavy al sitio Deadline.
Ese no fue el caso de al menos otras diez locaciones, cuya filmación se tuvo que suspender por motivo de la pandemia. Asimismo, los productores tuvieron que abandonar sus planes de viajar a Italia a filmar, mientras que el nonagenario Attenborough se recluía por su seguridad en su casa el suroeste de Londres.
En medio de todas estas malas noticias para la producción, los realizadores sabían muy bien que contaban con hermosas tomas hechas en Costa Rica en las que se veía a Attenborough rodeado de colibríes, guacamayas y tucanes, entre otros animales. También sabían que de alguna forma tenían que rescatar el proyecto.
Según dijo Dunleavy a la publicación, durante el viaje a Costa Rica el conservacionista se mostró muy alegre durante las filmaciones.
“Él tenía 92 o 93 cuando filmamos eso, pero se veía como alguien de 60 o 65. Siempre se ve más jovial. Siempre es fantástico estar en las locaciones con él porque se siente esa alegría de vivir y eso es realmente atractivo. Hay una curiosidad real, no solo de dónde está y lo que ve, en realidad es una curiosidad de todos alrededor de él”, recordó el productor.
En un inicio se pensó en posponer del todo la producción, pero decidieron continuar. Eso implicó escoger nuevas locaciones más cerca de casa, para cuidar la salud de Attenborough. De esta forma, unas escenas planeadas para filmarse en unos prados floreados de Italia se cambiaron a un campo de flores en Richmond Park, ubicado a unos 40 minutos del centro de Londres.
Por esta razón, en lugar de los tres capítulos originales que se tenían previstos para la BBC solo se entregaron dos, los cuales se estrenaron en ese canal británico el pasado 28 de febrero.
En el caso de Netflix, Dunleavy aseguró que el documental se dividirá en tres partes, en vez de las cuatro planificadas al inicio, y se estrenarán en esa plataforma el jueves 22 de abril para coincidir con la conmemoración del Día de la Tierra.
Mundo de colores
Según explicó el productor, Attenborough siempre ha mostrado un interés especial por el color, por lo que este proyecto guarda un lugar especial en el corazón de este pionero de la documentación natural.
En La vida a color, por ende, usted podrá ver de cerca como esa gran pasión por la naturaleza se ve reflejada en la pantalla. “David Attenborough recorre el mundo desde el bosque lluvioso de Costa Rica hasta las montañas nevadas de Escocia para revelar la forma extraordinaria y nunca antes vista en que los animales utilizan el color”, dice la sinopsis de Netflix sobre este documental.
Para lograrlo se utilizaron cámaras con tecnología revolucionaria creadas específicamente para esta serie documental. “Los espectadores podrán experimentar cómo los colores invisibles para el ojo humano juegan un rol vital en la interacción de los animales”, explican las notas de producción.
Desde las señales ultravioletas, que más parecen magia en las alas de mariposas, hasta las sorprendentes pero sobre todo cruciales rayas del tigre de Bengala, hay todo un mundo de colores que espera a ser descubierto.
La vida a color llega después del éxito arrollador de otros documentales recientes con la participación de Attenborough, tales como Nuestro planeta (2019) y Una vida en nuestro planeta (2020), en las que el naturalista levanta su voz a favor de la conservación de nuestro entorno.
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Se trata de una lucha muy personal que inició en 1979, con la emisión de su primera serie televisiva para BBC, Vida en la tierra, pero que comenzó a gestarse desde que era un niño amante de los insectos fósiles y después un joven estudiante de geología y zoología.
Más de 40 años después, Attenborough afirma sentirse honrado de que las nuevas generaciones estén interesadas en escuchar lo que tiene que decir para salvar al planeta.