Aunque su trabajo en la mítica serie inglesa The Office puede ser su mayor legado, Ricky Gervais cayó al ojo público para quedarse tras presentar las ediciones de Globo de Oro de los últimos ocho años, casi que año de por medio.
Con un trago en mano y de espaldas a la corrección política, el humorista inglés fastidió y encantó a figuras de la industria y al público general por su astuta irreverencia. Si tiene los insumos para bromear sobre la poca habilidad para conducir de Caitlyn Jenner lo hace sin temor a ser acusado de transfobia, porque sus chistes suelen bordear lo incorrecto con la procura de no atentar contra la víctima.
“A mí lo que me gusta es probar a las personas; ver cuánto y de qué cosas se permiten reír. De muchas cosas de las que nos negamos reírnos es porque nos han dicho que son incorrectas, pero uno debe dejar permitirse cosas”, ha dicho en uno de sus monólogos el humorista.
Su gruesa carrera, comenzada en los ochenta pero salpicada por humor negro desde los noventa, ha dejado muchos frutos jugosos por explorar, pero uno de los títulos más curiosos que se pueden encontrar en su trayectoria es Derek, una serie en la que el inglés preserva su picardía, pero la contiene en envases de empatía y solidaridad con los adultos mayores en una historia entrañable.
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Mundo cálido
Derek cuenta la historia de un hombre maduro, quien trabaja como asistente de enfermería en un asilo de ancianos. Derek, quien es interpretado por el propio Gervais, es un símbolo de pureza absoluta: encuentra lo extraordinario en lo ordinario, es incondicional con sus amigos y enfermos, es leal y siempre tiene una sonrisa para todos.
Además, Derek parece tener alguna condición especial (no se especifica nunca; de hecho el propio Gervais ha negado que se trate de asperger, por ejemplo) y todo su alrededor lo trata sin condescendencia; es incluido de manera orgánica y de forma poco aleccionadora.
“Yo tengo muchos familiares que trabajan con adultos mayores y tenía muy presente su entrega. Quería reflejar cómo es su día a día; a veces no pasa nada y eso es muy interesante. Creo que esto es lo más sincero que he hecho”, dijo en una ocasión a Variety.
Justo esa honestidad es la que crea una serie de inolvidables personajes pues, además de su protagonista, quienes pueblan este mundo son figuras inolvidables que, en cada episodio, se ven en pequeños aprietos que pueden significar un mundo entero para quienes viven en un asilo.
Todos los adultos mayores prácticamente son un personaje secundario, pero aún así la serie está en servicio de ellos. Con chistes sobre sexo, manías y demencias, Gervais prueba que puede tocar terrenos minados sin mermar la calidez de una historia conmovedora.