De las poquísimas cosas que le podemos agradecer a la administración de Donald Trump es el haber impulsado la producción de un programa icónico que, hasta hace poco, parecía imposible su regreso a la televisión: Will & Grace.
Así es. El gobierno de Trump no solo se salió del Acuerdo de París, intentó impedir que los transgéneros se integren a la Fuerzas Armadas de su país y promovió un sentimiento xenofóbico con sus políticas migratorias; a ello le sumamos el haber reunido a Will, Grace, Jack y Karen en YouTube que, a la larga, se convirtió en el preámbulo para traerlos de nuevo a la TV.
Solo un milagro podría reunir a los actores Eric McCormack, Debra Messing, Sean Hayes y Megan Mullally en el viejo apartamento de Will y Grace: pedir votos para que Hillary Clinton ganara las elecciones en EE. UU. en el 2016, ante la amenaza de Donald Trump.
El milagro no se dio, y aunque Trump es el nuevo presidente de EE. UU., el sketch de nueve minutos tuvo repercusiones más allá de la elecciones presidenciales gringas: sus más de siete millones de vistas y la química que aún mostraban los actores en el set fue el guiño que NBC necesitaba para retomar el proyecto.
¿Será este el mayor logro de la administración Trump? La respuesta a esa pregunta se las dejo a ustedes. Por ahora, los seguidores de la serie ya se están preparando para el estreno en Latinoamérica este miércoles 18 de abril, a las 7 p. m., en Fox.
Las travesuras de Will y Jack y las burlas de Karen hacia su “amiga”, confidente y jefa Grace estarán por partida doble: se estrenarán dos capítulos por semana.
Fórmula exitosa.
Ni la tecnología, ni los nuevos servicios de streaming lograron cambiar la manera en la que se verá esta nueva temporada de Will & Grace.
Quizá por pertenecer a una de las cadenas de televisión más poderosas de Estados Unidos –la NBC–, Latinoamérica tendrá que esperar hasta mañana para ver una serie que EE. UU. empezó a disfrutar desde setiembre del 2017.
Además, olvídese de esa costumbre de ver estrenos en simultáneo con todo el mundo, –gracias a las plataformas de Netflix y HBO GO– pues esta novena temporada también la veremos como en los viejos tiempos: nuevos capítulos a una hora y día específico.
Claro, a menos de que usted intente piratear la serie, lo que no recomiendo: Will & Grace es de la pocas producciones estadounidenses que cuesta encontrar en esos rincones tan peligrosos de la web. No solo su computadora se podría infectar de un virus: la calidad de cada capítulo nunca será la misma.
Pero eso no es lo único que se mantiene de la vieja serie que se transmitió por última vez el 18 de mayo del 2006: además de los actores, el legendario director James Burrows y los productores ejecutivos Max Mutchnick y David Kohan continúan al frente de la producción.
Por ahora, todo indica que esta vieja fórmula de trabajo, en un mundo muy diferente al de hace 11 años, ha dado el éxito esperado, pues NBC ya anunció que renovará la serie por una temporada más.
Ojalá que se nos haga el milagro de que sean estrenos simultáneos con Latinoamérica.
Por cierto, hablando de milagros, volvamos a Donald Trump: precisamente él será el “payaso de la fiesta” del primer episodio de Will & Grace, aunque su rubia y teñida cabellera brille por su ausencia. ¡Había que dedicarle el primer episodio al gestor de este regreso!
La desquiciada Karen Walker, íntima amiga de Trump y su esposa Melania, le consiguió a Grace Adler el trabajo más desafiante de su vida: decorar el despacho Oval, la oficina principal del presidente de Estados Unidos, a quien ella tanto detesta. ¿Será capaz de aceptar ese trabajo aunque signifique ir en contra de todos sus principios?
Mientras eso sucede, veremos cómo Jack y Will, ambos ya entrados en el cuarto piso de edad, se acostumbran a ligar con Grinder y a espiar con Facebook, mientras sueñan con la manera de conquistar a Anderson Cooper (presentador de CNN), a quien describen como el power gay de nuestra era.
Los mismos problemas.
El 21 de setiembre de 1998 Estados Unidos fue testigo del nacimiento de Will & Grace, considerado un hito en la televisión de ese país por tener a un hombre homosexual como protagonista en un horario de mayor audiencia.
La serie logró ondear la bandera de la diversidad burlándose de los homofóbicos, riéndose de los estereotipos que existen alrededor de la comunidad gay y señalando, con un fino humor, las dificultades que viven a diario estas personas en todo el mundo.
Veinte años después de ese episodio, y con algunas arrugas de más en sus rostros, los cuatro personajes no solo luchan en contra de la homofobia; ahora, sus chistes buscar concientizar sobre otros problemas: ya no solo se habla de las terapias de conversión (en Costa Rica conocidas como restauración) para lograr vivir bajo un marco “moralmente heterosexual”, sino que también hay espacio para denunciar la destrucción del medio ambiente, el acoso a las minorías raciales y el desinterés que impera en los jóvenes LGTBQ por lo que pasa en su comunidad.
Todo esto traerá el estreno de la novena temporada de Will & Grace, que no dejará de tener invitados especiales en algunos de sus capítulos.
Por eso no se extrañe si ve en su pantalla a un Jack colmando la paciencia de una hermosa Jennifer López o una Karen sufriendo los embates de su antítesis Val Bassett, interpretada por la genial Molly Shannon.
Grace se verá de nuevo con su exmarido, el Dr. Marvin Leo Markus (Harry Connick Jr.) para recordarle que es divorciada, está sola y no tiene hijos, mientras que Vince (Bobby Cannavale) le demostrará a Will Truman que siempre es posible tener una buena amistad a pesar de haber vivido un tórrido romance años atrás.
A ellos se le unirán grandes estrellas del cine como Minnie Driver y Alec Baldwin para recordarle al mundo que entre broma y broma Will, Grace, Jack y Karen siguen tan radiantes como el primer día.