Esta semblanza fue publicada originalmente en el año 2019 cuando Yessenia Reyes, una de las bailarinas más consolidadas de Dancing with the Stars, fue ‘coach’ de baile de los participantes de Tu cara me suena.
Cuando se ha visto a la muerte de frente y se sobrevive, se aprende a ser valiente, a no temer, a amar y a vivir todas las bondades que trae el presente. Yessenia Reyes creció en El Salvador, un país que ama y respeta por ser su cuna, pero al que le tiene recelo por “la inseguridad que se respira en todos los rincones”.
La exitosa bailarina, conocida por ser una de las figuras más consolidadas del concurso de ballroom Dancing with the Stars, y quien recientemente fue elegida para ser la coach (profesora) de coreografía de los diez participantes de la cuarta temporada de Tu casa me suena (de Teletica), no le teme a los retos. Luego de “vivir con miedo siempre”, por la situación social que atraviesa su país de origen, la valentía la ha hecho emprender todo sin dudas.
“En El Salvador si usted no hace caso le va mal, sea hombre o sea mujer. Hay que guiarse por la forma correcta. Es muy fácil perderse. Es un país que amo, pero lamentablemente a veces no tienes opciones. Tienes la manera correcta o la incorrecta, la incorrecta puede ser más fácil, darte más rápido lo que necesitas. Para la manera correcta hay que ser paciente, esforzarse el triple”, dice.
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Yessenia empezó a estudiar danza en el Ballet Teatro de Mauricio Bonilla, cuando tenía 16 años. No tenía conocimientos ni técnica, aun así la aceptaron. La decisión de entrar acarreó ser, por siete años, blanco del bullying de compañeros que tenían “más experiencia o que eran más altos”; le escondían las zapatillas y le rompían las pantis. La tristeza ante las groserías y maltratos la hicieron pensar en dejar sus clases, pero ella siguió su pasión por hacer lo que realmente amaba.
“Lo único que no te pueden quitar es tu talento”, le decía el profesor Mauricio Bonilla. Él era testigo del nacimiento de una artista sobresaliente.
Los desplantes de los otros bailarines de la academia no eran lo único con lo que Yessenia debía lidiar para seguir formándose. La verdad es que ello se le volvía secundario cuando decidió estudiar comunicación en una universidad privada y debía “sobrevivir” cada día en las calles de San Salvador.
“En la época en la que yo estudiaba las pandillas empezaron a convertirse en un caos. A veces cerraban la universidad porque había asesinatos cerca de allí. No tienes idea lo difícil que ha sido mi vida. La gente ahora te ve en tele y piensa: ‘qué fácil tu vida’. Sé lo que es ser una niña y tener un arma que te esté apuntando solo porque quieren quitarte un celular o tener un cuchillo en el estómago y que si tú respiras te van a cortar y es algo que ni siquiera buscaste. Allá a todos (las pandillas) nos cobraban renta por subirnos a un bus. Nos pedían $1 y yo tal vez con $1.50, para los pases. No tenías opciones. Corría peligro todo el tiempo. Era difícil estudiar así e intentar ser bailarina en esas circunstancias.
"Por muchas cosas ir a la Universidad Nacional de El Salvador era arriesgado a nivel físico. Ahí se hacían las huelgas. Era peligroso estudiar ahí. Mis papás hicieron un enorme esfuerzo por ayudarme a pagar la Universidad. A partir del tercer año la pagaba yo. Ganaba $10 cada vez que hacía una presentación de baile y todo lo ahorraba para comprarme mis cosas”, recuerda.
El destino, el baile y el amor
El baile siempre lo fue todo y eso la llevaba siempre al frente “contra viento y marea”, como dice. Yessenia inició con danza espectáculo y se ha preparado en infinidad de géneros. Sus padres creían que era un pasatiempo, mas su tenacidad les hizo ver que el arte estaba fusionado con su hija. Como en su familia no tenían las posibilidades económicas, Reyes conseguía becas que la llevaban a aprender técnicas y a especializarse en otros países.
Las oportunidades en El Salvador empezaron a llegar y apareció en reality’s de televisión. Fue parte de Bailando por un sueño y tiempo después fue parte de ese show como coreógrafa: tenía 18 años.
“Me gané lugares privilegiados. Fui coreógrafa de La Academia (formato mexicano) para una edición especial en Centroamérica”, cuenta.
Hace nueve años Yessenia llegó a Costa Rica. No la trajo el baile, sino el amor, pero ese tema quedó en el pasado. En el país empezó trabajando en una agencia de relaciones públicas, mas su inquietud la hizo buscar más allá. Poco después su futuro artístico en el país se empezó a consolidar.
“Conocí al artista Humberto Canessa y a Mercedes Barboza, directora del Centro de Artes Promenade. Me vieron bailar un día y me adoptaron. Empecé a dar clases de tango en Promenade.
Luego Humberto Canessa me invitó a ser parte del staff de bailarines de Nace una Estrella, de Teletica. De una vez ingresé a Teletica y desde entonces no me he separado de los proyectos de Televisora de Costa Rica”, recuerda Yessenia, quien ha participado en las cinco temporadas de Dancing with the Stars y fue campeona, junto a Renzo Rímolo, en la segunda edición del concurso de ballroom.
En sus 13 años de carrera artística, Reyes ha estado formándose en varios países de Europa y América.
En Colombia estudió folclore internacional. En Nueva York asistió al Broadway Dance Center, allí reforzó sus conocimientos en teatro y danza.
“He ido a Hollywood a estudiar en las academias de Los Ángeles, en California he estado estudiando por muchos años diferentes cosas. Estuve en Ámsterdam, Holanda; en Ginebra, Suiza.
"He entrenado un montón. Creo que ese ha sido el 90% del éxito de mi carrera. He podido estudiar muchísimas cosas diferentes. Géneros técnicos desde el contemporáneo, el jazz y el ballet como base de la danza. Me he ido derivando con los bailes latinos: salsa, bachata, merengue, chachachá, todo lo que nos identifica. Lo último ha sido especializarme en ballroom, esto me ha abierto las puertas.
"En 2014 asistí a la audición para Dancing with the Stars, fue una selección entre muchos coreógrafos. En DWTS se me catapultó la carrera”, agrega.
Su trabajo y experiencia han facilitado que Yessenia haya sido parte de musicales, que montara coreografías para la película nacional Un regalo esencial, que haya bailado en conciertos junto a artistas, entre ellos, Andrea Bocelli.
“Ha sido año tras año y siempre digo: 'el otro año descanso, hasta he dicho: el otro año tengo un bebé y no lo he logrado'. Ser mamá es mi sueño número uno. Ahorita no tengo pareja. Por eso es que no lo he tenido (risas). Esa es una meta para lograr”, cuenta.
Lo esencial en la vida
Yessenia Reyes se siente afortunada por tener “buenos padres”, quienes salieron a trabajar mientras ella era una niña para darle un futuro esperanzador. Fue criada por su abuela, quien falleció hace cuatro años. De ellos agradece los valores y principios religiosos que le inculcaron.
Durante un año, Reyes trajo a sus papás a vivir a Costa Rica; sin embargo, ellos no se hallaron en un país que no es el suyo (Yessenia se declara amante de este país, ya se naturalizó). Por esta razón, ella solo puede visitar en diciembre. Con su única hermana, quien vive en Estados Unidos, se ve cada año nuevo.
De cerca
¿Cómo es vivir en Costa Rica?
Es precioso vivir en Costa Rica. Yo le digo a la gente que mi forma de vivir la vida y de actuar es mucho por lo que yo he vivido. He visto mil veces la destrucción, he visto la muerte de cerca, he visto un país devastado por la violencia y desastres naturales. Sé lo que se siente perderlo todo. En el 2001 con el terremoto de El Salvador mi casa se derrumbó. Nos quedamos sin nada. Sé lo que se siente volver a empezar.
"Yo sobrevaloro a la gente cercana. Sé lo que es correr el riesgo de que tu vida no está garantizada. Sé lo que se siente enterrar a tus amigos. Valoro lo que tengo ahora.
La gente se queja de que aquí hay delincuencia, robo, corrupción. Y yo les digo: ‘no, usted no sabe lo que es vivir en delincuencia, en robo y corrupción. Usted no sabe lo que es ir por una calle y que maten a los tres que vienen al frente suyo’. Este país es hermoso, lleno de oportunidades, no es perfecto igual que muchos otros lugares, pero yo no lo cambio por nada".
Asume un reto importante siendo coach de los participantes de TCMS, ¿la sorprende que la eligieran?
Fue una sorpresa increíble. (...) nunca han tomado en cuenta a nadie de DWTS para ese otro formato. Siempre han querido mantener los formatos separados. Me llaman y dicen que cumplo con criterios para ser profe de baile y coreógrafa de TCMS, luego me confirman que soy yo. No lo esperaba, no lo andaba buscando. El trabajo habla por uno mismo, a veces el complemento de entrenar muchas áreas y muchas cosas sirven para otras cosas que no son específicamente la danza.
TCMS es mucho escenario y desarrollo del artista imitando a otro. Hay que conocer elementos de teatro e interpretación más que de baile. Creo que son puntos a favor que me han ayudado. Agradezco mucho a la producción de Teletica Formatos y a Vivian Peraza (productora de DWTS y TCMS), por las oportunidades.
¿Qué implica ser una bailarina exitosa?
Es una bendición que requiere esfuerzo, sacrificio y mucha disciplina y dedicación. Me llena de satisfacción personal y profesional estar posicionada en mi país. Me genera orgullo saber que no me equivoqué en metas y sueños.
¿Cuáles son los sacrificios que más le duelen?
Ser bailarín profesional implica pasar todo a segundo plano: amigos, familia, relaciones de pareja y hasta tu integridad física. Te acostumbras a vivir con el dolor. Ensayar hasta medianoche. Estar disponible a toda hora. Disciplinarte. Tomar en serio tu cuerpo de la manera más saludable.
“Si tienes que ser bailarina, lamentablemente tienes que verte como bailarina. La parte que más me duele, aunque la gente vea a una bailarina exitosa, es que al final del día priorizaste tanto tu carrera que dejaste salidas con amigos, momentos con tu familia porque tenías que viajar o presentación. El sacrificio emocional y personal es muy grande”.
Créditos
Cabello y maquillaje: THIO Salón.
Locación: Centro de Artes Promenade.