La figura de José Miguel Yiyo Alfaro González es muy diferente a la de hace casi dos décadas cuando irrumpió, junto a Choché Romano, en el medio costarricense. El hoy presentador asegura que ha evolucionado. Su presencia es más taciturna y vive más conectado con el arte, hábito que siempre tuvo pero que ahora externa más.
Además, hace algunas semanas se anunció que él, junto con Natalia Monge, serían los presentadores del nuevo reality de cocina de Teletica, noticia que reafirma la consolidación de Alfaro, de 36 años, en la pantalla del 7, donde es el conductor estelar de Qué buena tarde.
En entrevista con Viva Yiyo Alfaro, quien a la fecha es el hombre viviendo en Costa Rica más seguido de Instagram en el país (cuenta con 538.000 seguidores), conversó sobre su presente y sobre esos silencios que resultan estratégicos siempre que su nombre ha sonado en algún rumor relacionado con posibles romances o rupturas amorosas. Cotilleos a los que finalmente no termina cediendo. Mucho dice quien no habla y en él se cumple.
Sin embargo, esta vez habló.
–Me comentaba que además de ser el hombre de Instagram más seguido viviendo en Costa Rica, además tiene el engagement (usuarios fieles y comprometidos) más alto en Instagram. Estos números son positivos, le generan trabajo, pero, ¿qué hay de negativo en ser tan visible?
Yo he tratado de tener un equilibrio. Es imposible evitar que alguien diga algo tuyo. Entonces trato de asumir esa ideología de levantarme y saber que estoy contento con mis cosas. Trato de enfocarme más en qué le puedo dejar a la gente, hay cosas que ahorita me gustan, que no sé si ha influido tener este engagement, pero me encanta que la gente vea la relación que tengo con mi mamá (Ana Lía González) y si de ahí saco gente que dice: ‘mirá tal vez me gustaría lograr algo así (buena relación) con mis papás’. entonces siento que yo ya logré algo con esa persona. Los lunes mis redes sociales son para el arte. Me gusta el arte y leo mucho de arte.
“De un pronto a otro soy Yiyo hablándoles de arte, entonces trato de ir poco a poco cambiando el disquete y le digo a la gente que vea qué vacilonas estas obras, que hay pinturas con curiosidades. A la gente le ha gustado. Trato que la gente vea que leo mucho y tengo personas que admiro, a lo mejor eso va a provocar que quien anda buscando algo positivo vea eso en mí. Siempre les pongo memes”.
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–Con su respuesta interpreto que siempre busca ver el lado bueno aún en lo negativo. Según dice actualmente no le preocupa, pero, ¿anteriormente llegó a pesar?
Vieras que siempre me he sentido muy afortunado en cuanto al mundo de los haters (usuarios que llenan de odio las cuentas o perfiles de distintas figuras) y todo esto. Creo que todo mundo tiene sus seguidores y también gente que está buscando esa parte negativa, pero no me enfoco en eso porque a lo mejor lo que resalto es: ‘qué estoy haciendo, cómo me está yendo, qué estoy logrando’ y eso es lo que me llena”.
--De igual manera he notado que usted siempre guarda silencio. No entra en el campo de la polémica... como años atrás cuando María José Ulate y usted terminaron su relación o hace meses que lo vincularon con Keyla Sánchez. Calla y continúa en lo suyo…
Mi amigo Choché dice siempre que ‘de Yiyo se dice mucho pero no se le comprueba nada’ (risas). Él siempre me vacila con eso. Lo que pasa es que trato de no darle mucha importancia a eso, aunque sé que la gente quiere saber de eso, pero yo trato de ir por el camino que me da más paz. A lo mejor cuando uno trabaja en esto, que yo agradezco muchísimo, siempre se van a decir cosas, siempre van a existir situaciones.
“Entonces me levanto y trato de ser positivo. Si me dicen que escucharon que andan diciendo algo de mí digo: bueno, ¿es real? No, bueno, no importa. Sigo mi vida. Hay mucho trabajo, muchos proyectos que me emocionan que hacen a un lado cualquier cosa negativa que exista. No te puedo mentir que obviamente hay cosas que digo: ‘qué ganas realmente de salir y decir que eso no es cierto’, pero sé que si digo algo eso lo voy a hacer crecer (la situación).
–Como cuando se habló de posibles relaciones con Keyla Sánchez y Verónica González. ¿Con cuál de ellas fue que lo vincularon primero?
Ya se me olvidó en qué orden era (risas) y hay dos más por ahí que también se meten en la ecuación, pero es parte dé. Yo me enfoco en lo que me hace sentirme orgulloso. Ahorita estoy muy contento porque estoy trabajando en mi fundación Vivo aquí y que tiene como objetivo buscar dinero para ayudar a niños y jóvenes que demuestran un talento en alguna disciplina del arte. Si no se les apoya, por falta de recursos, van a dejar de hacerlo, van a terminar haciendo cualquier cosa porque no se les apoyó el talento. Espero arrancarla en setiembre. Ya la fundación aparece inscrita. La hice con mi socio Daniel Bermejo (de la productora Sy Fims, con la que Yiyo hace comerciales, cortometrajes, entre otros).
-Usted suma muchos años en el medio y antes se mostraba como una figura más irreverente, bromista… Ahora que menciona estos nuevos propósitos, ¿se siente más usted mismo? ¿Siente que está mostrando su verdadera esencia?
Siempre he sido así. Pero creo que todo va evolucionando. Cuando tuve 18 (años) hice cosas de 18, a los 25 hice programas más relacionados con eso, ahora de 36 me encanta porque tengo un programa que va dirigido a todas las señoras, en teoría, sin dejar de ser yo.
“Ahora viene este programa (Manos a la Maseca, el reality de cocina) que es un reto lindísimo. Lo que uno tiene que aprender es adaptarse a donde llegás, no decir que sos de cierta manera. Yo siento que no hay que perder la esencia, pero sí respetar parámetros para que te vaya bien en ese proceso y que te sigan tomando en cuenta.
“Me siento como en una evolución en la que pasé por todas las etapas: pasé por un canal pequeñito que era VM Latino a estar hoy en el canal más grande de Costa Rica, pero para llegar a eso yo pasé todo un proceso que involucra canal 9, Xpertv y otros canales, y eso me fue dando la madurez para saber llevar los proyectos sin perder mi esencia. Eso me ha ayudado mucho con las marcas, con las redes y aquí en el canal”.
–¿Cómo se ha sentido con este posicionamiento en televisión? Continúa en Qué buena tarde, proyecto que por cierto fue gestado por usted y Choché Romano, y ahora lo involucran en el reality de cocina, ¿cómo asume esta confianza?
Es muy satisfactorio porque esto me saca de mi zona de confort, es un formato nuevo, nos hizo aprender muchísimo. Realmente se siente bonito que el canal no solo para este proyecto, sino para otro montón de proyectos, me toman en cuenta. Más bien me da pena porque a veces, por tema de agenda, porque tengo mi negocio, no puedo desarrollar esos proyectos; pero este de cocina calzó perfecto.
“El canal me ha apoyado, la gente no sabe del montón de proyectos que me han otorgado y yo digo: ‘increíble, llegué a cumplir el sueño que quería, que me ofrecieran tanto para yo dedicarme por completo a esto, y ahora por asunto de agenda no me da tiempo’”.
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–¿Cómo fue desmarcarse de Choché?, pues siempre los veían como dupla. Sé que tienen un podcast en conjunto, pero se nota que usted está muy enfocado en su camino personal…
Con los años se fue haciendo esa división, una división para identificar los proyectos de Choché y los de Yiyo. Obviamente lo adoro, es mi hermano, seguimos haciendo el podcast, que es como la liberación de todo lo que hacemos. Es como venir y reunirte con un amigo a hablar luego de toda una semana de no verse. Pero los dos hemos tomado caminos diferentes, tanto social como familiarmente: ahora Choché es papá, un hombre de familia, excelente padre y yo no tengo hijos.
–¿Qué piensa del amor?
-Siempre estoy abierto a conocer a alguien.
¿Está soltero?
-Sí. Estoy soltero. No soy de los que dice que le cerré las puertas (al amor). No, no. Lo que pasa es que no me estreso en esa búsqueda. Siento que lo más bonito va a ser cuando aparezca alguien y tengamos mucho en común o, quizá no tanto.
“Por ahorita mi felicidad son mis proyectos, mi familia -a quienes trato de dedicarles tiempo-, o mi sobrino de cinco años a quien adoro. Entonces tengo mucho, pero no te miento que es bonito tener a alguien que esté más cerca y que sea diferente a los amigos y familia como tal, pero estoy relajado. No es que lo ando buscando desesperadamente.