Las personas no dejan de repetir que la mayoría de las veces las redes sociales nos muestran el lado más exitoso y feliz de los seres humanos. Alexánder Arce, conocido como Zorán, es una figura que a nivel latinoamericano ha obtenido miles de seguidores por cuenta de su contenido en el que, por lo general, comparte transformaciones artísticas gracias al maquillaje.
Su piel blanca luce sin imperfecciones y se resalta cuando se pone colores y brillos. Pero su vida va más allá de todo lo plasmado en Facebook, Tik Tok e Instagram, plataformas en las que suma dos millones de seguidores. Hoy Zorán está cumpliendo un sueño y es el de cantar, una pasión tan fuerte que lo ha sacado de los momentos más oscuros de su vida.
Zorán es uno de los 15 participantes de Nace una estrella a quien la audiencia conoció el domingo 2 de mayo, día en el que se estrenó el programa de canto de Teletica. A la pantalla llega una persona conocida por un público joven seguidor de redes sociales y apoyado por muchas personas a nivel de Latinoamérica.
Tras su participación en la primera emisión el muchacho, de 28 años, manifestó su emoción al sentir el apoyo de tantas personas, porque si bien cuenta con miles de seguidores en sus redes sociales, él creía que su mayor músculo venía del exterior, pero narra que fue grato para él recibir mensajes de tantas personas brindándole apoyo y diciéndole que recién descubrían que él era costarricense.
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Música que salva
Zorán creció escuchando música junto a su mamá. Luego, siendo adolescente, empezó a cantar en grupos de una iglesia. Recuerda que incluso escribía letras, pero a los 14 años todo cambió negativamente.
“La música es mi pasión desde muy pequeño. Desde que tengo 12 años me gustaba. Componía canciones. No lo entendía bien, pero he crecido rodeado de eso. Mi mamá me inculcó la música de antaño, por eso me encantan los boleros, Rocío Durcal y José José. Mis gustos siempre estuvieron relacionados con la balada. Me empecé a dedicar a los 13 años a cantar en la iglesia”, cuenta Zorán antes de confiar uno de los episodios más duros de su vida.
“Despué, a los 14 años, empecé a consumir drogas. Fue un proceso largo. Salí de ahí a los 18 años. Dejé mis estudios por tema de consumo. Empecé con marihuana y como no era lo que me llenaba comencé con cocaína. Llegó un punto en el que mi mamá no me daba ni 100 colones porque todo era para drogas. Estaba super delgado, era otra persona. Llegué a robar para poder consumir y comprarme el vicio”, detalla como testimonio de lo dura que fue su vida.
Dice que lo cuenta porque cree que con su historia otras personas pueden animarse a salir adelante.
Aún estando en el abismo de la adicción, en sus momentos de lucidez Zorán no dejaba de pensar en la música. Se presentó una oportunidad de audicionar con un grupo llamado Cantantes continentales de Costa Rica que promovían la palabra de Dios a través de la música y la danza.
“A pesar de mi adicción tuve este amor por la música. Me hablaron de una audición. No le tomé importancia porque en esos estados a uno todo le resbala, no ve más allá, pero lo intenté.
Me llamaron hasta después de un año. Fue curioso porque cuando recibí la noticia de que había pasado la primera audición me dijeron que los directores querían escucharme. Tuve una semana para prepararme, un día antes sufrí una especie de ataque de ansiedad, porque cuando me avisaron de esa audición hice todo para no consumir durante una semana. Ese día me encerré en el cuarto, agarré una Biblia y empecé a desahogarme y dije que quería salir de esto (de la adicción) para que mi mamá no sufriera más, para ella era difícil, me dejaba estar en la casa y yo me escapaba”.
El artista continúa: “Entonces ese día antes le dije a Dios que quería salir de esto, tener un motivo para tomar la decisión. En ese momento hice una promesa con él. Fui a hacer la audición y para mi sorpresa tenía que esperar otra semana, pero de primera entrada me dijeron que me quedara y me ofrecieron ir a una gira en España. Yo recordaba la promesa que le hice a Dios de dejar las drogas y estar ahí. Ese grupo ensayaba todos los días. Era un trabajo full time”, narra Zorán, quien recalca lo significativo que es para él hoy poder ser parte de Nace una estrella: esta era la cuarta vez que audicionaba.
Así fue como logró dejar su adicción. Han pasado 10 años desde entonces y nunca volvió a consumir drogas. Luego se enfocó en estudiar y sacó carreras técnicas relacionadas con tecnología.
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El mundo de las redes sociales
Convertirse en un fenómeno de las redes sociales desde hace cinco años, llegó casi por casualidad. En una ocasión, buscando trabajo, lo contrataron como asesor de una marca de cosméticos, así empezó su relación con el maquillaje.
Luego empezó a llevar clases de maquillaje y descubrió una afinidad, quiso proyectarla y creó una página en la que compartía tips de belleza.
“Al inicio me veían solo mis amigas, mis primas y mis tías. Comencé a crear contenido y a hacer tutoriales. Empecé a hacerlo en mí. Al principio fui criticado porque para mucha gente no era normal ver a un hombre maquillarse. Ese fue un hobbie que terminó convirtiéndose en un trabajo”, cuenta.
Zorán es uno de los primeros beauty boy de Costa Rica y sabe lo que es lidiar con la crítica de una sociedad cargada de arraigados estereotipos.
“Se me criticaba mucho al inicio por vivir en una sociedad machista, pero con el pasar de los años eso ha ido cambiando. Me siento orgulloso de representar a la comunidad LGBTI”, dice orgulloso.
Zorán siempre ha hablado con orgullo de su preferencia sexual. Estar ahora mismo en una plataforma tan grande como la televisiva le emociona porque su participación en el programa “me permite romper estereotipos y llevar un mensaje de que las personas de la comunidad tenemos talento y podemos lograrlo”.
Y es en sus redes sociales, además de compartir su talento y transformaciones, le transmite a sus seguidores que “no importa nada más allá de lo que somos por dentro”.
Su principal apoyo durante la competencia, y desde siempre, han sido sus familiares. Destaca a su mamá, doña Elieth Morales, a su hermano Francisco, y a su pareja, el fotógrafo Jafeth Hidalgo.
Su padre falleció hace seis años y lo recuerda con cariño. Si bien los papás de Zorán se separaron cuando él era muy pequeño, pues el señor tenía problemas de alcoholismo, destaca que siempre fue una figura que trataba de estar presente.
Acerca de si cree que tener una comunidad tan grande en redes sociales le puede beneficiar en una competencia en la que el apoyo del público es clave para continuar, menciona que no se confía.
“Mis compañeros son demasiado talentosos. Algunos cantan todos los géneros. Por ese lado sé que tengo que esforzarme y dar todo de mí para poder estar al nivel de ellos”, asegura el fanático de las baladas, los boleros, el folk y el rock alternativo, quien sí reconoce que es una inmensa responsabilidad tener tantos seguidores.
“Cuido lo que publico. Es importante que la gente reciba un buen mensaje. Siempre trato de ayudar a fundaciones que tienen que ver con animales, pues amo a los animales”, añade el creador de contenido que hace un tiempo se volvió viral por transformarse, gracias al maquillaje, en Betty la fea. El video suma más de seis millones de vistas.