Aunque Toni Costa no lo logró con el gallo pinto en el desayuno, se terminó enamorando de la cultura costarricense.
El bailarín español está a tan solo días de regresar a su rutina habitual en Miami, Florida, pues luego de la producción Mira quién baila, no tiene mucho más que hacer en Costa Rica; sin embargo, espera poder regresar muy pronto.
El juez del popular programa de Teletica llegó al país en setiembre, después de haber aceptado la invitación a ser parte de la primera temporada del formato, sin imaginar que esta experiencia lo iba a marcar para siempre.
“Siempre digo que el ‘pura vida’ se queda corto; la verdad que es mucho más que esas dos palabras. Desde la gente, la ciudad, el campo, las playas y todo me gusta muchísimo. Las personas son muy acogedoras, muy simpáticas, muy cercanas y el cariño que he recibido ha sido espectacular en todo momento. No tengo ni la más mínima queja de los ticos”, dice.
El mejor ejemplo que tiene Toni para demostrar el cariño que ha recibido de parte de los costarricenses fue el sábado 23 de noviembre, cuando dio una clase de zumba en el BN Arena, en Hatillo, y asistieron 800 personas. Para el bailarín es muy valioso que la gente le demuestre ese cariño ya que no tiene familia aquí.
Al final, esa calidez le terminó robando el corazón: “Hace un par de años estuve en una Teletón; también había estado hace 10 años en una actividad de golf benéfica, pero no pensaba que iba a acabar aquí trabajando y enamorándome de Costa Rica. Me gusta mucho”, asegura.
LEA MÁS: Mimi, Lisbeth, Diego y Naomy revelan quién debería ganar ‘Mira quién baila’
Confiesa que hay una sola cosa con la que no ha podido lidiar: el gallo pinto en el desayuno.
“De la cultura, creo que lo único es el comer gallo pinto en el desayuno, es lo que más me ha sorprendido. No lo puedo desayunar. Sí lo como, pero un poco más tarde porque para el desayuno no estoy acostumbrado, prefiero omelette, pancakes, fruta o café”, dice.
El apoyo ha sido muy fuerte en redes sociales, en las que ha recibido “cariño y hasta piropos”.
“Uno por las redes sociales ve un poquito el alcance que tiene en ciertos países y hay países de Latinoamérica y Centroamérica que sabes que te siguen y te apoyan. De Costa Rica, antes del programa, no era tan consciente porque no me aparecía en las estadísticas...; ahora ya aparece”, expresa entre risas.
Hoy se siente más que agradecido con Canal 7 pues le dio la oportunidad de ser jurado por primera vez de un formato que conoce a la perfección, ya que ha desempeñado todo tipo de rol: ha sido bailarín, copresentador, coreógrafo y asistente de coreógrafo.
Toni suma más de 16 años en este formato y sus diferentes versiones, de allí que lo considere su “hermano de vida”. Aunque ya no se vea como bailarín, en Teletica descubrió que le gusta evaluar a los participantes.
“La vida es de etapas. Ya no tengo los 21 años con los que empecé Mira quién Baila, ya han pasado casi dos décadas de eso y sí me gustaba bailar, claro que sí, pero considero que siempre hay que ir como creciendo, escalando, subiendo y avanzando; entonces, el título de juez se basa en la experiencia que tengo, me siento muy cómodo ahí y siento que es lo que tengo que hacer ahora”, comenta.
Su experiencia en el programa ha sido muy enriquecedora y siente que ha crecido profesionalmente.
“Soy consciente de cómo empecé y como soy ahora. Soy consciente de cómo se dieron las cosas para que eso ocurriera y la producción tiene mucho que ver, por cómo me han recibido, ha sido muy acogedor y eso te da una confianza muy agradable”, agrega.
Toni Costa quiere contagiar a Alaïa del ‘Pura vida’
El viernes 22 de noviembre, el español viajó a Miami para recoger y traer a Costa Rica a su hija Alaïa Costa, de 9 años, fruto de la relación que mantuvo con la actriz y presentadora Adamari López.
De acuerdo con el juez de Mira quién baila, la idea era aprovechar un receso escolar que hay actualmente en Estados Unidos, por el Día de Acción de Gracias (que se celebra el jueves 28 de noviembre) para que la niña lo acompañara a pasear por el país.
“Quería que viviera esta experiencia, quería que conociera Costa Rica y que hiciéramos turismo de aventura, porque a ella eso le gusta mucho y ya este miércoles la regreso otra vez con la mamá y yo vuelvo para acá el jueves, porque tengo que bailar en la final”, detalla.
Pero además, Toni deseaba que la niña lo acompañara al programa. Reconoce que le ilusionaba que ella se sentara al lado suyo en una gala y logró que esto ocurriera en la semifinal.
El experto en baile explica que: “Me gusta que mi hija vea lo que hago, que ella siempre esté presente”.
A la niña también le gusta presenciar este tipo de shows televisivos y Toni considera que es porque desde muy pequeña estuvo asociada a este mundo.
“Ella sabe que su mamá también es artista, que trabaja en la televisión y ya se acostumbró a eso, al fin y al cabo es como nació y es inevitable para ella. Ya lo ve normal”, detalla.
Si bien el español no sabe si esta es la única vez que lo llamarán para trabajar en Mira quién baila, espera estar de vuelta pronto y que le “alcance la vida” para poder conocer mucho más de Costa Rica.