Miami. El potente huracán Michael avanzaba el martes hacia la franja noroeste de Florida con vientos de 192 km/h y posibles marejadas ciclónicas de hasta cuatro, brindándoles poco tiempo a miles de personas para que se alejen de la zona y cubran sus ventanas.

Alimentándose de las cálidas aguas del golfo de México, la tormenta se fortaleció rápidamente hasta alcanzar la categoría 3 por la tarde. Se prevé que toque tierra alrededor del mediodía del miércoles cerca de Panama City Beach, Florida, en una zona ligeramente poblada de pueblos pesqueros y playas de arena blanca.

En el caso de Florence, pasaron cinco días desde el momento en que se convirtió en huracán hasta que llegó a las Carolinas, mientras que Michael le dio a Florida un aviso de apenas dos días. Se convirtió en huracán el lunes, y para el martes más de 180.000 personas recibieron la orden de evacuar la zona.

“No sabemos si se va a llevar nuestras casas o no”, señaló Jason McDonald, de Panama City, quien agregó que él y su esposa condujeron junto con sus dos hijos, de 5 y 7 años, hasta el norte de Alabama. “Queremos sacarlos del paso de la tormenta”.

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Los residentes de zonas costeras se apresuraron a tapiar sus ventanas y abastecerse de agua embotellada y otros suministros.

Al ser las 5 p. m. (3 p. m. hora de Costa Rica) , Michael se ubicaba a unos 475 kilómetros al sur de Panama City Beach, Florida, acelerando con dirección norte a 19 km/h. Los vientos con fuerza de huracán se extendían a 75 kilómetros desde el vórtice de la tormenta.

El gobernador de Florida, Rick Scott, advirtió que se trata de un “monstruoso huracán” , mientras que su rival demócrata al Senado, el senador Bill Nelson declaró que “el muro de agua” podría causar destrucción en la región conocida como Panhandle.

“No piensen que pueden resistirlo si se encuentran en una zona baja” , manifestó Nelson a CNN.

Alerta de huracán

El NHC emitió una advertencia de huracán para la frontera entre Alabama y Florida y alerta de marejada para la costa noroeste de Florida, desde el extremo norte hasta Tampa.

El presidente Donald Trump manifestó el martes que se había contactado con funcionarios por la tormenta entrante -"una grande", según dijo- y aseguró que el Gobierno, incluida la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), estaba listo."Estamos muy bien preparados. FEMA está lista. Todos estamos listos. Hablamos con el gobernador Scott, hablé con todos los que tenía que hablar", declaró Trump a los periodistas en la Casa Blanca.

Pero a algunas autoridades les preocupaba más lo que no estaban viendo: personas evacuadas.

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“No he visto el nivel de tráfico en las carreteras que hubiera esperado cuando se ordenó la evacuación del 75% del condado”, expresó el jefe de policía del condado Bay, Tommy Ford.

Aja Kemp, de 36 años, planeaba quedarse en su casa rodante en Crawfordville. Pasó toda la noche abasteciéndose de suministros en tiendas al por mayor, y después se dispuso a asegurar sus pertenencias en el patio.

Kemp dijo que gastó $800 el año pasado cuando tuvieron que evacuar por el huracán Irma.

“No puedo volver a gastar tanto dinero”, declaró. “Tenemos suministros para una semana. Mucha agua. Me aseguré de que tengamos ropa limpia”.

En setiembre, el huracán Florence tocó tierra en el sureste estadounidense como huracán de categoría 1 e inundó grandes porciones de los estados de Carolina del Norte y Carolina del Sur, al norte de Florida.

El año pasado, una serie de huracanes catastróficos azotó el Atlántico occidental. Los más arrasadores fueron Harvey en Texas, Irma en el Caribe y Florida, y María, que azotó el Caribe y dejó casi 3.000 muertos en el territorio estadounidense de Puerto Rico.

Los científicos han advertido de que el calentamiento global producirá ciclones más destructivos y, según algunos, la evidencia ya es visible.

La temporada de huracanes del Atlántico termina el 30 de noviembre. Este año se han registrado 13 tormentas con nombre, siete de las cuales se han convertido en huracán.